Este es un espacio de debate que no compromete la opinión de La Silla Vacía ni de sus aliados.
Este 9 de octubre se anunció como ganador del premio Nobel en Ciencias Económicas en 2017 al Profesor de la Universidad de Chicago Richard Thaler. La Real Academia Sueca de Ciencias decidió otorgar el premio a Thaler por “sus contribuciones a la economía del comportamiento.”
Este 9 de octubre se anunció como ganador del premio Nobel en Ciencias Económicas en 2017 al Profesor de la Universidad de Chicago Richard Thaler. La Real Academia Sueca de Ciencias decidió otorgar el premio a Thaler por “sus contribuciones a la economía del comportamiento.”
Me atrevo a afirmar que Richard Thaler ganó mucha de su actual popularidad gracias a “Nudge: Improving Decisions About Health, Wealth, and Happiness,” el libro que escribió junto a Cass Sunstein en 2008. En Nudge, cuya traducción al español viene siendo algo así como “empujoncito,” Thaler y Sunstein popularizan el concepto de Paternalismo Libertario. Esto es, la idea de un gobierno (u otra autoridad) que puede diseñar políticas que les permita a los ciudadanos tomar mejores decisiones sin limitar su autonomía. La ciencia detrás de estos empujoncitos está en cómo las alternativas de decisión son presentadas, y en entender los fundamentos psicológicos detrás de esta “arquitectura de las alternativas.”
Un ejemplo de estos nudges o empujoncitos es la elección de un menú en el restaurante universitario. Si la universidad considera que aumentar el consumo de frutas y verduras es una política socialmente deseable, puede maniobrar la disposición de frutas, verduras y carbohidratos de forma que los primeros sean más visibles que los últimos. Esta política clasifica como un nudge. Proveer información de las calorías contenidas en una porción de frutas, de verduras y de carbohidratos también clasificaría como un nudge. Por el otro lado, prohibir los carbohidratos o realizar un descuento en el precio de frutas o verduras ya no sería considerado un nudge. La primera opción porque está limitando las opciones de decisión, y la segunda opción porque está introduciendo incentivos monetarios.
Pensando en que la mayoría de discusiones sobre la relevancia del trabajo de Thaler pueda quedarse en la popularización y relevancia de los nudges en la formulación de políticas, es bueno ir dos décadas antes de Nudge para hacer una lista, no exhaustiva, de los comportamientos en los que Richard Thaler ha contribuido a categorizar como atípicos a la luz de la teoría económica:
Mental accounting ó contabilidad mental: usted merca dos veces al mes. Una vez paga en efectivo y la otra vez paga con tarjeta de crédito. En promedio usted gasta más dinero cuando paga con tarjeta de crédito porque usted “compartimenta” los gastos en su cerebro y el dinero en efectivo lo percibe como más costoso.
Endowment effect ó el efecto de dotación: usted recibe un esfero y le preguntan por cuánto dinero está dispuesto a renunciar a él. Este valor, cuando se promedia entre muchos individuos, es más alto que la disponibilidad a pagar por el esfero si al mismo grupo de individuos si no se les hubiera entregado el esfero.
The overreaction hypothesis ó hipótesis de sobre-reacción: usted obtiene unas ganancias (o unas pérdidas) no anticipadas en el mercado financiero. Usted y los demás inversores magnifican las buenas (o malas) noticias y el ajuste de los precios es excesivo. Los portafolios de los “ganadores” iniciales terminan dando peores resultados que un portafolio “perdedor” hasta por cinco años.
Volviendo a los nudges, Richard Thaler revela en un podcast que suele autografiar copias de su famoso libro con el mensaje “nudge for good.” Este mensaje es clave porque nos recuerda que así como los principios psicológicos detrás de los nudges pueden utilizarse para ayudar a tomar decisiones que como sociedad consideramos deseables, también pueden utilizarse para servir a intereses particulares.