Dada la naturaleza de esta organización, lo más probable es que su jefe, recién capturado, sea reemplazado por otro similar.

Una vez terminado el operativo, el general Jorge Hernando Nieto, director de la Policía, presentó la captura de alias ‘Tom’ durante el fin de semana como “un golpe estructural al crimen organizado”.  Sin embargo, dada la naturaleza de la Oficina de Envigado, lo más probable es que suceda ahora lo que ha ocurrido en el pasado con otros golpes semejantes y es que Tom sea reemplazado por otro jefe similar y el hampa no cambie mucho.

Lo que la Policía sabe de ‘Tom’ es que nació en Bello y hace 30 años se vinculó a un grupo que se llamaba ‘Amigos de mi barrio’, que cobraba extorsiones y hacía ajustes de cuentas en ese municipio. Aquella organización pasó a llamarse Los Chatas y ‘Tom’ hizo carrera en ella hasta convertirse en su jefe.

Pero sobre él había un mando superior representado en Diego Fernando Murillo, alias ‘Don Berna’, quien agrupó a las bandas del Valle de Aburrá en una suerte de confederación criminal llamada la Oficina de Envigado. A ella también pertenecen Los Chatas.

Dentro de esa estructura hay unos roles definidos. La Oficina tiene dividido el Valle de Aburrá por zonas y en cada una hay un coordinador que le rinde cuentas a una especie de junta directiva de capos. Según el organigrama que tiene la Oficina del Tesoro de Estados Unidos sobre esta organización, aquella cúpula está integrada por empresarios que sacan provecho del crimen.

Al mando de cada coordinador están los combos de los barrios, cada uno con un jefe, que son los que se encargan de cobrar vacunas y mover negocios ilegales.

La información que recogieron agentes de inteligencia dice que Tom, por ejemplo, “controlaba cerca del 80 por ciento de las bandas delincuenciales” que extorsionan y matan, no solo en Medellín, sino en todo el Valle de Aburrá.

Con esa estructura organizada, ‘Berna’ se sometió a la desmovilización de las Autodefensas Unidas de Colombia en el gobierno de Álvaro Uribe y terminó extraditado en el 2008. Después otros jefes asumieron el mando de la Oficina y han caído uno a uno, pero la organización se reestructura cada vez y asume el mando un nuevo patrón.

La secuencia

A ‘Berna’ lo siguió ‘Rogelio’, que terminó negociando con la justicia de Estados Unidos y después llegó ‘Douglas’, que fue capturado en 2009.

A partir de ahí, la Oficina se dividió en dos bandos, uno liderado por ‘Sebastián’ y el otro por ‘Valenciano’. Ambos buscaban quedarse con el máximo poder de la Oficina y se fueron a una guerra que dejó casi 6.000 muertos en tres años.

Esa pelea se acabó en 2011, cuando fue capturado ‘Valenciano’. Entonces en el puesto de ‘capo mayor’ quedó ‘Sebastián’, que finalmente salió del ruedo tras su captura nueve meses después de la de su enemigo.

En una carta que Juan Carlos Sierra, ‘el Tuso’, le envió a Julio Sánchez Cristo en enero de 2013 dice que quien seguía en la cúpula era ‘Morro’, que murió en una masacre en Envigado el 31 de diciembre de 2012. Según ‘el Tuso’, ese ataque estuvo organizado, entre otros, por ‘Tom’, que para ese entonces ya quería ganarse el puesto de jefe de toda la Oficina de Envigado. Y lo logró.

Una vez asumió el mando después de la masacre, ‘Tom’ hizo un acuerdo con ‘Don Gabriel’, líder del Clan Úsuga (ahora conocido como Clan del Golfo), según documentó la Oficina del Tesoro de Estados Unidos.

En esa alianza, ‘Tom’ “controlaba el envío de droga desde el Valle de Aburrá hacia la Costa Caribe colombiana, para luego transportarla hacia Centroamérica, Estados Unidos y Europa”, de acuerdo con la Policía. Y por eso el gobierno norteamericano congeló sus cuentas, bloqueó sus transacciones internacionales y ofreció una recompensa de dos millones de dólares por él.

El objetivo mayor

En esas andaba ‘Tom’ cuando en 2016 llegó a la Alcaldía de Medellín Federico Gutiérrez y enfocó su plan de gobierno en contener y desarticular el crimen organizado.

Su prioridad era cortar las cabezas de la Oficina de Envigado.

Antes de cumplir el primer año de su gobierno, fue capturado Diego Muñoz, alias ‘Diego Chamizo’, que coordinaba la organización de Caicedo, a la cual rendían cuentas las bandas de tres comunas de Medellín.

Y en la cumbre de generales que se hizo en enero de este año en Medellín, el Alcalde pidió ayuda para capturar a Carlos Soto, alias ‘Soto’, y a ‘Tom’, los más poderosos de la Oficina.

Dos meses más tarde, en marzo, cayó ‘Soto’.

El propio presidente Juan Manuel Santos cantó esa victoria y dijo: “falta uno, se llama Juan Carlos Mesa Vallejo, alias Tom, y tengan la seguridad de que vamos a capturarlo”. En efecto, el 9 de diciembre llegó su turno.  

A pesar de ese éxito de la Policía y la Fiscalía, el alcalde Gutiérrez reconoce que este no es el fin de la Oficina de Envigado. Y advierte que es muy posible que, como ha ocurrido después de otras capturas, los capos de esa organización apliquen su lógica, esa que dice ‘a rey muerto, rey puesto’.