Este es un espacio de debate que no compromete la opinión de La Silla Vacía ni de sus aliados.
El proceso electoral en el país ya va por la mitad de camino, y uno de los temas favoritos de los aspirantes a los cargos de elección popular para conquistar votos son los asuntos medioambientales.
Es común que todos comiencen a subir fotos sembrando árboles, acompañados de animales, haciendo reflexiones en torno al cambio climático, el calentamiento global, la contaminación de recursos naturales, etc. Pero cuidado, ser un comprometido con la agenda ambiental va mucho más allá de eso.
Por esto, se hizo un análisis para elegir 6 aspectos que le pueden servir para detectar cuáles políticos sí están comprometidos con la agenda ambiental, y cuáles no. Le permitirán al lector identificar conocimiento, compromiso, apasionamiento y priorización de la agenda ambiental del político analizado.
Los 6 puntos son:
1. Conocer la trayectoria:
Uno de los puntos más importantes es investigar la trayectoria del político, ver cuáles han sido sus compromisos, logros o luchas asociadas a los temas ambientales. Identificar de tiempo atrás qué causas lo identifican y movilizan.
2. Coherencia:
La coherencia en su actuación y discurso, de nada sirve un político que se dice ambientalista en el discurso y que en sus actuaciones no muestra gestión y coherencia con la agenda verde.
Esos candidatos que llenan la ciudad de publicidad, andan en caravanas de camionetas, contaminan con su “merchandising” y generan residuos desproporcionadamente no tienen una actuación ejemplar y consecuente con una campaña amigable con el medio ambiente.
3. Agenda ambiental:
Sí el político ha ocupado cargos públicos antes, es importante ver que hizo por la agenda ambiental en su gestión. ¿Cuántos recursos, programas, proyectos y normas se gestionaron? La reivindicación y solución de los problemas ambientales requiere grandes compromisos presupuestales, sin asignación de recursos el compromiso es solo simbólico o discursivo.
4. Huella de carbono:
Toda acción humana genera contaminación, por esta razón es oportuno revisar si su político está midiendo su huella de carbono, o que instrumento o estrategia está utilizando para compensar o contaminar lo menos posible.
5. Iniciativas serias:
No es el momento de los populismos, urgen las iniciativas viables, serias y que respondan a los principales problemas ambientales del país.
Más que propuestas grandilocuentes, se requieren proyectos y políticas públicas que se enmarquen con las problemáticas existentes, que prioricen la consolidación de un proceso y que tengan indicadores medibles asociados.
6. Saber quienes lo apoyan:
Por último, es fundamental investigar con quién trabaja el candidato, quiénes lo apoyan, porque un político a veces hace lo que su equipo quiera, y si estos no tienen compromisos ambientales la voluntad de un solo individuo a veces resulta insuficiente.
Las jornadas de siembra y las arengas por el buen trato animal son importantes, pero hay que ir mucho más allá.
Colombia es uno de los países más mega diversos por metro cuadrado del mundo, por eso la protección de la Amazonia, combatir la minería ilegal, la expansión de la frontera agrícola y maderera ilegal, la contaminación e invasión de afluentes hídricos, el tráfico de fauna, el maltrato animal, la contaminación del aire y el ruido, las islas de calor, la transición energética, la cultura y la educación ambiental son una urgencia y casi que un imperativo para la agenda pública.
Por esta razón, al momento de elegir por quien votar, póngale un poquito de razón y análisis a la decisión. Infórmese bien y tome una decisión informada para que así, usted sea parte de la solución y no del problema.