Después del Acuerdo de Paz se planteó eliminar el servicio militar obligatorio. No ocurrió. Lo máximo que pasó fue que se incluyó como causal de exoneración la objeción de conciencia (L.1861/17). Todos los hombres mayores de 18 años y hasta los 24 años deben prestar servicio, salvo si no son aptos o están eximidos, y pagan. Los bachilleres lo hacen durante 12 meses y los que no terminaron su bachillerato, durante 18 meses.
Con esto se sigue perpetuando la desigualdad social, porque quienes prestan servicio y tienen el riesgo de ir a los combates son las personas más pobres. Se mantiene también la cultura de la guerra. Así lo muestra la película “Amparo”, del director paisa Simón Mesa, recién estrenada en cines.
La Silla Académica puso en diálogo esa película con la investigación “Mi Historia: La niñez que peleó la guerra en Colombia”, de Mathew Charles, profesor del Observatorio de Crimen Organizado de la Universidad del Rosario. Charles dirigió una serie de 24 cortometrajes biográficos de niños y jóvenes excombatientes. Para él, como para Mesa, el servicio militar obligatorio se inscribe dentro del reclutamiento forzado y creen que se debe abolir para lograr la paz. Acá el video.
