Este es un espacio de debate que no compromete la opinión de La Silla Vacía ni de sus aliados.
Acoplásticos continúa dando argumentos que van en sentido contrario a lo que hoy demanda la ciudadanía y la urgencia climática. Colombia necesita decir adiós a los plásticos de uso único para que así se alejen las olas de plástico que nos están acechando.
Justo en los días en que se conmemoraba el Día Mundial de los Océanos, un tsunami de 350 toneladas de basura y plásticos se adueñaba de las costas de Puerto Colombia. Las supuestas islas plásticas que deambulan por allá lejos internadas mar adentro, de pronto, se están haciendo evidentes ahí donde rompen las olas.
En Colombia, los ríos Magdalena y Amazonas se encuentran entre los 20 más contaminados por plásticos en el mundo, los que se han terminado por convertir en verdaderos afluentes de basura en su extenso recorrido.
Esta es la evidencia local, visible y aterradora de unas cifras que abruman y escandalizan: a nivel global, cada segundo, más de 200 kilos de basura van a parar a los océanos del planeta. De toda esa basura, el 80 por ciento proviene de la tierra y apenas el 20 por ciento de actividades marítimas. Como consecuencia, cerca de un millón y medio de especies marinas mueren cada año por consumo o heridas causadas por plásticos, muchos de ellos de un solo uso, esos mismos que duran apenas unos minutos y hasta segundos en nuestras manos, pero que demoran cientos de años en degradarse.
Cada día es más clara la urgencia de la migración hacia la reducción de consumo del plástico y a la eliminación de los de uso único. Ya no podemos hacer oídos sordos frente a la abrumadora evidencia de los estragos que ocasiona la producción desmedida de este material no solo en el mundo, sino también en nuestro país.
Las ideas vinculadas al reciclaje y la economía circular son bien intencionadas, pero son medidas que, frente a la magnitud de la emergencia, resultan claramente insuficientes. Solo un dato que ayuda a esclarecer la vida útil de los residuos: a nivel mundial, y de acuerdo a datos de Naciones Unidas, solo se recicla un 9 por ciento de los desechos.
Debemos promover una tendencia que vaya hacia la reducción e inspirarnos en los países y ciudades que ya comenzaron a hacerlo. Sin embargo, mientras la Unión Europea y ciudades como Nueva York, Buenos Aires y Ciudad de México, la comuna de Providencia en Chile y países africanos avanzan con legislaciones que prohíben o limitan los plásticos de un solo uso, en Colombia Acoplásticos (Asociación Colombiana de Industrias Plásticas) presentó una demanda contra la visionaria medida que la Alcaldía de Santa Marta tomó contra el uso de plásticos de un solo uso.
Desde Greenpeace criticamos duramente este ataque a Santa Marta e instamos a seguir el ejemplo de los jóvenes que, hoy más que nunca, apuntan a la lucha contra la contaminación plástica y el cambio climático en todo el mundo. Acoplásticos dice ser una industria que es consciente de su impacto y de su responsabilidad medioambiental, que está dispuesta hacer la transición y comprometida con un cambio, pero al parecer se trata solo de palabras más propias de un intento de lavado de imagen que de compromiso verdadero.
En la práctica, los industriales lo que buscan es proteger a toda costa el negocio plástico y amedrentar a las zonas que se atrevan a implementar iniciativas de vanguardia.
Pero frente a la marea plástica, afortunadamente, aparece en el horizonte una corriente que busca soluciones. Como en San Andrés, que siguiendo el ejemplo de Santa Marta, buscan resguardar la isla y su patrimonio ambiental y turístico de la contaminación de plástico estableciendo restricciones a los elementos de uso único.
Acoplásticos, como lamentablemente ya lo vimos por años con aquellos que defendían el asbesto, continúa dando argumentos que van en sentido contrario a lo que hoy demanda la ciudadanía y la urgencia climática.
La industria lleva muchos años contaminando, pero afortunadamente las nuevas generaciones son cada vez más conscientes de la problemática y ahora es la voz de ellas y no la de los conglomerados la que se escucha con atención y fuerza.
Ojalá el Ministro Ricardo Lozano, máxima autoridad ambiental del país, se contagie de la lucha de las nuevas generaciones. Debemos estar del lado del futuro y dejar atrás a una industria del pasado que intenta aferrarse como sea a su negocio.
Es hora de que Colombia le diga adiós a los plásticos de uso único para que así se alejen las olas de plástico que nos están acechando.