La noticia política de hoy es el anuncio de la candidatura del exalcalde de Barranquilla, Alex Char, a la Presidencia, por firmas. Si concreta esa aspiración, tiene hasta hoy para inscribir su movimiento y exactamente un mes para recoger 580 mil firmas válidas ante la Registraduría.
Es un camino en el que al menos 40 movimientos más le llevan meses de ventaja. Justamente en las próximas horas el exalcalde de Bucaramanga, Rodolfo Hernández, será el primer precandidato presidencial en radicar las firmas para avalar su campaña. Y llegará con más de 1.2 millones de firmas de la meta que se había puesto de 2 millones. Así no las haya conseguido, marca el derrotero de los mínimos para inscribir su aspiración.
Comparado a 2018 el tope creció en 200 mil firmas, pues el cálculo de firmas requeridas se hace con base en la participación electoral de segunda vuelta, que fue especialmente alta hace 4 años.
Conseguir más de medio millón de firmas implica tener plata para una logística mínima (imprimir planillas, publicidad, transporte) o pagar a un privado para que haga el trabajo, lo cual puede desde 100 millones de pesos. Todas las campañas deben recoger más de lo requerido como “colchón” a la revisión de la Registraduría. Como pasó en 2018, donde en promedio fueron anuladas el 40 por ciento de las firmas que presentaron candidatos como Alejandro Ordóñez o Germán Vargas.
“Los candidatos están viéndose a gatas”, consideró Gonzalo Araújo, presidente de la firma Sonar, que en 2018 se encargó de recoger las 4 millones de firmas para impulsar el proyecto de regulación de Uber en el Congreso. Para él —a quien varias campañas contactaron al inicio de la recolección— tiene que haber una estructura sólida y plata. Cosa que pocos tienen.
Consultamos a gerentes, coordinadores y líderes de las campañas de los ocho precandidatos más visibles. Encontramos que a un mes de entregar las firmas dos están cerca de llegar a la meta y los otros pasan raspando o simplemente no pasan. Dos campañas (las de Francia Márquez y Enrique Peñalosa declinaron revelar cuántas firmas han recogido, pese a que llevan más de dos meses en esa labor.
Las ocho campañas han invertido más de 3 mil millones de pesos. Recursos que vienen de empresarios, amigos, fundaciones, créditos bancarios, y ahorros de los precandidatos. Hernández, por ejemplo, se ha gastado 1.215 millones de pesos.
Con base en los autoreportes, y la reportería con expertos, políticos y asesores de campaña hicimos el semáforo de la recolección. Teniendo en cuenta que hay que entregar alrededor de 900 mil firmas para estar tranquilo ante la revisión de la Registraduría, y que tienen apenas cuatro semanas más, los que han recogido menos de 500 mil firmas están en rojo, entre 500 a 700 mil en amarillo, y por encima de 700 mil firmas en verde.
Instrucciones: haga clic sobre los candidatos para abrir o cerrar la información en detalle. Si tiene problemas para visualizar la tabla en su celular, gírelo.

Quién recoge las firmas: Fue uno de los primeros precandidatos en inscribir su comité de firmas. Como no tiene historial en partidos ni estructuras políticas tradicionales, su proceso de recolección se basa principalmente en voluntarios y seguidores. Como contamos, esos espontáneos que lo conocen por sus videos y transmisiones en Facebook, montaron unos 600 puntos de recolección de firmas en todo el país.
Hay puntos de recolección desde San Vicente del Caguán, en Caquetá, hasta Riohacha. No son sedes con avanzadas pagas dedicadas a la recolección. Son comerciantes, tenderos, amas de casa, estudiantes, adultos mayores o dueños de un local que se han puesto en contacto con la campaña para que les envíen formatos de recolección.
También tienen contratada una empresa logística que les está consiguiendo firmas en capitales como Bogotá, donde la campaña tiene una sede grande.
El punto de acopio y validación de las firmas está en Bucaramanga. Unas 50 personas, entre voluntarios y personas expertas en temas de sistematización hacen el proceso de validación y organización de las firmas para radicarlas en la Registraduría.
Cuál es la meta: Inicialmente la campaña se había planteado llegar al millón 200 mil firmas. Pero hace unos días, Hernández se propuso llegar a los 2 millones. No está claro que lleguen a los 2 millones porque esta semana cerraron el ciclo de recolección para empezar a hacer la auditoría y la validación. La idea es que radiquen las firmas el 17 de noviembre y ser el primer candidato en cumplir con el requisito.
Cuánto ha gastado: Es la campaña que más ha gastado. Al corte de esta publicación, había reportado ingresos por 1.216 millones de pesos, que provienen de Socorro Oliveros de Hernández, esposa de Rodolfo Hernández. Esa plata se ha invertido en publicidad, en camisetas, gorras y pendones para los recolectores. También en la logística para el transporte de las firmas desde diferentes regiones del país.

