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El Centro para la Cuarta Revolución Industrial en Colombia apoyará la difusión de los beneficios de las tecnologías emergentes y buscará estrategias que morigeren sus impactos negativos. La renta básica universal (RBU) hará parte de los mecanismos a estudiar en el futuro inmediato.

En el mes de abril el Dane reportó una tasa de desempleo del 10.3 por ciento, la cual no debe sorprender si se tiene en cuenta que la región está enfrentando las transformaciones propias de una revolución industrial. Diversas investigaciones establecen que los países deberán prepararse en las próximas décadas a tasas de desempleo superiores al 25 por ciento debido a la automatización de un sin número de trabajos que tradicionalmente requerían de un ser humano, y a la imposibilidad de muchos ciudadanos de adquirir las competencias necesarias para las nuevas formas de trabajo que irán emergiendo.

El concepto de cuarta revolución industrial fue propuesto por el economista Klaus Schwab en el marco del Foro Económico Mundial del 2016. Según este autor Estamos al borde de una revolución tecnológica que modificará fundamentalmente la forma en que vivimos, trabajamos y nos relacionamos. En su escala, alcance y complejidad, la transformación será distinta a cualquier cosa que el género humano haya experimentado antes“.

Para los economistas esta revolución afectará el trabajo y profundizará las desigualdades.

En cuanto al trabajo la afectación al menos tiene dos vertientes, por un lado la disminución en las condiciones de calidad en las cuales se presta y por otro la eliminación de puestos de trabajo.

Ejemplos en torno a la calidad se encuentran en la informalidad de los servicios a domicilio y en cuanto a la eliminación, en los servicios de call center están los primeros ejemplos. Empleos como conductor y recepcionista serán remplazados por robots, tal como ocurrió con los cajeros en los parqueaderos de los centros comerciales.

En torno a la profundización de las desigualdades, un estudio financiado por el Deutsche Bank en el cual compararon los ingresos y los costos de vida de 56 ciudades representativas alrededor del mundo, permite evidenciar no solo las diferencias sino también su relación con el poder de los desarrollos tecnológicos.

Mientras que el salario mensual en Lagos (Nigeria) es de 236 dólares en Zúrich (Suiza) es de 5.896 dólares, siendo mayor el contraste si se compara el Cairo (Egipto) con 206 dólares frente a los 6.526 dólares de San Francisco (EEUU). En el caso de esta última ciudad los investigadores indican que el aumento del 88 por ciento en los ingresos durante los últimos cinco años y del 31 por ciento sólo en el 2018, se explican por la explosión del sector tecnológico que se inició en Silicon Valley y que se ha ido expandiendo hasta llegar a San Francisco.

Una de las acciones propuestas por la seguridad social para satisfacer las necesidades de los ciudadanos en situación vulnerable es la Renta Básica Universal (RBU), la cual consiste en entregar a cada ciudadano que cumpla con determinados requisitos, como por ejemplo estar desempleado y tener un Sisben cero o uno, una suma de dinero fija periódica que les permita sufragar sus gastos básicos.

Esta estrategia, como es apenas natural, tiene opositores y defensores. Finlandia en el 2017 inició un experimento social entregando a 2.000 de sus habitantes 560 euros libres de impuestos, reportando como resultados preliminares y no extrapolables dadas las características de la muestra, un aumento estadísticamente significativo en el bienestar de los ciudadanos que reciben la renta, así como un bajo impacto en las perspectivas laborales.

En relación con las políticas públicas, en Medellín se acaba de inaugurar el quinto Centro para la Cuarta Revolución Industrial en el mundo y el primero en la región.

Dicho Centro convoca tres actores claves, el sector público, el sector privado y la academia, teniendo como norte el desarrollo de marcos de política públicas, que permitan acompañar a la región en la implementación de las tecnologías emergentes, es decir en la implementación de la cuarta revolución industrial. Dentro de dichas políticas sin duda estarán las relacionadas con el derecho laboral y la seguridad social, buscando disminuir los efectos negativos que dicha revolución viene generando.

En algún momento será necesario pensar en tipos de ocupaciones por las cuales se pague una RBU, la cual también algunos denominan Salario Básico Incondicional; dentro de dichas ocupaciones el cuidado de adultos mayores, el trabajo con población discapacitada, el cuidado de parques públicos y el teatro al aire libre, serán muy comunes.

El desafío por supuesto estará no solo en lograr el financiamiento y administración de dicha prestación económica, sino también en generar los cambios culturales necesarios que permitan entender que el trabajo cada vez tiene menos relación con un lugar al que se va o con una actividad que se hace para ganar un sustento, y cada vez más con una serie de acciones que tienen relación con una visión del mundo y la forma de realizarse como ser humano.

Director Grupo de Investigación en Derecho Privado, Facultad de Jurisprudencia de la Universidad del Rosario. Médico, Abogado, Especialista en Derecho del Trabajo, Master en Administración, Coach Ontológico, Doctor en Ciencias de la Dirección.