Es viernes, continúa lloviendo desde hace cuatro días y no se espera tregua este fin de semana. A primeras horas de la mañana de hoy el reporte de las personas damnificadas asciende a 15.000. Entre estas están quienes han abandonado sus casas o han sido rescatados a través de diferentes medios como los helicópteros de la Aeronáutica Militar Italiana, carabineros, bomberos, defensa civil, miembros de los cuerpos especiales de la policía italiana, voluntarios de alcaldías y ciudadanía activa.

72 horas ininterrumpidas de maniobras y operaciones de socorro ante la peor tragedia ambiental en la historia de la Emilia Romagna al nordeste de Italia marcan la llegada oficial del cambio climático en Europa, metiendo de rodillas al agua a la tercera región más productiva de Italia y la primera en calidad de vida.

Pero además pone en jaque el segundo territorio con más deslizamientos de tierra y de mayor áreas inundables en toda Italia, sin contar que posee una de las redes hidrográficas más ricas de todo el viejo continente. Es un territorio con innumerables ríos y afluentes que bajan de los Apeninos y de los Alpes y que a través de un pasaje de múltiples redes hídricas desembocan en el Mar Adriático.

Si tomáramos una imagen del territorio inundado de la Mojana (Sucre, Córdoba y la depresión momposina) e hiciéramos una comparación con una vista de planta del actual desastre hidrogeológico acontecido en Emilia Romagna, no habría casi diferencias.

Dos imágenes superpuestas quizás nos mostrarían contraste en la arquitectura de los techos y árboles desnudos de duraznos, peras, cerezas y albaricoques, la excelencia agrícola de exportación internacional, propio en esta tierra donde nació el geógrafo italiano Agustin Codazzi.

También hay 300 deslizamientos activos y grietas en el territorio de montaña o Apenínico y en las 500 vías de tránsito y carreteras secundarias inhabilitadas. Parecería que el San Jorge y sus afluentes del Sinú se hubiesen transportado hacia el nordeste del país mediterráneo reemplazando el Savena, el Reno y el Savio..

Los helicópteros patrullan todo el día en la capital, Bologna, y en los municipios de su área metropolitana. En esta ciudad los daños en la periferia ascienden a 6 millones de euros y aún así el panorama no resulta tan desgarrador como lo que han experimentado el resto de los damnificados en pequeños municipios y corregimientos de otras provincias o departamentos.

Ahí comienza a escasear la comida. Los supermercados abiertos han sido literalmente vaciados por quienes temen el hambre y el resto están cerrados por inundaciones.

En los 41 municipios afectados de las provincias de Ravenna, Forli-Cesena, Bologna y Rimini, es decir la mitad de la región, una compleja red de 4.500 hombres y mujeres conforman las patrullas aéreas, los camiones de bomberos, las canoas o barcas inflables, los anfibios del ejército y policía que no han cesado de buscar sobrevivientes y personas imposibilitadas en medio del agua y el fango.

La mitad de la región tiene agua, lodo y tierra hasta el cuello. Y como ya ha declarado su máxima autoridad institucional, el presidente de la región Stefano Bonaccini: “ Esto que nos está sucediendo es equiparable a un terremoto”.

¿Tragedia anunciada?

Los datos que hasta ahora se conocen desconciertan y alarman. Nada pudo bastar para contener los mil milímetros de lluvia que comenzaron a caer desde el martes y que en tres días causaron el desbordamiento de 23 ríos, 41 municipios inundados, 14 muertos, 300 deslizamientos de tierra, y 400 carreteras, calles, puentes y vías de acceso destruidas. En pocas palabras, en tres días cayó la cantidad de lluvia que se esperaba en un año entero.

