Antanas Mockus ha desaparecido del radar mediático pero no del político. En el último mes, directivos tanto del Partido Verde como de la Alianza Social Independiente (ASI) lo han invitado a volver a la arena política. Si lo hace, se convertiría en el candidato presidencial que simbolizaría el ideario de la Mesa de Negociación.
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Antanas Mockus ha participado en las dos últimas elecciones presidenciales ¿Volverá para el 2014?. Foto: La Silla Vacía |
Antanas Mockus ha desaparecido del radar mediático pero no del político. En el último mes, directivos tanto del Partido Verde como de la Alianza Social Independiente (ASI) lo han invitado a volver a la arena política. Si lo hace, se convertiría en el candidato presidencial que simbolizaría el ideario de la Mesa de Negociación.
El viernes pasado, los miembros del Partido Verde Jorge Londoño, Carlos Andrés Amaya, Eduardo Garzón, John Sudarsky y Ángela María Robledo, quien organizó la reunión, estuvieron visitando a Mockus en su casa para invitarlo formalmente a volver al movimiento que fundó con Enrique Peñalosa, Sergio Fajardo, Lucho Garzón y los antiguos líderes del partido Opción Centro.
Y hace un mes, la ASI le envió una carta invitándolo a ser el candidato presidencial del partido que lo avaló para la Alcaldía.
“Necesitamos un presidente que no le reparta mermelada a los partidos y a los congresistas para poder hacer mayorías, que gobierne con los más capaces y bajo los más altos estándares de transparencia”, le dicen en su carta los de la ASI. “Es necesario que la sociedad vuelva a confiar en que lo público le pertenece, y está a su servicio, que la administración pública nacional es eficiente y cumple con los acuerdos que suscribe, y lo que es mejor, que las leyes que se aprueban, se cumplen.”
Según confirmó La Silla, tras reunirse con los directivos de ambos partidos, la respuesta de Mockus, muy a su estilo, fue no decir ni sí ni no.
“Como siempre fue poco contundente en su respuesta”, dijo uno de los parlamentarios verdes a La Silla.
A la ASI les dijo que lo “íba a pensar” y hasta hoy no les ha dicho nada.


Personas que lo conocen creen que si vuelve a ser candidato lo más seguro es que lo haga con la ASI y no con los verdes.
La razón es que mientras en el Partido Verde tendría que entrar en arduas negociaciones con Navarro, con Peñalosa y con Carlos Ramón González, el líder de Opción Centro, en la ASI tendría luz verde para hacer la campaña como él quisiera pues el movimiento no consideraría a nadie más como candidato.
En su carta, Alonso Tobón, el presidente de la ASI insiste en el concepto de la “Revolución a la Transparencia y el Empoderamiento ciudadano”, pero de las escasas declaraciones públicas del exalcalde se infiere que si Mockus vuelve a hacer una campaña política su carta de presentación sería ser el candidato del posconflicto.
Su plan de gobierno, si acepta la oferta, muy probablemente sería la hoja de ruta que surja del proceso de transición que se pacte con la guerrilla, según contó una persona que conoce bien en qué está Mockus pero que no sabe si accederá a volver a la política. “Él está jugado es por el proceso de paz”, dijo.
La única desventaja de hacerlo por la ASI es que no tendría una lista al Senado –que siempre ayuda a impulsar un presidente- pues el movimiento solo iría por la circunscripción indígena, en la que nació. Eso le permitiría conservar su personería jurídica con solo 40 mil votos. En cambio, si llevan una lista al Senado que no esté integrada exclusivamente por indígenas, necesitarían unos 450 mil. Es decir, Mockus sería el candidato presidencial de un partido que máximo se quedaría con las dos curules indígenas en el Senado.
La Silla intentó hablar con Mockus pero está fuera del país.
Indudablemente, si el dos veces ex alcalde de Bogotá y dos veces candidato presidencial le da el sí a la ASI, su entrada en la contienda moverá el tablero político pues Mockus –el mago de los símbolos- es un experto en producir efectos.
Más, si como en este escenario, tiene vía libre del movimiento que lo avala para hacer una campaña a la medida de su inagotable imaginación. La pregunta es de qué magnitud sería el impacto, sobre todo teniendo en cuenta que esa capacidad fue clave en 2010 pero le falló completamente en 2006.
Por un lado, Mockus podría simbolizar la ilusión que todavía mantienen la mayoría de colombianos de que el Acuerdo con las Farc salga adelante. Él, además, a lo largo de su carrera política ha demostrado que es inchantajeable y que pone el interés público de primero, lo que inspiraría la confianza de los votantes de poder culminar un acuerdo con los guerrilleros.
Pero por otro lado, Mockus ya malgastó la ilusión de toda una generación que se montó en la Ola Verde para luego descubrir que el candidato en el que había confiado sus esperanzas no tenía un plan poselecciones. Que después de la pregunta retórica que hizo el día que perdió de “¿Ahora qué?” su respuesta “Ahora todo”, en realidad y muy rápido se convirtió en “Ahora nada”.
Y que cuando volvió a la política, esta vez como candidato a Alcaldía de Bogotá, no lo hizo para llegar a la meta final sino para discutir una alianza con Gustavo Petro y prácticamente al mismo tiempo, avalar a Gina Parody, aliarse con el locutor de radio William Vinasco y proponer una nueva vía en la política, que tampoco sobrevivió a la emoción electoral.
Su incursión en la campaña del 2011 no logró llevar a Parody a la Alcaldía pero sí dividió el voto verde y terminó dandole el triunfo a Gustavo Petro, quien al final nombró a su esposa Adriana Córdoba en la veeduría distrital.
Cuando Córdoba entró al gobierno distrital, mucha gente pensó que Mockus cerraba así su ciclo en la política. Pero al parecer esa puerta todavía no tiene llave.
De aquí a fines de febrero, cuando se cierran las inscripciones de candidatos presidenciales, se sabrá si habrá Mockus una vez más.
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