En 2016, al final de la negociación de paz con las Farc, el comandante del frente Primero, “Iván Mordisco”, se le rebeló al secretariado y se apartó de los acuerdos de La Habana. Así nació la primera disidencia de la guerrilla que dejó las armas en 2017. Ahora, a este grupo armado —con el que más avanzada está la discusión del cese del fuego— le nació su propia disidencia.
El frente Primero es un grupo armado que tiene control territorial sobre gran parte de Guaviare, especialmente hacia el río Inírida y el municipio de Miraflores. Aunque esta disidencia fue iniciada por “Mordisco”, pronto se le unió el ex comandante fariano “Gentil Duarte”, asesinado el año pasado en Venezuela. Estos dos guerrilleros iniciaron un proyecto nacional para emular a las desmovilizadas Farc y seguir dominando sus antiguos territorios y economías ilícitas.
Así, “Mordisco” y “Gentil” crearon lo que el gobierno de Gustavo Petro reconoce como el Estado Mayor Central de las Farc (EMC), con el frente Primero en el corazón. Esta es una estructura armada que coordina a varios grupos disidentes de las Farc, como el Comando Coordinador de Occidente que opera en Cauca y el suroccidente del país, o el frente Décimo que sostiene una guerra con el ELN por el control de Arauca.
Porque tienen control y mando sobre alrededor de 2.200 hombres en armas, según los últimos cálculos de la Fuerza Pública, y porque nunca firmaron el Acuerdo de Paz, Petro y el Alto Comisionado de Paz le han reconocido al EMC estatus político para avanzar en los diálogos exploratorios de paz. Pero a ese mando de “Mordisco” le nació un grupo rebelde debajo de sus narices.
Se repite la historia
La semana pasada, empezó a circular un panfleto en Guaviare de la comisión “Rodrigo Reyes” del frente Primero. En el panfleto se lee que esta comisión desconoce el mando de “Mordisco” por “atropellamiento a la población civil, ajusticiado sin motivo alguno (sic)”. Además, dicen que este comandante se apartó de los lineamientos y directrices revolucionarias del comandante histórico de las Farc, “Manuel Marulanda”.

La historia detrás de este comunicado viene desde finales de noviembre del 2022.
La primera acción que realizó este grupo fue en la vereda La Paz, del municipio El Retorno, en Guaviare. “Un grupo armado al mando de un tal alias “Frank” llegaron al caserío por tres días y luego se fueron, pero se llevaron ganado y a varios campesinos un viernes en la noche, aunque luego los dejaron ir”, dice una fuente que pudo conocer de primera mano el testimonio de los campesinos, pero pide no ser nombrado por su seguridad.
Este relato fue confirmado por el general Carlos Marmolejo, comandante de la Brigada N°22 de Selva del Ejército. “Fue más o menos el domingo 27 de noviembre, cuando hicieron presencia en la vereda la Paz y confinaron a la comunidad por tres días”, dice el general.
Este fue el primer acto público de alias “Frank”, quien según le confirmaron a La Silla dos fuentes del territorio, era conocido como el jefe financiero de la disidencia de “Mordisco” en Guaviare. Según un líder social con conocimiento, que pide no revelar su nombre por miedo a represalias, la división entre “Frank” y “Mordisco” fue por un cargamento de cocaína.
“Se produjo un conflicto porque unos integrantes del frente Primero se habrían apropiado de los recursos de un cargamento de cocaína. Cuando Mordisco mandó una comisión contable no lo entregaron y se produjo el asesinato de dos disidentes”, dice el líder social. A eso se le sumó la desaparición de dos líderes sociales de las veredas Caño Maku y Caño Mosco, que el panfleto de ese grupo armado dice que fueron asesinados por “Mordisco”.
Más allá de los motivos, según la información del general Marmolejo, “Frank” logró reunir inicialmente unas 15 personas en armas. Pero según la información de dos fuentes de la comunidad, son más de 20. Y desde noviembre, este grupo armado empezó a extorsionar a campesinos y ganaderos en veredas de San José de Guaviare y El Retorno, disputandole el control de las comunidades a “Mordisco”.
Esta disputa llegó a su punto más álgido el pasado 15 de enero. Los hombres de “Frank” citaron a ganaderos en la vereda La Argelia, del municipio de Calamar, para extorsionarlos. Pero entonces, miembros del frente Primero llegaron a la zona para impedirlo. A las 10 de la mañana empezó el enfrentamiento con armas largas y granadas que se alargó por dos horas. Desde el casco urbano de Calamar, a 20 minutos de distancia en carro, se escuchaban las explosiones de la confrontación.
“En ese intercambio de disparos resulta herido el hermano de un ganadero, así como un integrante del grupo delincuencial y otro falleció en el sitio de los hechos”, dice el comandante de la Brigada N°22. El Ejército logró someter a la justicia al integrante herido y es el que ha revelado gran parte de la información sobre el grupo de “Frank”.
Este no fue el fin del grupo armado. Justo días después, salió el panfleto en el que afirmaban que se habían separado de “Mordisco”. Por este panfleto, la comunidad de Guaviare los conoce como los “marquetalianos” o “de la Segunda Marquetalia”, porque afirmaban ser parte de la “Marquetalia Bolivariana”. Sin embargo, según inteligencia militar, este grupo no hace parte de la estructura armada de disidentes al mando de “Iván Márquez”, el ex jefe negociador de las antiguas Farc que volvió a las armas en 2019 tras la captura de Jesús Santrich.
Una alerta para la paz total
La fragmentación del frente Primero en Guaviare ocurre en medio de la exploración del gobierno con el Estado Mayor Central de las Farc para que sea parte de la paz total. Este grupo armado es con el que Petro más ha avanzado en la elaboración de un protocolo de cese al fuego bilateral. Por eso, que le surja una disidencia es un mal augurio para una política del gobierno Petro que pretende negociar con todo tipo de grupos criminales para lograr una paz total.
Para Jorge Mantilla, quien dirigió el área de Conflicto y Violencia Organizada de la Fundación Ideas para la Paz (FIP), este caso es una prueba más de que el gobierno debe conocer más a estos grupos armados. “Es urgente mejorar el conocimiento que tenemos de esos grupos, en términos de inteligencia y poder anticipar estos hechos”, dice.
A esto le agrega que estos escenarios son propiciados por el mismo manejo del gobierno frente a la paz con las disidencias de las Farc. “El tema de disidencias ha sido tan confuso que incluso está generando malestar y mensajes encontrados para las propias disidencias”, dice Mantilla.
Un contexto confuso donde es difícil verificar verdaderas intenciones. Una muestra es que el grupo de “Frank” acusó a “Mordisco” en su panfleto de utilizar el cese al fuego bilateral con el gobierno para expandir su actuar delictivo.
Todo proceso de paz con grupos armados en Colombia ha dejado grupos residuales o disidencias. Pasó con los paramilitares de las AUC, con Justicia y Paz, y pasó con las Farc después del Acuerdo de la Habana.
La diferencia, en este caso, es que antes de arrancar ya se han dividido. Y que esta es la primera vez que se está dispuesto a negociar hasta con grupos puramente criminales porque la expectativa es que sea la última negociación de paz que haga Colombia.