Esta columna fue escrita en coautoría con Sofía-Alexa Porres.

La guerra fría (1947-1991) fue un momento en la historia que incrementó el pánico pero impulsó la globalización. En el caso de las Américas, la implementación de la “doctrina Truman” dio inicio a la intervención de los EE.UU. en varios países latinoamericanos, motivada entre otras razones para asegurar sus alianzas en el hemisferio por temor a perder terreno geopolítico frente a la Unión Soviética.

Después, durante la época de las llamadas ‘repúblicas bananeras’, las razones de intervención se volvieron meramente capitalistas. La intervención de los EE.UU. se enfocó en reemplazar gobiernos izquierdistas, mayormente elegidos democráticamente, con líderes derechistas.

Ejemplos de esta intervención se ven en países como Colombia, Guatemala, Argentina, Bolivia, Chile, El Salvador, entre otros. Por ejemplo, en Guatemala en 1954, la CIA lideró una operación que reemplazó al presidente Jacobo Árbenz con el dictador Carlos Castillo Armas. En Colombia, EE.UU.  apoyó la modernización de las fuerzas militares con el Plan Colombia.

Surge la pregunta si los gobiernos de izquierda en Latinoamérica son percibidos como un riesgo para los intereses de EE.UU. en la región. Y parece que la respuesta es que hoy en día no tanto.

El proyecto de Trip

En los últimos veinte años, el proyecto de “Teaching, Research & International Policy” (Trip), que está basado en el Instituto de Investigación Global de la Universidad William & Mary, ha desarrollado encuestas que examinan las relaciones entre la teoría de las relaciones internacionales y la práctica de la política pública.  

En la encuesta más reciente (entre octubre de 2022 y enero de 2023) preguntamos: “¿Qué tan probable es que la ola de gobiernos de izquierda recientemente electos en América Latina amenace los intereses estratégicos de EE.UU. en la región?” Como mencionamos arriba, los EE.UU tiene una tendencia histórica a intervenir en los gobiernos de Latinoamérica, en particular cuando siente que sus intereses estratégicos o económicos están amenazados, incluso Colombia.

En total, recibimos 455 respuestas por parte de formuladores de política del gobierno estadounidense y de gente que trabaja en centros que contribuyen desde la academia y que informan, también, las decisiones políticas.

Cabe anotar que nuestra muestra incluye gente que trabajó en las administraciones de George W. Bush, Obama, Trump y Biden lo que permite pensar que tenemos una variedad ideológica en las respuestas que recibimos.

Nuestros resultados

Para la gran mayoría de las personas consultadas “no es probable” o es “algo probable” que los gobiernos de izquierda en Latinoamérica amenacen los intereses estratégicos de EE.UU. en la región.

Analizando más de cerca los resultados, tratamos de buscar patrones en las respuestas. Distinguimos por edad, por ideología (“neutro”, “algo conservadora”, “algo liberal”, “muy conservador”, “muy liberal”), por etnicidad, por partido político (“demócrata”, “independiente”, “republicano”, “otro”), por nivel de educación y por sexo (“mujer”, “hombre”, “prefiero no decir”, “no binario”). 

Si miramos las cifras discriminando por sexo, podemos concluir que todos están mayormente de acuerdo que no es muy probable que los gobiernos de izquierda en la región sean una amenaza para los intereses de EE.UU. en la región.

Y si nos concentramos en la división ideológica de las respuestas, podemos pensar que estamos viendo un cambio de ideologías en el gobierno: es decir, que la razón por la que la mayoría ve como poco probable que la presencia de gobiernos de izquierda afecte los intereses de EE.UU. en la región obedece a que cada vez hay más tomadores de decisión son de orientación liberal.

Conclusión

Nuestros resultados muestran que la mayoría de los encuestados consideran que los gobiernos de izquierda no son una amenaza para los intereses de EE.UU. en la región. El 20 de abril, por ejemplo, el presidente estadounidense Joe Biden se reunió con el presidente izquierdista colombiano Gustavo Petro. Durante su plática cubrieron varios temas incluyendo la prosperidad económica, cambio climático, la democracia y promoción de la paz. Esta junta simboliza la intención del gobierno estadounidense a colaborar y trabajar con gobiernos izquierdistas.

Si los EE.UU. continúa con esta actitud y con el cambio de estrategia que se ha visto hasta este punto no solo sería importante para las relaciones futuras entre América Latina y los EE.UU. Si no que también las estrategias de la plática exterior de ambos lados podrían beneficiarse. 

Shauna Gillooly recibió su doctorado en ciencia política desde la universidad de California, Irvine, donde se especializó en relaciones internacionales y estudios de paz y conflicto. Su tesis se enfocó en el conflicto Colombiano y fue apoyado por la Comisión de Fulbright. Actualmente, es una investigadora...