Diógenes Rosero

Nota del editor: Diógenes Rosero hace parte de la campaña presidencial de Alejandro Gaviria.

Char pretendía pasar de agache en el escenario de la política nacional. Su instrumental candidatura para frenar a los alternativos en la costa buscaba pasar sin sobre saltos en la disputa por la presidencia. Apertrechado en los “TikTok”, sin ir a debates y con un discurso monotemático sobre sus logros en Barranquilla, buscaban evadir posturas concretas en temas vitales para el país, y sobre todo, que no le preguntaran por sus muchos líos jurídicos. Pero las cosas se complicaron. ¿Será que calcularon mal en la familia Char?

A pesar de las maniobras evasivas en su campaña y un extraordinario esfuerzo comunicacional -sobre todo en lo local-, no parecen poder contener el aluvión de mala imagen que va a generar el “efecto Aida”. La fuga hacia adelante -insistiendo en la candidatura- puede salirle cara y quedarse sin el pan y sin el queso.

Y es que lo que estamos viviendo es uno de los escándalos de corrupción nacional más fuertes de la historia reciente del país durante una campaña, solo comparables a los del Hacker Medina, en donde prácticamente los hechos dieron al traste con las expectativas de victoria del candidato.

Aquí hay un entramado de delitos electorales, nepotismo, uso de dineros públicos para financiar campañas y acusaciones de delitos penales (fuga de presos, secuestro e intento de homicidio).

La tiene difícil la campaña cuyos miembros erróneamente creían que se podían salir con la suya apelando al carisma del candidato y el teflón que aún mantienen en Barranquilla. Va a ser muy difícil convencer a los medios nacionales de exculpar a Álex de las acusaciones y no podrán lograr la influencia que mantienen en la prensa local.

Es un escándalo que seguramente arrastrará a la coalición “Equipo por Colombia” que tampoco estaba para tirar cohetes en las encuestas. El resultado puede ser nefasto y puede golpear significativamente su votación en la Costa Atlántica, el objetivo principal.

A donde vaya el candidato el tema que saltará son sus nexos con una excongresista condenada y las explicaciones -que no ha dado- sobre su relación política: ¿por qué el partido conservador solo presentó una lista de solo un candidato en las elecciones de 2018?

Como está documentado por la Silla Vacía, ¿por qué las Cámaras de Cambio Radical apoyaron a algunos senadores del partido conservador? ¿Con los votos de Merlano se ayudó a elegir al expresidente del senado Arturo Char? Imposible que la campaña se pueda escapar de estas preguntas.

El proceso en la Corte está abierto y la posibilidad que sigan saliendo detalles a cuentagotas es bastante probable. Ya se han desencadenado hechos claros que evidencian que hay indicios y un acervo probatorio sólido: la compulsa de copias de la Corte Suprema a la Fiscalía y a la Comisión de Acusaciones de la Cámara y la continuidad del proceso al senador Arturo Char así lo dejan entrever.

Las cuentas alegres de la campaña de Álex sobre su blindaje local no alcanzarán para su aventura nacional que cada vez se desinfla más. Voces influyentes en la centro derecha como Salud Hernández comienzan a pedir su renuncia y cada vez la presión es mayor. La terca resolución de continuar puede dar al traste con su confortable hegemonía local y darle una estocada final a una alicaída centro derecha que no despega. 

Es profesor universitario y promotor del desaroollo en temas de fortalecimiento democrático y ciudadanía. Estudió economía en la Universidad del Atlántico y una especialización en cooperación internacional.