Este es un espacio de debate que no compromete la opinión de La Silla Vacía ni de sus aliados.
El 5 de junio fue definido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) como el Día Mundial del Medioambiente con el propósito de sensibilizar a las personas frente a los temas ambientales, romper la indiferencia y motivar para que cada vez más ciudadanos se conviertan en agentes de cambio que promuevan la protección, conservación y cuidado de los recursos naturales y todas las formas de vida (no solo la humana, sino también todas las especies de fauna y flora) que habitan el planeta.
Pero esta celebración nos llega en un momento en el cual hay muy poco que festejar. La tierra no está en un buen momento en materia ambiental. El mundo está viviendo una de las peores emergencias climáticas de su historia. Nunca antes se había perdido tanta biodiversidad y tantas especies se encontraban en riesgo de extinción en tan poco tiempo; la lucha contra el cambio climático se está perdiendo y los gobiernos y organismos no gubernamentales en la práctica no están haciendo mucho, y lo más grave de esta realidad es la alta desconexión y apatía de los ciudadanos por los asuntos ambientales, generando un escenario futuro poco prometedor para la humanidad.
Comenzar a cambiar esta realidad no es una tarea exclusiva de los gobiernos y los políticos. La llave del cambio se encuentra en la gente y en la capacidad de cada uno para transformar sus hábitos cotidianos, buscando ayudarle al planeta a mejorar sus condiciones y disminuir la destrucción de sus recursos. En otras palabras, la solución a los problemas ambientales comienza con un cambio social donde cada día más personas sean parte de la solución y no del problema.
Este cambio es justo lo que busca impulsar la ONU con la conmemoración del día del Medioambiente. Y una opción para comenzar este proceso, de manera sencilla y sin grandes sacrificios, puede ser cambiando la manera de movilizarse: utilizar cada vez más el transporte público, la caminata y la bicicleta, en vez de los vehículos particulares, resultaría decisivo para disminuir la contaminación y mejorar las condiciones ambientales de las ciudades.
Justo el 3 de junio se celebró el día de la bicicleta, una oportunidad para promover el uso de este medio de transporte por ser sostenible, sencillo, asequible y ecológico. Usar la bicicleta, ya sea para movilizarse o ejercitarse, beneficia la salud, el medio ambiente y la economía. Las ciudades con alta circulación de bicicletas son ciudades amigables con el medio ambiente, pues se reducen considerablemente los niveles de contaminación del aire y el ruido.
En Medellín, según la última encuesta Origen-Destino realizada por el Área Metropolitana (autoridad ambiental y de movilidad en la ciudad), se realizaron un total de 6.131.727 viajes; el tiempo promedio de cada uno fue de 36 minutos y la distancia aproximada de 6,9 kilómetros. El 27 % de estos viajes se realizaron a pie; el 19 %, en transporte público, el 15 % en Metro y Metroplús y el 1 % a pie; es decir, el 62 % de los viajes que se realizaron se hicieron bajo un modelo de transporte amigable con el medio ambiente, y solo el 25 % se hizo mediante transporte privado (13 % automóvil y 12% moto).
Si bien estas cifras son más que positivas, aún es mucho lo que se podría hacer para fortalecer la bicicleta como medio de transporte en la ciudad. La mayoría de los desplazamientos los realizan hombres (88 %), de ocupación trabajadores y estudiantes (86 %), de estratos 2 y 3 (67 %), entre los 18 y 50 años (66 %), en las comunas de La Candelaria, El Estadio, San Javier, Guayabal y Belén (41 %); los trayectos toman un promedio de 31 minutos y una distancia de 5,1 kilómetros.
Quizás el mayor reto que debe superar la ciudad para poder masificar el uso de la bicicleta está determinado por el aumento de la infraestructura vial (ciclovías, ciclorrutas, carriles exclusivos, entre otros) y el uso de unas bicicletas más ajustadas a la topografía de la ciudad, buscando que cada vez sea más seguro y cómodo utilizar este medio de transporte en cualquier parte de Medellín.
Por esta razón, desde el Área Metropolitana a través de su programa EnCicla, se inició en diciembre del 2021 un piloto con 50 bicicletas eléctricas para incentivar cada vez más este medio de transporte y su uso masivo, seguro y eficiente. Ojalá este proceso funcione y se complemente con el aumento de kilómetros de vías para las bicicletas y con campañas culturales que ayuden a ciclistas, peatones y conductores de vehículos a convivir de manera respetuosa y segura.
Así pues, las personas tienen en la bicicleta una primera opción para convertirse en “ecociudadanos”. Este cambio es una buena manera para comenzar a ser parte de la solución y no del problema.
Pero esta no es la única manera de aportar al planeta y de celebrar el Día del Medioambiente. Hay muchísimas opciones para reducir los niveles de consumo, cuidar y proteger los recursos naturales, todas las especies y el agua. Lo importante es que cada persona tome la decisión de romper su apatía, desinterés y entienda que es un grave error el creer que el debate ambiental que hoy vive el mundo no le corresponde. Es fundamental que se comprenda que en la lucha contra el cambio climático todos tomamos una posición; depende de cada uno decidir de qué lado está, si quiere hacer parte de la solución o del problema.
Pd: En la actual coyuntura que vive Colombia, otra opción responsable con el medio ambiente está en leer qué proponen los candidatos presidenciales en el tema y tomar una decisión informada y consciente. Hay que revisar qué tanta prioridad le dan a la defensa, protección y cuidado del medioambiente en sus programas de gobierno. En este tema también se debe romper la apatía y votar a conciencia e informados.