Según declaraciones de la directora del WWF Italia a la RAI, la región Emilia Romagna estaba ya en condiciones naturales de hiper vulnerabilidad sin la debida preparación para enfrentar el cambio climático que se le venía encima y por añadidura había aumentado la cementificación en los últimos 2 años; es decir, la construcción de viviendas en áreas naturales que es una de las principales causas de la inestabilidad hidrogeológica en toda Italia, palabra clave referida a todas las acciones causadas por el hombre que conlleven erosión y alteraciones considerables en los ciclos hidrológicos, entre estas el aumento exagerado de urbanización. Y así ningún cambio climático aguanta.

De hecho, según datos del Ispra (Instituto Superior para Investigación del Medio Ambiente) la región afectada es un territorio en riesgo hidrogeológico en el cual el 60,2% de las viviendas está bajo peligro de inundación, que corresponde a una población de 8 millones de personas.

Antes del desastre un 94% de la población de esta región italiana compuesta por 8 provincias ya estaba viviendo en áreas de alta peligrosidad. Cómplices de todo el desastre, según revelaciones del diario Il Sole 24 Ore, son las infraestructuras obsoletas, los diques bloqueados y el escaso mantenimiento de los ríos.

No obstante, el gobierno central afirmó que las medidas de contención hidrológicas actuales son insuficientes ante la tropicalización del clima ya que estos desastres serán más frecuentes.

Por ello, el ministro del medio ambiente afirma que “tenemos que intervenir sobre una red primaria y secundaria que sea capaz de hacer fluir el agua de las lluvias en menos tiempo hasta que llegue rápidamente al mar”.

Las pérdidas económicas

En este momento la prioridad es la vida de los damnificados y el hallazgo de los desaparecidos e incomunicados. Desde el lunes comenzaremos el trabajo de cálculo. Llegará una comisión de expertos del gobierno central para ayudar a la región. Nos levantaremos, como siempre lo hemos hecho, aun después del terremoto del 2012 y del Covid, dijo el presidente de la región.

La economía del territorio es reconocida por el liderazgo a nivel europeo en automatización, metalmecánica, plantas para la fabricación de la industria cerámica y por su excelencia en la hotelería y el turismo conectado al Mar Adriático (zona también afectada).

El balance de empresas cerradas e inhabilitadas, así como de personas que faltan a sus trabajos, tampoco ha sido cuantificado. La Ferrarri, empresa originaria de este territorio, ha comunicado una donación de un millón de euros.

¿Qué hacen el gobierno central y los bancos? El gobierno acaba de asignar 30 millones de euros aprobando además la inmediata interrupción del pago de los recibos de agua, basura, luz y gas para todos los usuarios en los municipios afectados por la calamidad y la suspensión de los intereses por préstamos a las instituciones bancarias.

Pero, ¿cuánto tiempo pasará antes de que se recuperen los daños incalculables que la gran avalancha de tierra y las inundaciones han causado? Hasta ahora es impredecible, aunque no estamos hablando de tiempos bíblicos.

Ante esta perspectiva queda por pensar en la fuerza que mueve a los habitantes de esta zona, a grupos de voluntarios como los “ángeles del fango”, jóvenes entre los 16 y 35 años originarios de Cesena, una de las ciudades más afectadas, que día y noche limpian, desocupan y sacan el fango de las casas de los damnificados. Todo normal en una tierra reconocida por crear asociaciones de voluntariado bajo un gran espíritu de colaboración.

En pocas palabras, podríamos decir que el bien colectivo involucra el patrimonio ambiental. Ser indiferentes es como haber asistido anoche al polémico concierto de Bruce Springsteen, celebrado a hora y media de distancia del territorio afectado, en un parque donde los 37.000 espectadores y los camiones arrasaron con la hierba del parque.

Lina Scarpati es graduada en Comunicación Social con énfasis audiovisual en la Universidad del Norte (Barranquilla, Colombia). En el 2001 obtiene una beca para estudiar Marketing cultural en la Universidad de Bologna, donde comienza su carrera en Italia trabajando en producción de documentales, comunicación...