Este es un espacio de debate que no compromete la opinión de La Silla Vacía ni de sus aliados.
Desde sus inicios como presidente de Colombia, siempre el tema energético y la actividad extractiva han estado en el debate nacional y los últimos días la discusión fue aumentando paulatinamente; siendo una semana bastante agitada para la industria.
En primer lugar, con un alza del dólar acercándose a los 5.000 pesos, un precio histórico que se presume seguirá incrementando, los gremios y analistas económicos afirman que los anuncios iniciales del mandatario y de la cartera minero-energética de no firmar contratos de exploración y explotación de hidrocarburos han contribuido a este contexto alarmante.
Es cierto afirmar que la posición radical del mandatario y su política anti extractivista, sumado a sus anuncios de los impuestos al mercado o el posible incumplimiento de la regla fiscal han contribuido al alza del dólar. El problema es que la ofensiva petrolera de Petro contribuye a generar volatilidad en el mercado e incertidumbre en el plano económico local. Sin embargo, no se puede olvidar que factores externos como las tasas de interés en países desarrollados, el precio del petróleo y la Guerra en Ucrania han contribuido a esta subida.
La primera moción de censura del Gobierno Petro
Otro tema que resonó mucho dentro de la industria, y que está estrechamente relacionado con lo anterior, es la radicación de la moción de censura de la ministra de Minas y Energía, Irene Vélez. La funcionaria será la primera que tendrá una moción del Gobierno de Petro.
Los comentarios de Vélez frente al decrecimiento económico, la negativa de las firmas a nuevos contratos de exploración y explotación de petróleo, las presuntas intenciones de comprarle gas a Venezuela y sus confusiones sobre la cifra billonaria a la gasolina, habrían sido la motivación para la solicitud de dicho debate dentro del Congreso.
Además, promotores de la iniciativa aseguran que las declaraciones apresuradas de la ministra supuestamente están generando pánico económico que contribuirán al alza del dólar en Colombia. Aquí lo realmente importante es que a través de instrumento de control político, la titular de la cartera responda a los cuestionamientos en el capitolio, y si el caso corresponde debe enfrentar a las sanciones políticas impuestas. Por supuesto, si continúa en el cargo debe moderar su postura y declaraciones para generar confianza en el mercado.
¿Falta coordinación interna entre el mandatario y sus funcionarios?
Por último, la semana agitada terminó con el cambio de la Junta Directiva de Ecopetrol y el anuncio de la postura de Petro sobre si habrá nuevos contratos petroleros; anuncios que aumentaron la zozobra y supone falta de coordinación entre los funcionarios del Gobierno. Con respecto al primer tema, se venía comentando desde hace meses estos cambios, en especial de que Iván Duque, dejó “amarrada” a la junta e incluso cambió los estatutos para aumentar su periodo en la empresa.
El 27 de octubre se realizó la designación de Carlos Gustavo Cano Sanz como el presidente de junta directiva y se ratificó en el cargo al presidente actual de la estatal, Felipe Bayón. La elección de Cano, exministro de Agricultura de Álvaro Uribe, envió un mensaje tranquilizador al mercado, un tema importante dado que la acción de la petrolera ha caído alrededor del 40 % desde inicios de marzo.
Sin embargo, Cano duró menos de 24 horas como presidente de la junta directiva. Luego que la designación se hiciera pública, en un comunicado se informó que Petro desaprobó la designación y pidió adelantar la sesión para destituir a Carlos Gustavo. Ahora el presidente de la empresa de la iguana es Saúl Kattan, que dirigió a ETB en el 2012 y es cercano al mandatario.
Es usual que los gobiernos impongan a alguien de confianza en los cargos de una propiedad estatal y mayoritariamente pública, lo que genera zozobra es que la junta se escoja libremente, para que luego el presidente del país interceda caprichosamente en ella para modificar su decisión; “jugaditas” criticadas por Petro en gobiernos anteriores. Aquí lo más preocupante es que lo ocurrido con Cano muestra una falta de coordinación del Gobierno en un tema muy importante y la comunicación sobre estos asuntos deben ser herméticos para, de nuevo, calmar al mercado en medio de la incertidumbre.
Y ahora, aunque es una noticia positiva para las finanzas del país, con el anuncio de Petro sobre reconsiderar su decisión de firmar más contratos de exploración y explotación de petróleo creció la sensación de que no hay consensos y coordinación entre sus funcionarios. Por un lado, la viceministra de energía Belizza Ruiz dijo a varios medios “no habrá nuevos contratos…” y ese mismo día Ocampo, ministro de Hacienda, le respondió de manera pública: “Esa decisión, perdóneme que le diga a la viceministra, no ha sido tomada”. Se le suma que la semana siguiente en la que Vélez reafirmó: “Hoy no vamos a firmar nuevos contratos de exploración y explotación”. Esa falta de claridad de los ministros y las ministras ha sido tal que el mismo presidente del Senado los ha regañado en medios de comunicación.
En definitiva, en estos últimos días se ha aumentado el debate nacional alrededor de la industria de los hidrocarburos y su futuro. Como se suponía, este tema es uno de los puntos más álgidos en las decisiones y la agenda programática de Petro en razón de ser uno de los elementos centrales su proyecto político. Al proponer una transición energética justa, sus mensajes, declaraciones y decisiones deben estar encaminadas en generar confianza y estabilidad.