Anoche, la ministra de Agricultura y Desarrollo Rural, Cecilia López, y el presidente de Fedegán, José Félix Lafaurie, anunciaron que el Gobierno les comprará a los ganaderos 3 millones de hectáreas. De esta manera, afirmaron, se sigue avanzando en la reforma rural integral que busca una distribución más equitativa de la tierra.

Estas son las primeras reacciones de los expertos y expertas de La Red Rural de La Silla Llena.

“La tierra… ¿para qué?”: Felipe Roa Clavijo

Una pregunta que surge con frecuencia en el contexto de redistribución y acceso a la tierra es: ¿tierra para qué fin? La rueda de prensa del Gobierno y Fedegán dejó ver un poco sobre el futuro de los usos de la tierra: primero, la superación de la pobreza y consolidación de una clase media rural; y, segundo, convertir a Colombia en una potencia agroalimentaria.

Es muy importante que desde las fases iniciales de la compra y distribución de la tierra se tengan planes concretos que vayan desde la producción hasta la comercialización y consumo de alimentos que contribuyan a que la población rural más pobre pueda mejorar sus condiciones de vida y a que el país mejore su situación de seguridad alimentaria.

“Es tal la concentración que tenemos, que hay que hacerlo todo”: Ana Jimena Bautista

Creo que es la mayor apuesta por la reforma agraria que se haya hecho en las últimas décadas. El anuncio de la compra de tierras no significa la renuncia a avanzar en liberar tierra a través de las otras fuentes que alimentan el Fondo Nacional de Tierras.

Es tal la concentración que tenemos que hay que hacerlo todo. Es decir, si a esta compra directa se suma una apuesta por la justicia agraria y por la restitución de tierras, cumpliendo las órdenes dadas por la Corte Constitucional, podríamos estar ante un verdadero cambio.

El acuerdo, además, puede significar un pacto con la élite rural, siempre adversa a cualquier discurso redistributivo.

https://t.co/OITlMkr5M3 se cumplen al menos cuatro condiciones (es fundamental conocer el detalle del acuerdo), este anuncio resulta esperanzador. Abro hilo sobre las condiciones (que hoy existen en la ley), y sobre las razones de mi postura: https://t.co/w10AoG7Ypp

— Ana Jimena Bautista (@anajimenabr) October 7, 2022

“Hay que prevenir un mercado inflacionario sobre la tierra”: Carlos Duarte

Mínimo habrá que revisar minuciosamente que dichas tierras no estén reportadas en el Registro Único de Predios y Territorios Abandonados (Rupta). Igualmente será fundamental revisar que no se filtren tierras que provengan de apropiaciones no reglamentarias de baldíos, de relleno a playones y otras territorialidades inadjudicables o de acumulación indebida de Unidades Agrícolas Familiares (UAF).

En el ámbito operativo, para una compra de esta magnitud, conviene prevenir la creación de un “mercado inflacionario sobre la tierra”. Por lo tanto, será fundamental para el Estado reestructurar la manera en que se hacen y determinan los avalúos comerciales. Este proceso debería ser técnico, no influenciado por la expectativa del mercado.

El caso del Cauca, en 2012, cuando el Incoder invirtió 66 mil millones de pesos en la compra de tierra privada para solucionar conflictos territoriales, es aleccionador. Conviene prevenir que, para el caso de Fedegán, suceda lo mismo.

En los mapas se observa la diferencia de precios entre 2011 – 2013.

El caso del Cauca en 2012 cuando el INCODER invirtió 66 mil millones de pesos en compra de tierra privada para solucionar conflictos territoriales es aleccionador. Conviene prevenir que para el caso Fedegan suceda lo mismo. En los mapas se observa la diferencia entre 2011 – 2013 pic.twitter.com/gIyrTyDLg8

— Carlos Duarte (@Vertov14) October 7, 2022

Además, es clave abrir dichas negociaciones a otros sectores agroindustriales, como el de la caña de azúcar, para solucionar también las conflictividades entre cañeros, indígenas, campesinos y afrocolombianos en el Norte del Cauca.

Ya jugados en la compra de tierras masiva, otro elemento fundamental es que, como están estructurados los avalúos comerciales en la actualidad, tienden a incentivar la deforestación intrapredial, pues no valoran comercialmente las áreas de conservación.

Así mismo, tampoco se nos pueden ir las luces en gastarnos toda la plata en “compra de tierras”, porque como lo ha planteado la vicepresidenta: tierra sin adecuación productiva y desarrollo rural es una “falsa moneda”.

“No se trata solo de restituir tierras, sino de volverlas productivas”: Gonzalo Enrique Mejía

Es, sin duda, un proyecto revolucionario que puede salir bien o mal. Lo cierto es que el país debe volver a su vocación agrícola y este es un gran paso. No solo se trata de restituir tierras a campesinos y medianos empresarios, sino volverlas productivas. En este aspecto la educación para la ciencia y la tecnología tienen un papel muy importante que cumplir.

“Cuatro preguntas claves por resolver”: Santiago Flórez

Desde lo macro es una buena noticia para el sector. Destaco la habilidad política del Gobierno para que Fedegán pasara de ser un opositor de la reforma a convertirse en un aliado.

Desde la parte operativa quedan por lo menos cuatro interrogantes:

  1. ¿Cómo el Gobierno va a solucionar el tema de asimetría de información (el ganadero sabe exactamente lo que está vendiendo, pero el Estado no sabe lo que está comprando)?
  2. ¿Cómo se define el precio de la tierra? Se compra a precio comercial, a pesar de que pagan impuestos a precio de avalúo catastral.
  3. ¿Cómo definen a los beneficiarios? ¿Qué garantías hay de que estas tierras queden en manos de agricultores, y no de acaparadores u oportunistas? ¿Qué extensión de tierra van a dar por beneficiario?
  4. ¿Cómo se aseguran que los ganaderos luego no hagan recompra de estas tierras?