Aunque su mayor logro antes de entrar al Gobierno había sido ser una excelente directora del Instituto de Recreación y Deporte durante la Alcaldía de Enrique Peñalosa, en el gobierno de Uribe se ha convertido en uno de los personajes más influyentes. Sin gran formación académica, ella representa el ‘sentido común’ que tanto valora el Presidente y su olfato político termina primando en muchas discusiones por encima de los conceptos de los asesores técnicos de Palacio. Ha sido una de las más acérrimas defensoras de mantener los parafiscales y de duplicar el cubrimiento de Familias en Acción, dos áreas de grandes réditos políticos. Y además, quien más le ha insistido a Uribe de lanzarse por tercera vez.
De todo el equipo que arrancó con Uribe en el primer período, ella es la única que queda. Los otros a los que oía -Ricardo Galán, Jaime Bermúdez, José Roberto Arango, Fabio Valencia, Luis Carlos Restrepo y José Obdulio Gaviria- salieron de Palacio. “Ella influye hoy más que nunca, pues no hay nadie que contrarreste su opinión”, dice otra persona que trabajó cerca de Uribe. La Silla Vacía contactó a Arango pero el Secretario de Prensa de Palacio dijo que ella prefería no hablar sobre este tema.
Arango, una cartagenera alegre y extrovertida, es quien hace reír al Presidente, pero también quién lo incendia. Si ella coge alguien entre ojos, esa persona difícilmente accederá a Uribe y rápidamente será desprestigiada. Ella es quien hace abrir y cerrar puertas en Palacio. Además de su labor de veto, su otro rol clave es sugerir nombres para nombramientos importantes. Porque curiosamente, a pesar de toda su microgerencia o quizás debido a ella porque sabe que al final él concentrará todas las decisiones, el Presidente no se preocupa mucho por quién nombrar. Él oye a Bernardo Moreno y a Alicia Arango y suele darles la razón. Muchas de sus sugerencias han sido buenas pero también ha vetado personas muy capaces. Estas son algunas de las personas a las que ella les dio el espaldarazo para llegar a esos cargos.
Nota de la Editora: Después de publicada esta historia, Ximena Garrido, quien fue la mano derecha de Alicia Arango y ahora es Cónsul en Londres envió a La Silla Vacía esta carta, que ofrece otra perspectiva sobre su ex jefe. La publicamos para que los lectores tengan más contexto.
