El exgobernador es mencionado como un beneficiado de sobornos ante la Corte. Uribistas lo tenían como su carta tapada para las presidenciales.
El escándalo de corrupción en la justicia que reveló la Fiscalía ayer no sólo podría enredar el proceso judicial en contra del exgobernador de Antioquia, Luis Alfredo Ramos, sino también sepultar su aspiración de cara a las elecciones de 2018, justo cuando era considerado como una de las cartas más fuertes de la alianza Pastrana-Uribe
En la última entrevista que dio Ramos a El Colombiano antes de que la Fiscalía revelara pruebas del escándalo judicial que lo vincula al proceso del exfiscal Anticorrupcion corrupto Luis Gustavo Moreno, el político había dicho que no anunciaba formalmente una candidatura porque no quería que se viera como “un desafío a la Corte Suprema”.
Pero sí advirtió que una vez la Corte lo absolviera por nexos con los paras, iniciaría un recorrido por departamentos para “dialogar con los ciudadanos para ver qué están pensando y cómo quieren cambiar el rumbo”.
Hasta ahora ha recorrido 15 departamentos enarbolando las banderas y el discurso de que es una víctima de los falsos testigos.
Su involucramiento en el caso de corrupción en la Rama Judicial enreda esos planes.
La Salpicada
Según el comunicado leído por Néstor Humberto Martínez, Ramos es mencionado en grabaciones que la DEA entregó a la Fiscalía de una conversación entre el detenido Moreno, el abogado Leonardo Pinilla y el prófugo exgobernador Alejandro Lyons en Estados Unidos.
“En las conversaciones, el abogado Pinilla menciona los nombres de los aforados Hernán Andrade, Musa Besaile y Luis Alfredo Ramos”, dijo la Fiscalía, que además sostuvo que en esas grabaciones “se hace relación a sumas de dinero o a pagos de los abogados en ejercicio de su profesión con anterioridad al año 2017”.
Según revela hoy El Tiempo, en la charla grabada, los abogados le dicen a Lyons que ya habían arreglado con plata procesos judiciales en la Corte con magistrados como Leonidas Bustos, Francisco Ricaurte y Camilo Tarquino. Y que entre esos procesos que le daban de ejemplo estaba el de Ramos, además del de Hernán Andrade y el senador Musa Besaile de La U.
Las pruebas fueron remitidas por la Fiscalía a la Corte Suprema que dijo que iniciará una indagación preliminar en la Sala Penal contra los políticos y pidió a la Comisión de Acusación que investigara a los exmagistrados.
Así las cosas, Ramos tendría dos procesos: el de presuntos nexos con paramilitares que arrancó en 2013 y esta investigación, ambos en la Corte Suprema de Justicia.
Al caso de parapolítica solo le falta que la Corte Suprema falle y el rumor que había es que lo iban a absolver dado que los principales testimonios en su contra era de falsos testigos ya condenados. Sin embargo, esa absolución podría enredarse, ya que el proceso que ahora investigará la Sala Penal deberá resolver si Moreno y Pinilla, que fueron abogados de Ramos, pagaron para que la Corte absolviera a su defendido con el argumento de los falsos testigos, que era la especialidad de Moreno.
Con Moreno
La defensa de Ramos, que fue detenido en 2013, se ha basado en los últimos cuatro años en demostrar que los testimonios para asociarlo con los paramilitares alias Ernesto Báez y El Alemán son falsos.
Desde que arrancó el proceso, en 2013, hasta inicios de 2015, Ramos fue defendido por Luis Gustavo Moreno.
La Silla consultó a familiares y allegados al político antioqueño en torno a cómo llegó Moreno a ser el abogado y no supieron mayores detalles de cómo fueron contactados.
La defensa de Ramos, a cargo de Moreno, fue tan exitosa para demostrar que los testimonios eran falsos que tres de los testigos principales en su contra (el extraditado exparamilitar Juan Carlos ‘el Tuso’ Sierra, Carlos Areíza y Mauricio de Jesús Palacio) fueron acusados entre diciembre de 2015 y octubre del 2016 por la Fiscalía por falso testimonio en este caso y en uno ya hay condena.
A partir de febrero de 2015 la defensa del proceso la asume Dagoberto Charry, quien es mencionado por Gustavo Moreno en 2013 como uno de sus mentores, y el abogado suplente es Leonardo Pinilla, quien también aparece en los audios de la Fiscalía.
Según un familiar de Ramos, Pinilla nunca ha hablado en las audiencias y es solo un abogado auxiliar.
