Este es un espacio de debate que no compromete la opinión de La Silla Vacía ni de sus aliados.
Para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) es fundamental que diversos actores colaboren. Gobiernos, el sector privado, las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) y la sociedad civil deben trabajar juntos de forma integrada. Las fundaciones empresariales son un actor clave en este propósito, pues son quienes en muchas ocasiones logran integrar en una iniciativa a varios de estos actores.
En la Fundación Alpina creemos en la importancia de trabajar con aliados para potenciar los resultados. Por eso hemos construido una red de aliados para lograr transformaciones sostenibles desde nuestro propósito superior.
Hemos aprendido que en un contexto complejo como el de la ruralidad colombiana es necesario el trabajo articulado con diversos actores para sumar, compartir y complementar recursos, talentos y conocimientos alrededor de un objetivo común, en el que todos contribuyen y buscan potenciar los resultados.
De igual forma, con este trabajo articulado se suman diversas perspectivas que resultan en planes más recursivos y completos. En pocas palabras, se crea una innovación colaborativa con la que empezamos a incluir factores o visiones que, de manera desarticulada, nos hubiéramos demorado en alcanzar.
Por supuesto existen desafíos a la hora de realizar intervenciones en las que varios actores respondan de manera adecuada a las necesidades de las comunidades con las que se trabaja. Para esto considero relevante que dos claves sean siempre tenidas en cuenta: la comunicación constante y el seguimiento.
Identificar a tiempo los obstáculos y generar conversaciones en torno a sus soluciones es primordial para asegurar un buen flujo de trabajo. Así mismo, contar con metodologías y modelos de trabajo replicables y con equipos capacitados en el territorio son fórmulas que aportan a reducir los desafíos que pueden presentarse.
Un caso reciente de trabajo articulado es la alianza que realizamos con la Fundación Grupo Bios, la Fundación Bolívar Davivienda y la Fundación Saldarriaga Concha para fortalecer sistemas agroalimentarios locales en Santander, una región en la que cerca de la mitad de los habitantes generan gran parte de sus ingresos de la actividad rural.
Bajo ese objetivo común, identificamos una gran oportunidad fomentando la asociatividad autogestionada y la producción sostenible. El departamento refleja también una problemática nacional: solo el 6 por ciento de los campesinos pertenecen a una asociación de productores.
Con esto en mente, la alianza pretende desarrollar un plan de acompañamiento integral a seis asociaciones campesinas durante 18 meses. Este se enfoca en consolidar sus modelos de negocio, mejorar su productividad y competitividad y usar tecnologías que faciliten la toma de decisiones, entre otras acciones.
Para lograrlo, se utilizan herramientas de aprendizaje, acompañamiento y asistencia técnica enfocadas al desarrollo de procesos de inclusión económica y social.
Este tipo de colaboraciones, que contemplan un acompañamiento integral y permiten sumar esfuerzos y capacidades, son clave para el desarrollo sostenible del campo colombiano.
Debemos seguir construyendo y fortaleciendo redes dentro del sector fundacional que trabajen en pro del fortalecimiento de pequeños productores rurales, el fomento de asociaciones productivas competitivas y la dinamización de economías locales. Es así como podremos minimizar las brechas sociales y las problemáticas que viven la mayoría de personas en el país.