No tiene sentido que un país que ha experimentado de una forma tan desgarradora la conflictividad social que genera la pobreza rural, asigne una porción tan baja de su presupuesto a gestionar su capital natural.

*Foto de portada: Andrés Bermúdez Lievano

En el colegio, el Instituto Pedagógico Nacional, un colegio público de Bogotá,   tomé una materia que se llamaba recursos naturales.

Recuerdo muy vagamente de la clase, pero recuerdo que los recursos naturales eran presentados como un compartimento del mundo que era exótico y que estaba lejos de mí, por lo tanto, yo no tenía mayor relación con ellos.

Mi primaria empezó hace cerca de treinta años y a pesar de eso, creo que el entendimiento del medio ambiente en la sociedad colombiana es similar al planteado en mi clase de recursos naturales, lo que ha hecho que el medio ambiente sea un tema solo de ambientalistas.

El medio ambiente es la base para la vida y nada de lo que pasa en este mundo sería posible sin aire y sin agua y el buen estado de estos recursos es solo posible si tenemos ecosistemas sanos y resilientes. El desmejoramiento de la calidad ambiental afecta no solo a los ambientalistas, afecta a toda la sociedad.

Es claro entonces que la relación entre lo humano y lo natural es profundamente compleja. Esta complejidad se puede entender mejor desde el marco de los Sistemas Socio Ecológicos, este “parte de entender el sistema social y el sistema ecológico como un solo sistema, viendo la dimensión humana como parte de la naturaleza y reconociendo que la delimitación entre ambos sistemas es algo arbitrario”

Colombia desde el año 1993 tiene al Sistema Nacional Ambiental – SINA como principal responsable de la gestión ambiental del país. Este sistema es dirigido por Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible – MADS, que genera política pública basada en el entendimiento de los sistemas socio ecológicos.

Este entendimiento ha venido siendo desarrollado por el Instituto de investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt, el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales IDEAM, el Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas – SINCHI, el Instituto de Investigaciones Ambientales del Pacifico Jhon von Neumann y el Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras José Benito Vives de Andréis – INVEMAR. Finalmente, esta política pública es llevada a la práctica en el territorio principalmente por las autoridades ambientales, tanto en la parte urbana como en la parte rural del país.

Tiene entonces la sociedad colombiana un problema gigantesco entre las manos, en la medida en la que el MADS, entidad rectora del SINA, tendrá una reducción presupuestal del 37,8 por ciento para el 2019. Esto es grave porque muchas instituciones de este sistema reciben aportes económicos para su funcionamiento y para inversión de este ministerio, por lo tanto, las instituciones que reciban menos dinero podrán hacer menos, sin embargo, tienen más responsabilidades que en años anteriores, por ejemplo

  • Deberán gestionar un poco más del doble de las áreas del Sistema Nacional de Áreas Protegidas – SINAP que existían hace 8 años

  • Tendrán que gestionar los páramos del país bajo los nuevos requerimientos de la ley de páramos

  • Deberán hacerle frente a la creciente deforestación del país

  • Deberán zanjar el debate alrededor del fracking y determinar si se puede hacer o no, en qué condiciones y en dónde

Es claro que el problema del presupuesto es transversal a todas las carteras, sin embargo es muy importante observar que en los últimos 18 años, Colombia ha asignado en promedio el 0,39 por ciento del Presupuesto General de la Nación – PGN al MADS y desde el 2015 hasta el 2018 se ha disminuido sistemáticamente la asignación del PGN a esta cartera, pasando del 0,43 por ciento al 0,33 por ciento.

El diccionario quillero de internet define Chichigua como algo pequeño o de poco valor y a la luz de las cifras, los gobiernos de este país han pretendido administrar su capital natural con eso, con chichiguas, que de no haber sido generosamente complementadas por la cooperación internacional, Colombia tendría problemas ambientales mucho más complejos de los que tiene hoy en día.

Si la tendencia de asignación presupuestal del MADS se mantiene, los problemas ambientales de Colombia se volverán cada vez más complejos y el resultado de esto en el corto, mediano y largo plazo serán conflictos, que afectarán principalmente a personas de bajos recursos a lo largo y ancho del país.

No tiene sentido que un país que ha experimentado de una forma tan desgarradora la conflictividad social que genera la pobreza rural, asigne una porción tan baja de su presupuesto a gestionar su capital natural.

El anterior es un problema que tendrá solución desde lo político y esto solo será posible si cada vez más, nos asumimos todos como integrantes del complejo sistema socio ecológico colombiano y no como lo hacíamos en mi clase del colegio.

Es consultor independiente en temas de economía ambiental. Estudió ingeniería ambiental en la Universidad de la Salle y una maestría en economía y gestión ambiental en la Universidad de York. Sus áreas de interés son economía ambiental aplicada en Colombia, incentivos a la conservación y vehículos...