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Esta columna fue escrita en coautoría con Claudeth Ospina.
Los más recientes resultados de la Encuesta Invamer y Guarumo y Econalítica 2022 permiten entrever lo que será la contienda electoral del próximo 26 de mayo. No obstante, lo que retumba en los oídos de la gente gira en torno a: el cuasi triunfo de Petro, la remontada de Fico, el estrellón del centro que se representa con Fajardo y las luces para el que se va con Rodolfo. El Caribe dio la sorpresa al mostrarse como una de las regiones más progresistas, dándole el “triunfo” al candidato alternativo. Ahora, si algo hemos aprendido de los procesos electorales es que a las encuestas toca analizarlas con calma, porque ya vimos las disparidades en los resultados de estas dos encuestadoras.
En el Caribe, los cuatro candidatos con mayor intención de voto según Invamer son: Gustavo Petro (57,9 %), Federico Gutiérrez (22,7 %), Sergio Fajardo (8,0 %) y Rodolfo Hernández (3,4 %). ¿Podemos decir, con esto, que en el Caribe se respira un aire progresista abanderado por el Pacto Histórico? Ni tanto.
Es necesario analizar otros elementos. En cuanto a la intención de voto, es importante resaltar que, del total de encuestados para el Caribe, el 38,49 % aún no tiene claro si votaría mientras que el 9,3 % definitivamente no votaría en las próximas elecciones. Es decir que, aunque un porcentaje considerable de los posibles votantes manifiesta su apoyo al candidato Gustavo Petro, el Caribe sigue contando con altos niveles de abstencionismo que pueden no ser la excepción en estas elecciones.
Además, es clave entender que estos elementos confluyen con una dinámica clara y contundente en la región: el clientelismo. Las casas políticas del Caribe mueven la política electoral y tienden a “voltear” los tentativos resultados de las encuestas. Más aún cuando la campaña negativa hacia Petro desde la derecha ha sido mucho más fuerte que en 2018. Así, el presunto triunfo de Petro debe cogerse con pinzas. Si bien hay factores que indican que puede ser el próximo presidente, analicemos hechos: en las consultas presidenciales, en el Caribe se lograron aglutinar más votos para la izquierda (1.258.474) que para la derecha (1.087.779), pero es bien sabido que la dinámica para las elecciones de Congreso fue distinta. Desde el Caribe lograron posicionarse más candidaturas de derecha que de izquierda, tanto para Senado como para Cámara.
Ahora, ¿podemos decir con esto que Petro no tiene ninguna posibilidad en el Caribe? Tampoco.
Petro tiene varios elementos a su favor en este proceso electoral, entre estos el escandaloso declive que ha experimentado el “voto de centro” en la región, tanto así que hace un año (abril de 2021) casi el 30 % de los colombianos se consideraba de centro, un 10 % menos que hoy día (20,3 %). Esto puede explicarse por tres motivos: 1. La inexistencia de un liderazgo fuerte de centro que articule verdaderamente las demandas de estos ciudadanos. 2. Las afectaciones que tuvo el centro con el proceso de las consultas presidenciales (múltiples riñas entre sus candidato/as) y los resultados del mismo (siendo la consulta menos votada de las tres). 3. Lo fragmentada que se encuentra la imagen de Sergio Fajardo debido a los resultados del proceso electoral en 2018.
A esto debe sumarse la cabida que ha encontrado el discurso de Petro en la región. El candidato de la izquierda ha sabido conectarse con los/as jóvenes y ha hecho una lectura clara de las necesidades del país tras las movilizaciones que vienen desde 2019 -y que siguieron con más fuerza en 2021-. Además, le ha beneficiado ser un senador vigente y dando las discusiones en el Congreso. Para el caso de la región Caribe, existen factores como la constante exposición a la opinión pública de la hegemonía de poder con la casa Char y los caciques políticos tradicionales desde hace varios años por este candidato. Por último, fue el impulsor de su hijo Nicolás Petro a la candidatura a la Gobernación de Atlántico, disputándose a la clase política tradicional, que lo tiene hoy como diputado. Tanto así que se ha convertido en el mayor embajador en la región de la candidatura de su papá.
Este avance del progresismo en la región lucha contra fuerzas pujantes dentro de su contexto: el clientelismo, la abstención y problemáticas estructurales claves en la región que deben ser priorizadas en la agenda de los/as candidatos/as a la Presidencia, entre los que se encuentran la seguridad ciudadana, informalidad laboral y seguridad alimentaria. Tanto así que, según la Encuesta Pulso Social, las tres ciudades con mayores afectaciones en cuanto a seguridad alimentaria son Sincelejo, Barranquilla y Cartagena, todas pertenecientes al Caribe. La región Caribe es clave en la definición del panorama electoral. En procesos electorales anteriores ha sido el talón de aquiles que no les ha permitido a otras figuras “alternativas” posicionarse en el imaginario de los ciudadanos.
Los/as candidatos/as a la Presidencia deben entender que Colombia es un país de regiones; aquellos que logren avanzar hacia esta dirección y proponer de acuerdo a las realidades territoriales seguramente obtendrán mejores resultados en las próximas elecciones.