En la jornada electoral de este fin de semana los resultados electorales fueron contundentes, a excepción de Barranquilla y Santa Marta, las grandes capitales cambiaron de gobierno y giraron con fuerza hacia la derecha. Algo similar pasó con las gobernaciones.

Hoy, más allá de la división política que se viene agudizando en los últimos años, el país amaneció dividido políticamente entre las regiones por un lado, y el gobierno nacional por el otro.

Este viraje político parece cíclico, en un Estado donde las grandes crisis sociales, políticas y económicas han vuelto crónicas las solicitudes de cambio. Un cambio que el año pasado se esperaba que se materializara con el primer gobierno de izquierda en la historia republicana del país, pero que hasta ahora no se ha dado. Hoy el gobierno nacional parece más paralizado que transformador.

En este orden de ideas, vale la pena hacer un análisis de cómo este cambio afectará la agenda ambiental. Gran parte de la crisis en los gobiernos locales y regionales obedecen a problemas ambientales como: el manejo de los residuos y su disposición final, la problemática minera, el fenómeno de El Niño y su riesgo de desabastecimiento, la pérdida de alimentos, o el aumento en el costo de la energía y la inflación.

Un reto hacia el futuro que se intensifica en las regiones y las ciudades del país, a causa de la crisis climática, el calentamiento global y la necesidad de proteger la fauna y flora de los territorios.

Los gobernantes electos deberán avanzar más allá de lo discursivo con acciones contundentes en la solución de los problemas ambientales. Medidas de mitigación y prevención frente al cambio climático, estrategias de educación y empoderamiento ambiental ciudadano.

Del compromiso en estos temas y la priorización de la agenda ambiental por parte de los nuevos gobiernos dependerá que el cambio y la solución de los problemas ambientales de las ciudades y regiones del país no siga quedando en el aire, como un ejercicio populista. Y que por fin comience a tener una atención responsable, no queda más que confiar en que así sea.

Politólogo y magíster en Medio Ambiente y Desarrollo de la Universidad Nacional de Colombia, máster en Gobierno y Gestión Pública en América Latina de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, España. Académico y activista ambiental.