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Los campesinos en la Lizama se encuentran decididos a estar allí hasta que se dé una solución a esta movilización, en los próximos días esperan el arribo de más comunidades campesinas del Magdalena Medio, y se viene la realización de un acto cultural que evidencie porque los campesinos del Magdalena Medio se paran duro para preservar sus tradiciones e idiosincrasias.

La Minga en el Magdalena Medio se hizo sentir desde el 28 de mayo, ese día miles de campesinos de Santander, Sur de Bolívar, Nordeste Antioqueño, Sur del Cesar y Catatumbo se concentraron en diferentes puntos de la región. En inmediaciones de la ahora llamada Ruta del Sol, los sitios escogidos para adelantar su legítimo derecho a la protesta y a la movilización fueron; un punto en el departamento del Cesar, cerca al corregimiento de Besotes del municipio de La Gloria, y el otro fue el sector de La Lizama perteneciente al corregimiento de La Fortuna de la ciudad de Barrancabermeja.

Los campesinos arribaron a los sitios establecidos para hacer visible su descontento, para exigirle al gobierno nacional que reconozca al campesinado como sujeto de derechos a nivel constitucional, para proteger y regular temas de tierras, territorios colectivos y ordenamiento territorial; también para manifestarle al actual gobierno el descontento por los tratados de libre comercio firmados y que NO continúe negociando tratados como el TiSA (El Acuerdo en comercio de servicios (en inglés Trade in Services AgreementTISA) que profundizarían el control en pocas empresas de los servicios médicos, educativos y públicos entregando los bienes de la naturaleza y de los pueblos como el agua y el aire para que se les otorgue un valor de cambio.

Sobre esas nefastas políticas económicas que los afecta y los empobrece es que el campesinado se manifiesta, por el cumplimento de los ocho puntos establecidos por la Cumbre Agraria, Campesina, Étnica y Popular que acordó con el Gobierno Nacional en 2014, por estos motivos y otros miles que los agobian es que los campesinos se movilizan y la respuesta del  Estado desde el mismo inicio de su arribo a estos puntos y en particular en La Lizama ha sido el de un tratamiento de guerra a una movilización social, política y pacífica.

La actuación tanto del ejército y sus unidades desplegadas en el sector como de la policía y su denominada fuerza disponible y ESMAD violan el Código de conducta para funcionarios encargados de hacer cumplir la ley Adoptado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en su Resolución 34/169, de 17 de diciembre de 1979 y en la que el Estado Colombiano tiene que respetar. En el Artículo 3 nos dice: “Los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley podrán usar la fuerza sólo cuando sea estrictamente necesario y en la medida que lo requiera el desempeño de sus tareas.

b) El derecho nacional restringe ordinariamente el uso de la fuerza por los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, de conformidad con un principio de proporcionalidad. Debe entenderse que esos principios nacionales de proporcionalidad han de ser respetados en la interpretación de esta disposición. En ningún caso debe interpretarse que esta disposición autoriza el uso de un grado de fuerza desproporcionado al objeto legítimo que se ha de lograr.

c) El uso de armas de fuego se considera una medida externa. Deberá hacerse todo lo posible por excluir el uso de armas de fuego, especialmente contra niños. En general, no deberán emplearse armas de fuego excepto cuando un presunto delincuente ofrezca resistencia armada o ponga en peligro, de algún otro modo, la vida de otras personas y no pueda reducirse o detenerse al presunto delincuente aplicando medidas menos extremas. En todo caso en que se dispare un arma de fuego, deberá informarse inmediatamente a las autoridades competentes[1].”

Lo que se ha presenciado en La Lizama aunque no se ha utilizado la fuerza, es la presencia intimidante y violatoria a los derechos humanos por parte de miembros del ejército y de la policía que portan armas largas y cortas, en medio de una protesta y movilización pacífica. Es recurrente que los campesinos que han resistido en La Lizama a partir de las 11 de la noche durante estos días de protesta, tengan que padecer el movimiento de tropas del ejército que rodea los sitios de descanso  y los operativos de la policía que  mueven a su personal de fuerza disponible, Esmad a que se establezcan sobre los sitios donde los campesinos duermen sus pocos horas, generando pánico, zozobra y no resguardando el principio de proporcionalidad que deben respetar por ser funcionarios encargados de hacer cumplir la ley.

En la Lizama, los casi mil campesinos que se encuentran concentrados siguen muy atentos los diálogos que se realizan en Cali, la situación de los pueblos indígenas y comunidades negras que resisten en el norte del Cauca sobre la Panamericana que llevan ocho días de bloqueo y a los cuales el gobierno nacional amenaza con despejar a sangre y fuego sin sentarse a negociar y a cumplir con lo pactado con los campesinos, indígenas y comunidades afro.

Los campesinos de la Lizama se encuentran decididos a estar allí hasta que a nivel nacional se dé una solución a esta movilización, en los próximos días esperan el arribo de más comunidades campesinas del Magdalena Medio, y se viene la realización de un acto cultural que evidencie porque lo campesinos del Magdalena Medio se paran duro para preservar sus tradiciones e idiosincrasias y para impulsar sus proyectos colectivos por una vida digna.

@omsampayo

Foto: La Lizama, Barrancabermeja, Santander

Barranqueño y Santandereano del Magdalena Medio, Politólogo de la Universidad de Antioquia, estudiante de la maestría en Derechos Humanos de la Universidad Industrial de Santander-UIS. Ha trabajado en Política Pública en derechos humanos en la Personería Municipal de Barrancabermeja y en la Diócesis...