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Entre el 16 y el 23 de agosto de 2010 en la ciudad de Barrancabermeja se llevó a cabo el Encuentro Internacional de Mujeres y Pueblos de las Américas contra la Militarización, “Mi cuerpo es mi casa, mi casa es mi territorio, ¡No entrego las llaves!”
Entre el 16 y el 23 de agosto de 2010 en la ciudad de Barrancabermeja se llevó a cabo el Encuentro Internacional de Mujeres y Pueblos de las Américas contra la Militarización, “Mi cuerpo es mi casa, mi casa es mi territorio, ¡No entrego las llaves!”, en esos días al Puerto Petrolero llegaron mujeres de todos los rincones del continente, continente que une la lengua española, pero que no excluyó otros idiomas, como las lenguas indígenas, francés, inglés, que son minorías, pero que hacen parte también de lo nuestro, el caso es que en esos días estuvo una mujer, de Honduras, su nombre, Berta Cáceres, que alzaba su voz de diferentes formas, y que decía cosas como:
“Uno puede aprender y ver la realidad colombiana en vivo porque hemos tenido la oportunidad de ir a regiones, ESO ES MUY IMPORTANTE, PORQUE LE DA ROSTRO, LE DA MIRADA, LE DA SENTIMIENTO, A TODA ESTA LUCHA QUE EL PUEBLO COLOMBIANO TIENE, donde nos meten que sólo es Uribe, la seguridad democrática o que en Colombia sólo se baila vallenato, ¡NO! Hemos visto un pueblo que está construyendo, que está en resistencia ante una política represiva feroz de militarización y que las mujeres tienen una fuerza tremenda, entonces yo creo que esta experiencia y la articulación diversa de todos los que estamos aquí y todas con una mirada fuerte desde las mujeres, comunidades campesinas, negras, indígenas, urbanas, sindicales y de todo tipo creo que todo eso alimenta el proceso latinoamericano y caribeño para la lucha contra la militarización, la ocupación y contra la guerra”[1]
El domingo 22 de agosto, ante más de mil personas, Berta Cáceres se subió a la tarima del salón principal del Club Infantas, el Club de la clase obrera colombiana, y lanzó su manifiesto Resistencia en Defensa de la Democracia, yo estuve ahí en ese evento, habitamos los mismos espacios por esos días, aunque no hablamos, recuerdo que para esa época terminaba mi monografía para graduarme de Ciencia Política de la Universidad de Antioquia, al terminar su ponencia fue aplaudida, sonreía, después de eso, Berta salió a caminar las calles de Barranca, recorriendo los pasos donde Barranca fue una República Independiente por 15 días después del 9 de abril de 1948, escuchando la voz de los obreros y de las mujeres como nacía allá la Organización Femenina Popular – OFP, la USO, y al final sonriente se fue para la plaza Camilo Torres, y se tomó una foto con sus compañeros de resistencia del CNA.
Eso fue hace 6 años. El 3 de marzo de 2016, las noticias desde Honduras decían, BBC “La ecologista Berta Cáceres, conocida activista de Honduras, fue asesinada este jueves en la madrugada en La Esperanza, en el oeste del país.” The Guardian escribió: “Berta Cáceres was realistic about the risks she faced, but said she felt obliged to fight on and urged others to do so.” René Pérez Residente Calle 13 dijo “El asesinato de Berta Cáceres multiplicará la lucha”.
La noche de su asesinato, Berta Cáceres se encontraba con el mexicano Gustavo Castro Soto en su casa ubicada en el municipio La Esperanza en el departamento de Intibucá, según Rt noticias “Preparaban una reunión del movimiento mesoamericano contra el modelo extractivo minero para proteger a los ríos Blanco y Gualcarque de un gran proyecto hidroeléctrico y minero”.
En julio de 2015, Vice Colombia contaba la historia de Miguel Ángel Pabón Pabón de Barrancabermeja, tenía sólo 36 años cuando lo desaparecieron un 31 de octubre de 2012, según Vice “Él estaba en contra de represar y desviar el río Sogamoso y de los efectos que representaba un proyecto como estos. Siempre buscaba mejorar las condiciones de vida de la comunidad”[2]. 2016, la Central Hidroeléctrica de Sogamoso está en funcionamiento, la construyó Isagén, pero ahora la compañía, ni es de Colombia, y Miguel no ha aparecido, Miguel no era tan reconocido como Berta, y desapareció en Santander, nuestro departamento, todo, por luchar por las mismas causas por las que al parecer, asesinaron a la hondureña.
“Resguardados de los espíritus de las niñas, que nos enseñan que dar la vida de múltiples formas, por la defensa de los ríos es dar la vida para el bien de la humanidad, dedico este premio a todas las rebeldías[3]” y así, Berta Cáceres, daba sus últimas palabras en vivo mientras recibía el premio Goldman en 2015.
“Volveré y seré millones”
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