Quién recoge las firmas: Lo está haciendo de dos formas. Primero, con una empresa logística que se llama Innovación Digital ID, a la que la campaña de Gutiérrez le ha pagado hasta ahora unos 160 millones de pesos para recoger las firmas y validarlas. La segunda es a través de voluntarios. Desde la campaña nos dijeron que creen que tienen unos 7 mil voluntarios en todo el país, entre políticos y empresarios que les envían permanentemente planillas con firmas.
Cuál es la meta: Un millón 200 mil firmas.
Cuánto se ha gastado: La recolección de Gutiérrez ha reportado 352 millones de pesos para financiar el proceso. Es plata que le han aportado empresarios paisas y empresas de la Costa y Bogotá. De la campaña nos dijeron que no tienen proyectado un cálculo de cuánta plata de más van a meter de acá al 16 de diciembre, pero que van a gastar en unos avisos de publicidad en medios de comunicación impresos.

Quién recoge sus firmas: Tiene dos caminos para recoger el millón de firmas que se propuso en julio. Por un lado, la estructura política que lo acompañó en toda su carrera por el partido de La U y que él estima en unos 115 mil personas en todo el país. Y por el otro, le están recogiendo firmas unos 15 candidatos a Senado y Cámara que lo apoyan y quieren estar en el Pacto Histórico. Como esos candidatos aspiran a estar en las listas cerradas del Pacto, la manera de mostrar que tienen peso y votos está determinado por el número de firmas que logran aportar a la campaña de Barreras.
Cuál es su meta: Barreras se propuso conseguir un millón de firmas. De la campaña señalan que ese es un buen número para pasar la verificación de firmas que hace la Registraduría. Hasta octubre tenían contabilizadas cerca de 700 mil firmas, pero aspiran llegar a la meta en lo que queda de plazo. El mismo Barreras va a hacer recorridos por Bogotá, Cundinamarca y Boyacá para tratar de acelerar el proceso.
Cuánto le va a costar: Por ahora, la campaña de recolección se ha financiado con 204 millones de pesos que puso el senador Barreras. 200 son de un crédito personal que hizo en la oficina del BBVA, que está en el Congreso, y el resto de aportes suyos. Esa plata se ha gastado en logística para la recolección (transporte, refrigerios, camisetas, pendones, transmisiones de eventos en internet y kits de bioseguridad para los recolectores). La meta de la campaña es recolectar aportes de empresarios o volunarios en el remate del proceso para llegar a la meta del millón de firmas.

Quién recoge las firmas: La campaña fue una de las últimas en arrancar, pero ha logrado armar una base de voluntarios, especialmente de juventudes liberales. Ellos son el pilar de la recolección. En las cuentas de la campaña creen que pueden llegar a ser unas 20 mil personas. El propio Gaviria y su esposa Carolina Soto han liderado jornadas de recolección en sus visitas a las regiones. Ese trabajo lo complementan algunos congresistas liberales. Por ejemplo, el representante Jhon Jairo Roldán ha movido su estructura política en Antioquia para ponerle firmas, lo mismo que Juan Fernando Reyes Kuri en Valle. Gaviria viene aceptando, de a poco, esa estructura liberal: la semana pasada se reunió con el equipo del representante de Bogotá, Juan Carlos Losada. Otros liberales como el senador Iván Agudelo han estado desde el principio.
Cuál es la meta: 1.2 millones de firmas, que dentro de la campaña creen que es el colchón para pasar el filtro de la Registraduría.
Cuánto le va a costar: La campaña ha reportado hasta ahora 476 millones de pesos. La plata viene de aportes de empresarios y amigos del exrector de Los Andes. Han invertido ese rubro en pagos de auxilios de transporte, refrigerios y almuerzos de los voluntarios que les recogen las firmas, y en el servicio de mensajería nacional para recibir las que envían desde las regiones.
También en las giras que está haciendo Gaviria en las regiones, porque en cada viaje lo acompañan cerca de 10 personas, entre asesores, el equipo de comunicaciones y su esposa Carolina Soto.
“Por ahora la campaña no pasa afugias por plata, las donaciones han ido llegando”, contó un asesor de Gaviria.
La apuesta es invertir más plata sobre el final de la recolección especialmente en publicidad en televisión y radio para que repunte en reconocimiento.

