El Club de Roma, desde su programa The 50 percent, abre los primeros espacios de diálogo intergeneracional con los jóvenes de América Latina y el Caribe y Sudáfrica. 

El Club de Roma es una organización creada desde 1968 que está compuesta por personas que “comparten una preocupación común por el futuro de la humanidad y se esfuerzan por marcar la diferencia”. 

Sus miembros son destacados científicos, economistas, empresarios y empresarias, funcionarios de alto nivel y exjefes de Estado de todo el mundo. En el marco de este club se publicó uno de sus grandes informes socioambientales a nivel global en 1972: “Los límites al crecimiento”.

Los miembros del Club de Roma se reúnen cada año para compartir experiencias y proyectos. El 4 y 5 de diciembre de 2022 se realizó la reunión anual que se tituló “Pasando de los límites del crecimiento a la equidad global para un planeta saludable: ¿Cómo garantizamos una gobernanza transformadora?”. Este encuentro se celebró en la Universidad para la Paz de Costa Rica. 

Se resalta que esta conferencia fue significativamente relevante para el Club de Roma, dado que en ella se celebró el aniversario de los cincuenta años de su informe más emblemático y reconocido.

Además, en esta conferencia se contó con la participación de jóvenes líderes de Argentina, Colombia, Brasil, Bolivia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, México y Sudáfrica que hacen parte de The 50 percent

Este es un programa global de participación juvenil del Club de Roma y la Universidad Estatal de Pensilvania. Su misión es fortalecer a los jóvenes líderes del mundo facilitando oportunidades para que puedan implementar sus iniciativas y procesos comunitarios con el apoyo y acompañamiento necesario.

Sobre esto, Sandrine Dixson-Declève, copresidenta del Club de Roma, sostiene que “los jóvenes de hoy son los líderes del mañana y una voz esencial en el rediseño de nuestros sistemas económicos, políticos y financieros para garantizar un planeta resiliente, saludable, sostenible y equitativo”.

De esta forma, se hace evidente un Club de Roma que está a la vanguardia de la realidad global y que reconoce en los jóvenes la posibilidad de agenciar y enfrentar responsablemente problemáticas sociales y ambientales que hoy aquejan a la humanidad.

Así, la primera delegación de jóvenes que participó en este encuentro tuvo la oportunidad de dialogar y escuchar a los científicos, gobernantes, líderes y demás miembros de alto nivel que conforman el Club de Roma. 

Sobre esto, los delegados juveniles sostienen que “fue una oportunidad única e invaluable para cada uno de nosotros, dados los aprendizajes y las nuevas redes de contactos para potenciar nuestras iniciativas en las comunidades con las que trabajamos en nuestros respectivos países”.

Igualmente, esta delegación afirma que es muy importante que se abran estos espacios y que los jóvenes encuentren en el Club de Roma un posible apoyo para potenciar proyectos, pues aunque el club era muy reconocido a nivel mundial, era muy poca su articulación con los jóvenes.

Por ello, el encuentro para la celebración de los cincuenta años del informe “Los límites al crecimiento” implicó para esta delegación de jóvenes la apertura de una puerta que posibilita soñar, aprender, fortalecer conocimientos y habilidades y crear una red de jóvenes del sur global alineados con esas nuevas miradas y apuestas que está liderando el Club de Roma en el mundo.

Según Matías Lara, jóven argentino que co-coordinó la participación de la delegación de jóvenes en el encuentro anual del Club de Roma, a partir de este espacio se está trabajando en la creación de una coalición de jóvenes para jóvenes que, en articulación con el club y sus apuestas, fortalezca e impulse las iniciativas de aquellas lideresas y líderes que trabajan por y para sus comunidades.

En suma, el encuentro anual del Club de Roma amplió su significado al posibilitar la movilización de mentes e iniciativas lideradas por jóvenes que ahora comparten su experiencia con otros, lo que aproxima las acciones e iniciativas de este grupo de personas de alto nivel a los jóvenes de América Latina, el Caribe y Sudáfrica. 

Es la directora de la Fundación Grothendick de Colombia y doctorante en derecho en la Universidad de los Andes. Estudió ciencia política y maestría en construcción de paz y derecho internacional. Sus áreas de interés son el derecho ambiental, el cambio climático y el desarrollo sostenible.