Colombia es uno de los países más biodiversos del mundo. Por metro cuadrado sus suelos tienen tantos recursos naturales que no hay país que se le equipare. Es esta una realidad que nos han repetido constantemente en la escuela desde pequeños, una enseñanza que no requiere mucho esfuerzo para validarse, pues abundan los ecosistemas estratégicos, los paraísos naturales y las zonas protegidas con un gran valor ambiental que permiten evidenciar de primera mano esta incalculable riqueza natural. Esto ha permitido que alrededor del 40 % del territorio nacional posea alguna figura de protección ambiental por su gran valor.

En medio de tanto santuario natural, quizás uno de los ecosistemas más atractivos y frágiles son los nevados. Según el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales -Ideam-, a la fecha en el país se cuenta con 6 nevados: pequeñas masas de hielo, que coronan lo más alto de las montañas y que tienen picos por encima de 4.850 metros sobre el nivel del mar.

Pese a que no representan más del 0,16 % de los glaciares sudamericanos, los 37 km2 de hielo existentes en Colombia representan un valioso laboratorio de investigación de los efectos del cambio climático a nivel global, afirma el Ideam.

Nevados actuales de Colombia. Fuente IDEAM
Nevados de Colombia que han desaparecido. Fuente IDEAM

Pero a causa del calentamiento global en la zona ecuatorial donde se ubica Colombia se ha generado un incremento en la temperatura y una disminución en la precipitación necesaria para mantener el hielo de estos nevados, lo cual ha desatado la triste desaparición de 8 de estos glaciares desde la década del 50.

Esta crítica realidad, donde los ecosistemas ambientales del país están en una condición de fragilidad y riesgo, se complejiza al entender que Colombia es el segundo país con mayores riesgos para la conservación y protección de la biodiversidad en el mundo, es la nación donde más líderes ambientales vienen siendo asesinados a nivel global por la defensa de sus territorios y las políticas del gobierno y los presupuestos cada vez resultan más insuficientes para atender todas estas problemáticas y mitigar en los ecosistemas los impactos del cambio climático, la minería, la deforestación, el tráfico de fauna, entre otros.

Resulta lamentable que no pudiéramos seguir disfrutando en Colombia y, en particular en zonas como la Sierra Nevada de Santa Marta, un territorio que es tropical y está junto al mar, con un nevado; un espectáculo natural y ambiental invaluable, que nunca debería perderse pero que como consecuencia del calentamiento global parece condenado a desaparecer.

Por lo pronto, parece que los nevados en el país tienen un futuro más negro que blanco como la nieve, cada vez serán menos las áreas de hielo que se podrán disfrutar a no ser que el Gobierno tome medidas urgentes y de gran impacto, lo cual no se ve en el panorama y genera más dudas que certezas.

Politólogo y magíster en Medio Ambiente y Desarrollo de la Universidad Nacional de Colombia, máster en Gobierno y Gestión Pública en América Latina de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, España. Académico y activista ambiental.