Quién recoge sus firmas: A Echeverry le recogen firmas grupos de voluntarios que tienen en las principales ciudades del país, además de las giras del candidato donde también tienen jornadas de recolección. Y tienen contratada a una empresa para que les ayude a recoger las firmas como último empujón de estas cuatro semanas para radicar las planillas ante la Registraduría.
Cuál es su meta: Públicamente Echeverry ha dicho que su meta son 1 millón de firmas. De la campaña nos confirmaron que hasta esta semana llevan alrededor de 600 mil. Echeverry dice que ya tienen validadas, por una auditoría interna, 400 mil firmas.
Cuánto le va a costar: La campaña aseguró que esa información es confidencial. Pero la campaña reportó ya 423 millones de pesos de ingresos, que proviene de una fundación llamada Transformando a Colombia, que integra Echeverry y varios aliados y excompañeros de gabinete, como Tomás González y Mauricio Santamaría. De eso, han gastado 373 millones de pesos, de los cuales 25 millones corresponde a una empresa que presta servicios de sistematización de datos y consultoría, que es la que usualmente se contrata para las campañas.

Quién recoge sus firmas: El excomisionado de Paz de Iván Duque lleva cuatro meses recogiendo firmas. Tiene un equipo de 600 voluntarios a nivel nacional, incluidos sus 10 precandidatos al Senado, que también están recogiendo firmas para inscribir una lista. “Eso nos da un efecto multiplicador”, dijo Ceballos.
Cuál es su meta: A diferencia de la mayoría de movimientos por firmas, Ceballos dice que no se puso una en particular. “No tengo meta, sino la que la Registraduría exija y espero llegar a las firmas necesarias ya tabuladas”, dice. La campaña tiene a dos personas que revisan las firmas para no radicar planillas con planas o con datos ilegibles. Así, dice Ceballos, ya tienen validadas 450 mil de las 580 mil firmas que necesita para inscribir la candidatura.Su lista al Senado busca presentar 80 mil firmas de 60 mil obligatorias. Van 25 mil.
Cuánto le va a costar: Calculan que puede superar los 90 millones de pesos, que salen del bolsillo de Ceballos. La campaña reportó que se han gastado hasta ahora 45 millones. Esa plata, dice el precandidato, va para transportes y refrigerios de los voluntarios. “La mayoría vive en ciudades intermedias y hay que pagar buses y mototaxis”. El resto de plata sale de los precandidatos al Senado. “Yo tengo sueldo de profesor y eso me lo gasto en traslados”, nos dijo Vladimir Clavijo, uno de los de la lista al Senado que recoge firmas en Bogotá y Amazonas.

