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Columna escrita en coautoría con Ana María Malagón Pérez, investigadora de Dejusticia.
La incorporación de un enfoque interseccional que atienda de manera específica las necesidades de quienes habitan la ruralidad, especialmente mujeres, jóvenes o adultos mayores va ganando terreno en la vida política. Revisados los programas de gobierno de los principales cuatro candidatos presidenciales nos encontramos con que existen algunas propuestas en la materia. Se las contamos en esta entrada:
Mujeres que habitan la ruralidad
De manera histórica las mujeres enfrentamos contextos de mayor desigualdad que los hombres pues debemos enfrentar las brechas de género, pero en el caso de las mujeres que habitan la ruralidad la situación empeora pues además, deben superar las brechas urbano-rurales. Las encuestas de caracterización productiva y sociodemográfica del DANE, han demostrado que en la actualidad, a nivel productivo las mujeres campesinas indígenas y afro tienen menos tierra, de menor calidad, menor acompañamiento técnico; por su parte, a nivel individual y en sus entornos tienen mayores barreras de acceso a educación, mayores cargas de trabajo doméstico no remunerado, reciben menor remuneración por el trabajo no doméstico y enfrentan de manera directa las violencias basadas en género en sus hogares, comunidades e instituciones del Estado. Frente a esta situación ¿Qué han propuesto las candidaturas presidenciales para las mujeres que habitan la ruralidad?
En el caso de Gustavo Petro y de Sergio Fajardo existe el compromiso de carácter institucional al plantear la creación de un Ministerio específico para remover las brechas de género, el primero lo denomina como Ministerio de la Igualdad y el segundo como Ministerio de las Mujeres y la Equidad de Género, agregando que se transversalizará el enfoque de género en todos los compromisos y propuestas sectoriales de su programa de gobierno.
Sobre las medidas específicas que plantean ambos candidatos se destacan dos tipos de propuestas: priorización de las mujeres en determinados programas o políticas y atención diferencial para las mujeres. En primer caso, encontramos que Petro se compromete con el acceso preferencial de las mujeres rurales en las políticas de empleo, vivienda, tierra, salud y educación; en el caso de Sergio Fajardo se compromete a una atención preferencial en seguridad alimentaria en especial a mujeres indígenas.
En las propuestas del segundo tipo encontramos que, en el caso de Sergio Fajardo, se señala la importancia de fortalecer la instancia de género que creó el Acuerdo Final para hacer seguimiento a las medidas que allí fueron pactadas a favor de las mujeres. Adicionalmente, ambos candidatos ponen un acento en reconocer los aportes del trabajo de cuidado de las mujeres dentro de la economía nacional buscando transformar la mayor carga que dicho trabajo representa. La propuesta de Gustavo Petro incluye la promoción de mecanismos orientados a medir y remunerar el trabajo de cuidado, que recae de manera principal en las mujeres; por su parte, la propuesta de Sergio Fajardo destaca la necesidad de adaptar los sistemas de protección social a las condiciones laborales del campo. Ambos se comprometen con la implementación y el fortalecimiento del Sistema Nacional de Cuidados.
Sobre este último punto es importante recordar que, en la ruralidad dispersa las mujeres dedican en promedio casi ocho horas al día en trabajo de cuidado no remunerado, mientras los varones dedican aproximadamente 3 horas diarias. Frente a esta realidad el movimiento feminista y en especial La Mesa Intersectorial de Economía del cuidado ha insistido en la importancia de que el Sistema Nacional de Cuidado funcione a través de sistemas territoriales, los cuales deben propiciar la autonomía económica y política de las mujeres, la distribución de las responsabilidades del cuidado; el mejoramiento de las condiciones de las personas cuidadoras, así como la mayor destinación de recursos para servicios e infraestructura de cuidado de calidad.
En el caso de Fedérico Gutiérrez y Rodólfo Hernández, sus propuestas se enmarcan dentro de lo que se ha hecho en los últimos gobiernos: el impulso de programas de empresarización y emprendimiento para mujeres rurales bajo un discurso proempresariado.
Juventud y adultos mayores
La ausencia de programas dirigidos a jóvenes campesinos para garantizar la vida con dignidad en el campo ha acelerado los procesos de migración hacia zonas urbanas. Esta situación ha generado un acelerado envejecimiento de la población campesina la cual, como lo demuestran las encuestas, en el 36,7% es mayor a 65 años. Es por esto y por los impactos del conflicto armado sobre las y los jóvenes campesinas, que incluir en las propuestas un enfoque de ciclo vital, es primordial.
Tres de las cuatro candidaturas tienen un punto de encuentro, que es la preocupación por garantizar el acceso a trabajo de los jóvenes con algunas diferencias. La candidatura de Fedérico Gutiérrez se propone la creación de nuevos empleos en el sector turístico y a través de acuerdos comerciales para venta anticipada dentro de los cuales se compromete a incluir a jóvenes. Por su parte, Sergio Fajardo propone la creación de programas con impacto rural relacionados con la expansión de cultivos locales y comunitarios. Y Gustavo Petro también enfatiza en el impulso al turismo aclarando que este no será depredador articulado al arte y el patrimonio, el paisaje natural y cultural, el cual se gestionará con las comunidades que históricamente han habitado los territorios.
Otro punto de encuentro entre candidatos es el deporte. En esta materia destacamos la propuesta de Rodolfo Hernandez de promover la participación de jóvenes en estos escenarios en zonas de alta intensidad del conflicto armado para disminuir el riesgo de reclutamiento; y la propuesta de recreación intercultural para jóvenes en territorios rurales realizada por Gustavo Petro.
Ahora bien en temas que les diferencian resaltamos la propuesta de Sergio Fajardo en materia de educación, quien propone la operación de telecentros comunitarios para la alfabetización digital y transferencia de conocimientos, especialmente en zonas rurales apartadas. Y la de Gustavo Petro de reconocer y proteger la participación política de las juventudes desde sus diversidades territoriales y culturales cerrando las brechas de género para que entren a liderar, incidir, controlar, ejecutar políticas. En esta misma propuesta incluye la eliminación del servicio militar obligatorio, respetando la objeción de conciencia.
Por último, encontramos que hay menor información en los programas de gobierno para los adultos mayores. De las propuestas dirigidas o en beneficio de esta población, destacamos las propuestas de pensión incluídas en los planes de gobierno de Sergio Fajardo y Gustavo Petro. El primero señala la creación de un sistema de protección social (seguridad social y pensión) pensado para las condiciones laborales campesinas. Y el segundo refiere la creación de un sistema nacional de riesgos laborales que se corresponda con los diferentes oficios.
Esperamos que el futuro presidente de la república se tome en serio la promoción de estos programas y la materialización de la interseccionalidad como un mecanismo que permite que las políticas públicas respondan de mejor manera a las necesidades de la población. El país sigue en deuda con la superación de brechas de pobreza con mujeres, jóvenes y adultos mayores; especialmente con quienes se autoreconocen como campesinos. En este sentido la promoción de políticas diferenciales debe ser un hecho que se traduzca en mejoras efectivas en la calidad de vida y garantías para la permanencia en los territorios.