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Aun no se han encontrado reservas significativas de crudo en el mar colombiano y los hallazgos priman en gas. Los interrogantes que se suscitan son profundos y los escenarios se afianzan en el temor generalizado en la opinión pública sobre los efectos colaterales en temas ambientales por los derrames que se han presentado en el Océano, como en el Golfo de México.

La cuenta es regresiva. Cinco años aproximadamente y el país entra en una etapa de desabastecimiento energético si no se hallan nuevas reservas que aporten al inventario nacional, según coincide MinMinas y la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) y no es la primera vez que sucede en el país. Colombia importó crudo durante 1975 hasta 1985 y estuvo doblegado a los máximos de los precios internacionales de los commodities energéticos.

La línea nacional, a pesar de las alternativas renovables, son las energías fósiles y para que la industria no fallezca es necesario un milagro, como el de Campo Cusiana que en su pico de producción aportó más de 300.000 barriles por día. El objetivo del sector es sacar el petróleo que en el subsuelo vale cero comercialmente, y la estrategia, según explica Juan Carlos Rodríguez Esparza, director Ejecutivo de Acipet (Asociación Colombiana de Ingenieros de Petróleos) para lograrlo se centra en: “Una línea inmediata aumentando el factor de recobro de los proyectos, nosotros tenemos un factor del 18% para llevarlo a niveles internacionales del 35%”. El factor de recobro es la cantidad de crudo que se puede sacar de un yacimiento. Si el porcentaje nacional se logra duplicar, entonces se podría garantizar un abastecimiento por el orden de 10 años.

Por otro lado, dentro de los salvavidas petroleros está la estrategia offshoreOffshore o costa afuera, son plataformas petroleras que se encuentran en el mar y esperan sacar el petróleo a la superficie. En el país se esperan hallazgos con nuevas reservas en el Caribe colombiano a través de la adjudicación de 13 bloques (desde Antioquia hasta la Guajira), con 3 zonas francas que benefician el pago de renta y beneficios por exportación. A la fecha hay dos pozos confirmados, Kronos operado por Anardako – Ecopetrol y Orca en la Guajira, en la que participa la noruega Statoil.

Rodriguez Esparza afirma que el offshore es a largo plazo y permitirá desarrollar el potencial de Colombia en exploración y producción, “vamos a aprovechar ese potencial en temas de gas que es ultra profundo y tiene unos desarrollos tecnológicos en donde la primera gota de crudo y destello de gas puede estar en unos 8 a 10 años”.

El problema radica en que no se han encontrado reservas significativas de crudo en el mar colombiano y los hallazgos priman en gas. Así los interrogantes que se suscitan son profundos y los escenarios se afianzan en el temor generalizado en la opinión pública sobre los efectos colaterales en temas ambientales por los derrames que se han presentado en el Océano. Casos como el del pozo Macondo en el Golfo de México en el 2010, en donde la mancha podía ser registrada por imagen satelital representada en unos 5 millones de barriles, marca por generaciones el recuerdo. Por ahora parece más viable garantizar el recobro para sostener el abastecimiento en el corto plazo por unos 5 años más, mientras los esfuerzos por encontrar una fuente de petróleo significativa en el mar colombiano, de una forma segura, da algún fruto.

www.crudotransparente.com

Politólogo de la Universidad de los Andes y Master en periodismo del Clarín con una investigación sobre luchas sociales en entornos digitales, por proyectos petroleros no convencionales, fracking. Especialista de la facultad de comunicación de la Universidad Javeriana en Televisión. Mis intereses...