Quién recoge sus firmas: El movimiento de Márquez, llamado Soy porque Somos, tiene 16 comités en igual número de departamentos del país y en promedio tiene 100 voluntarios recogiendo firmas (y en Bogotá son 300). Además, de seis comités en el exterior en Reino Unido, Alemania y Chile, por ejemplo. Y movimientos feministas, ambientalistas y barristas. La campaña impulsa a que usuarios de redes sociales descarguen la planilla para enviar sus propias firmas. Esta semana, para dar el “último envión” a la recolección, la precandidata iniciará una gira por el Caribe, el sur del país, Cundinamarca y Bogotá.
Cuál es su meta: Apuntan a tener en diciembre un millón de firmas. “Somos la segunda fuerza electoral dentro del Pacto Histórico y eso lo mostraremos con las firmas”, nos dijo Andrés Idárraga, gerente de la campaña. Aunque Ariel Palacios, otro miembro del movimiento, nos dijo que preliminarmente la cifra de firmas hasta ahora “rondaría” las 150 mil, Idárraga descartó ese dato y dijo que por ahora siguen en revisión de las planillas que llegan. La campaña ha capacitado a voluntarios para evitar las planas de firmas y los formularios mal diligenciados.
Cuánto le va a costar: Soy porque Somos es uno de los dos comités de firmas revisados que hasta ahora no ha reportado su financiación al CNE. Y tanto Palacios como Idárraga insisten en que el trabajo es netamente voluntario y no hay pagos. Han hecho vacas internas para financiar los viajes de Márquez y el alquiler de dos oficinas en Bogotá. Márquez tiene una campaña en vaki que cierra el 30 de noviembre para recoger 200 millones de pesos, y lleva 45 millones. Pero de ahí “no hemos sacado un peso”, dice Idárraga. El CNE obliga a que cada donante dé su cédula y el Registro Único Tributario (RUT) para legalizar esa plata, por lo que están en el proceso de conseguir esos papeles. Y también en devolver la plata donada a la vaki por extranjeros, porque la ley no permite esas donaciones.

Cuál es su meta: A nivel nacional esperan recoger 1 millón de firmas. La mayoría de ellas en Antioquia, que es su principal bastión electoral. En Santander aspiran a 120 mil firmas, dicen que llevan 90 mil recogidas cuando la meta inicial eran 50 mil. En Norte de Santander le apuntan a 30 mil firmas. En Huila le apuntan a conseguirse 26 mil y el equipo recolector dice que ya tiene 20 mil y que por eso quieren incluso recolectar más de la meta y llegar a 40 mil. En Caquetá la meta inicial eran 2500 firmas que dicen que ya recolectaron y ahora quieren 8 mil. En Amazonas, según supimos por Harold Rengifo, un excandidato a la Cámara que el que está coordinando la recolección allí, la meta es 1.500, pero aspiran a 3 mil. En el Valle aspiran a recoger 150.000. En Atlántico tienen de meta llegar a las 45 mil firmas y dicen ya van por 30 mil, iguales números tienen en Bolívar, en departamentos como Santa Marta y La Guajira la meta son unas 15 mil firmas de las cuales han recogido poco más de la mitad. Para hacer la proporción de cuantas firmas podía recoger cada departamento, en la campaña de Fajardo nos contaron que buscaron los números de apoyos que recogieron en 2010, cuando Sergio también aspiró a la presidencia por firmas pero terminó como fórmula vicepresidencial de Antanas Mockus durante la Ola Verde, y de acuerdo a ellos pusieron la meta en cada caso.
Quién recoge sus firmas: El exalcalde de Bogotá repite la fórmula de recolección de firmas que ha hecho en campañas anteriores: a través de redes de voluntarios en las principales capitales del país, empresarios amigos de Peñalosa que recogen firmas en sus compañías y las hacen llegar a la campaña, y recolectores de firmas a los que la campaña les paga por día.
Cuál es su meta: Según nos dijo Jemay Parra, gerente de la campaña de Peñalosa, la meta está entre 900 y un millón de firmas. “Vamos a llegar con holgura”. Tanto él como el candidato declinaron a La Silla entregar información aproximada de cuántas han recogido hasta ahora. “No han logrado el número final que quieren”, reveló un político cercano a la campaña. Tienen previsto cerrar la recolección el 5 de diciembre y entregar las firmas en los siguientes días para tener tiempo de hacer reclamos a la Registraduría si les invalidan muchas.
Cuánto le va a costar: Parra no nos dio un monto exacto del costo, pero la campaña ha reportado ingresos de 564 millones de pesos, que provienen de donaciones de empresarios de la construcción aliados del precandidato. En la campaña pagan por día a un grupo de voluntarios, y a otros por una temporal. Además, están pidiendo cotizaciones a varias empresas especializadas en la recolección y revisión de las firmas. Una labor que puede costar más de 100 millones de pesos.