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Esta semana ha dado la vuelta al mundo la noticia de que la nueva ganadora del Premio Nobel de Economía es Claudia Goldin, una economista y académica estadounidense que se convierte en la tercera mujer en llevarse este galardón, que existe desde 1969.
Goldin fue reconocida gracias a una investigación sobre los ingresos de las mujeres y su participación en el mercado laboral a lo largo de los siglos. Además, logra hacer un análisis de la historia norteamericana, adentrándose en puntos de inflexión que incidieron en una mayor inclusión femenina dentro del mercado laboral de dicho país.
Los estudios que ha hecho la ganadora del Nobel ponen la lupa sobre las disparidades laborales en el mundo y también sobre aquellas que se encuentran fueran del mercado laboral. En Colombia hay cerca de 6 millones de mujeres rurales. A pesar de su trabajo fundamental dentro de la agricultura familiar y campesina, solo el 7,9% tienen acceso a educación y dedican casi 13 horas de su día a actividades no remuneradas.
Puede que Claudia Goldin nunca investigue sobre estos aspectos, sin embargo, su trabajo y su aporte a la economía son una inspiración para que reflexionemos sobre las condiciones en las que vivimos y las disparidades que podemos observar.
Entender estas dinámicas no hará que los retos desaparezcan de un día para otro, pero sí permitirá que seamos más conscientes de los caminos que existen, y de los que es necesario abrir.
En la Fundación Alpina trabajamos por fortalecer la autonomía y el empoderamiento económico de las mujeres rurales. Esto lo hacemos a través de otorgar herramientas y acompañamiento técnico que constituyan una base para que las mujeres desarrollen sus propios agronegocios, desde apicultura hasta galpones de pollos y huertas caseras.
Con el tiempo hemos sido testigos de que la autonomía económica les permite a las mujeres rurales cambiar su percepción sobre ellas mismas, transformar sus vidas y, por consiguiente, la de sus familias, sembrando un legado de esperanza.
Es así como muchas de las participantes de nuestros proyectos han podido dejar atrás episodios de violencia doméstica, pues obtienen los medios suficientes para ofrecerle un mejor futuro a sus hijos.
Así mismo, se convierten en lideresas dentro de sus comunidades, replicando sus conocimientos y promoviendo la creación de asociaciones para tener mayor competitividad en el mercado.
Para lograr que más mujeres rurales cosechen otra historia, se requiere complementar el empoderamiento femenino que permita el reconocimiento de la economía del cuidado con acompañamiento técnico. Esto enfocado en dar acceso a activos productivos, oferta tecnológica especializada y fomento de grupos autogestionados de ahorro y crédito.
En un mundo donde las mujeres como Claudia Goldin trazan el camino hacia la igualdad de género en la economía, es clave resaltar y reconocer la importancia de las mujeres rurales, aquellas que siembran y lideran procesos de transformación dentro de sus comunidades.
Debemos sumar esfuerzos para implementar programas y proyectos que se inserten de manera sostenible en dinámicas económicas, y que aporten a solucionar los desafíos que hoy en día las mujeres siguen viviendo en el campo.