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El gobierno nacional necesita impactar socialmente el país con una educación para la competitividad y la empleabilidad.

El presidente electo Iván Duque propuso en campaña que los jóvenes en su gobierno tendrían la posibilidad de doble titulación, “en una mano el cartón de bachiller y en la otra el de técnico laboral”. Dicha promesa no tiene nada de innovador, pero sí puede convertirse en una propuesta retadora para trazar política educativa nacional en formación dual.

De innovadora, la propuesta tiene muy poco porque ya muchos jóvenes estudian hoy en instituciones técnicas industriales o de media técnica, logrando el “doble título” en articulación con el SENA o con algunas instituciones universitarias y técnicas.

Detrás de estas iniciativas hay muchos años de experiencia, pero, si se ajusta la propuesta en una perspectiva metodológica y con proyección, puede convertirse en un programa retador al lograr iniciar una política sostenible de ofrecer gratuidad gradual en el primer nivel de la educación superior.

Esto, juega un papel importante con miras a iniciar una oferta para aquellos estudiantes que desee optan por la formación técnica laboral y/o profesional y continuar posteriormente como tecnólogos que en cadena formativa pueden profesionalizarse.

Es decir, convertirse en profesionales en tres momentos (técnico, tecnólogo y profesional) que conjuguen bien la experiencia laborar y la formación académica, empezando estudios desde el grado 10° de la educación media.

Es posible que paralelamente al programa Ser Pilo Paga (SPP), se pueda posicionar el programa Ser Técnico Profesional o Laboral Sí Paga (STPLP), porque efectivamente se ampliaría la cobertura y las oportunidades de titulación, que hoy en el PSP no se pueden medir porque su primera cohorte inició en 2015.

Lo que sí sabemos es que los niveles de deserción están en aumento por dificultades como adaptabilidad universitaria o falta de orientación profesional para “acertar” en el programa a estudiar.   

Para pensar este propósito de STPLP, quien asuma como Ministro-a de Educación necesita hacer una modernización educativa con base en componentes como: actualización docente, articulación pedagógica, uso de tic, renovación de equipo, materiales de aula, laboratorios y maquinarias entre otros.

Según cifras del DANE de 2015, el 69% de los  jóvenes colombianos está en condición de pobreza y vulnerabilidad. Esta realidad, evidencia que son muchas las barreras que deben sortear para construir su proyecto de vida. Las brechas en el acceso a educación superior de calidad, y más, a la educación terciaria (técnicos y tecnólogos), son una de ellas.

La responsabilidad de tomar acciones para cerrar brechas no solo será ministerial, si no de los empresarios y del sector productivo, pues se necesita hacer efectivos los indicadores de las mesas sectoriales y de los estudios investigativos de las universidades.

Por ejemplo, el Consejo Privado de la Competitividad alertó en su Informe de 2016 que aún falta mucho camino para mejorar la calidad educativa, sobre todo en lo que respecta a la articulación de la educación superior con el mercado laboral. El Banco Mundial confirmó esta cifra y añadió que 47% de los empleadores en el país tiene dificultades para encontrar talento humano con las habilidades necesarias.

Para reafirmar este panoramael estudio “Lotería de la Cuna” 2016 de la Universidad de los Andes, señaló que una variable es la alta deserción de jóvenes en los niveles básicos de enseñanza y la posterior repercusión de estas cifras en el acceso a la educación superior: de cada 100 niños que entran a grado primero con padres con baja formación educativa, solo 78 alcanzan grado quinto, menos de la mitad llegan a grado noveno, solo 39 logran llegar a grado undécimo y 11 acceden a educación superior. Y de los que logran ingresar, la mayoría prefiere un título universitario al técnico: solo 11% de los egresados tiene una formación técnica y tecnológica.

Así, la formación con pertinencia es un gran desafío para el país que debe considerarla como un factor de éxito social que combata la pobreza, la violencia, el desplazamiento y el desempleo. Además de convertirse un constituyente fundamental para la competitividad, más ahora que Colombia ingreso a la OCDE y que requiere transformar sus estándares en calidad educativa.

Ahora bien, qué interesante que algunas de las más prestigiosas universidades ofertaran programas técnicos y dejasen de estigmatizar que ser técnico es una educación de segunda categoría. En Europa, el profesional técnico es uno de los perfiles más demandados, con 48,2 % de las ofertas laborales.

En el ámbito local el SENA presenta un 51% de empleabilidad en sus egresados y según aplicativo Sofía plus en 2017 entre técnicos laborales y formación titulada cuenta con un aproximado de 665.409 mil aprendices.

Solo en formación de programas técnicos profesionales, Colombia cuenta con 35 instituciones universitarias que atienden un poco más de 90 mil jóvenes con un costo promedio de 500 mil pesos por semestre.

Así, comparativamente con los recursos invertidos en el programa Ser Pilo Paga, de más de 400 mil millones de pesos, se pueden atender en STPLP los casi 480 mil estudiantes que cada año egresan de bachillerato, porque con los 15 millones de pesos que en promedio cuesta un estudiante SPP en una universidad privada se atienden 30 técnicos laborales en una pública.

Así, en 4 semestres es posible que el país titule más de 250 mil técnicos profesionales de forma gratuita. Una cifra sin precedentes en Latinoamérica.

Se deja para el debate nacional, que el programa STPLP podría tener las variantes de atención en competencias laborales en Instituciones de Educación para el trabajo y el desarrollo humano, sumado a las que también actualmente certifica el SENA.

Lo interesante de hacerlo realidad, es conformar mesas regionales para debatir y fortalecer la iniciativa, contribuyendo al primer peldaño de la génesis de la gratuidad en Educación Superior.

Por lo anterior, me la juego por la implementación del programa “Ser Técnico Profesional o Laboral Sí Paga” además para que el discurso sobre economía naranja expresado por el presidente Duque en su posesión no se quede en promesa político-social.

Profesor invitado a las Maestrías en Educación de las Universidades: Icesi, Santiago de Cali, Francisco de Paula Santander e Industrial de Santander-UIS. Exsubsecretario de Educación de Cali. Columnista de periódicos y revista de circulación nacional. Candidato a Doctor en Educación de la Universidad...