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Cuando la Vicepresidenta Marta Lucía Ramírez pide inhabilitar por 20 años al grupo Odebrecht, más que un castigo de índole penal, le preocupa una variable central de la estrategia empresarial: alinear las decisiones de la alta dirección al largo plazo.
Uno de los tantos efectos negativos de la corrupción está dado por su amenaza al derecho a la supervivencia de las empresas, siendo la planeación estratégica la función central de la alta dirección que logra impactar de manera positiva la protección de dicho derecho.
En las últimas décadas, el gobierno corporativo, cuando aborda los temas relativos a la función de planeación a cargo de los órganos de gobierno, precisa que al momento de definir los objetivos y los proyectos es necesario tomar como criterio orientador el largo plazo, dado que el mismo permite que los ejecutivos privilegien los intereses de los accionistas sobre los suyos.
Cuando un directivo ofrece una coima persigue un resultado en el corto plazo, el cual suele expresarse en la adjudicación de un contrato. Sin duda dicho resultado, por regla general, trae beneficios inmediatos en los estados financieros y consecuentemente una valoración positiva del desempeño de la gerencia; sin embargo, en el largo plazo, se está destruyendo valor.
En otras palabras, la alta dirección en su modelo mental debe incorporar series de tiempo que comprendan plazos que superen el año y en muchos casos incluso los tiempos propios de la expectativa de vida de las personas.
El largo plazo como elemento constitutivo de la ética ya había sido precisado por filósofos como Aristóteles y Heidegger, quienes en sus lecciones destacaban como la ética correspondía a aquel lugar que todo ser humano construye en su interior a través de sus actos, y del cual brotan sus decisiones, los cursos de acción que está determinado a seguir. Si la persona obra bien una vez y logra hacerlo de la misma manera nuevamente, irá convirtiendo en hábito dicha forma de proceder, y será dicho hábito el que irá construyendo el ethos desde el cual emergerán los actos de dicha persona.
Es evidente entonces que el planear no es un ejercicio puramente científico; realmente la ciencia será el medio para el logro de un fin superior: garantizar la supervivencia de toda organización y de esta manera construir tejido social, generar empleo, producir riqueza, diseñar un mejor futuro tanto para quienes son parte de la comunidad como para aquellos que vendrán a unirse en unos años.
Así las cosas, cuando la Vicepresidenta pide la imposición de una sanción consistente en 20 años, destaca como las series de tiempo a tener en cuenta al analizar y decidir acerca de los temas importantes en el mundo organizacional deben ser amplias, sin importar si el decisor será o no testigo de excepción de los resultados generados.
¿Es posible que la velocidad con que hoy ocurren hoy los procesos gracias a la tecnología, tenga alguna relación con los graves problemas relativos a la corrupción en las organizaciones?