Charry fue quien hizo los alegatos finales del caso Ramos en marzo de este año ante la Corte Suprema de Justicia. Para ese momento ninguno de los magistrados presuntamente involucrados en los pagos ya estaba en la Corte porque se les había acabado el periodo y ya Moreno era fiscal anticorrupción. Sin embargo, desde entonces mantienen su influencia
Desde ese momento, el excandidato presidencial, exsenador y exgobernador espera un fallo, que él cree, será absolutorio.
Y hoy Charry dijo que no se ha pagado “un peso por su libertad”.
En vilo la candidatura
Ramos salió de prisión en noviembre de 2016 por vencimiento de términos luego de 40 meses detenido. Y a partir de enero, recorrió 15 departamentos haciendo foros sobre los falsos testigos.
En todos ellos explica su proceso y la fórmula de su defensa. Uno de los últimos foros fue en Santa Marta el viernes pasado.
En Santa Marta, compartiendo con estudiantes de la Universidad Sergio Arboleda, mi proceso de tres años y tres meses de detención preventiva pic.twitter.com/eGC1gkLr69— Luis Alfredo Ramos (@LuisAlfreRamos) August 10, 2017
Paralelamente ha hecho campaña política. Como hemos reportado en La Silla, en Antioquia está lista la estructura política que dejó en 2013 cuando fue detenido. Además, ya ha tenido reuniones con políticos en otras zonas del país, como en Huila para retomar la posibilidad de ser el aspirante del uribismo y el conservatismo a 2018.
Además, se ha reunido con miembros de ambos partidos, como el director conservador, Hernán Andrade y el jefe único del uribismo, Álvaro Uribe.
“Estoy de acuerdo con el presidente Andrés Pastrana, cuando propone, con Uribe, una gran coalición para 2018”, dijo la semana pasada a El Colombiano.
A tal punto lo esperaban en el uribismo que las posibles fechas para la inscripción de sus precandidatos a la Presidencia, una en agosto y otra en octubre, fueron suspendidas hasta que se conociera el fallo absolutorio de Ramos.
Según supo La Silla, ayer en la primera reunión de compromisarios entre Uribe y Pastrana en Bogotá para definir las reglas de juego para una alianza del No, su nombre fue mencionado entre uno de los posibles candidatos.
La reunión fue antes de que la Fiscalía diera a conocer nuevas pruebas y que la Corte Suprema decidiera indagar un nuevo proceso judicial.
“La candidatura de Ramos quedó sepultada”, nos dijo un militante conservador, quien está enterado de las movidas godouribistas con Ramos.
Sin embargo, entre los compromisarios uribistas, Ramos sigue siendo víctima de un sistema judicial, como nos dijo uno.
Otro uribista compromisario, el directivo gremial José Félix Lafaurie, nos dijo que no quería emitir concepto sobre el futuro de Ramos porque sería “revictimizarlo”, pero sí advirtió que Ramos “ha estado planteándose como una opción política como ocurrió hace cuatro años”.
De todos modos, oficialmente, el uribismo no ha emitido declaraciones sobre Ramos. Sus familiares y cercanos, como su hijo, el senador del Centro Democrático, Alfredo Ramos, han impulsado en redes sociales la etiqueta #yocreoenramos.
¿Se cae la bandera?
Aún así, si el proceso de Ramos por parapolítica sale a su favor, con las pruebas de la Fiscalía queda el manto de duda sobre si este proceso fue favorecido por los supuestos sobornos de Luis Gustavo Moreno.
Y en medio de una candidatura presidencial que puede versar sobre el discurso de anticorrupción, que el uribismo se la juegue con un aspirante presidencial involucrado en un caso grave de corrupción dentro de las más altas esferas de la justicia, es una carta peligrosa.
”Estoy de acuerdo en una coalición con Uribe a 2018”
Esto, teniendo en cuenta que otro precandidato involucrado en otro escándalo de corrupción, como es Óscar Iván Zuluaga por supuestos pagos a su campaña por parte de la multinacional Odebrecht, detuvo su precandidatura para aclarar su situación ante el Consejo Nacional Electoral.
A favor de Ramos está que su caudal electoral, al menos en Antioquia sigue fuerte (en la última encuesta presidencial Gallup aparece como el candidato más fuerte dentro del uribismo en Antioquia con un 35 por ciento) y que en el departamento sus simpatizantes creen en su inocencia, ya que previa su libertad, hubo plantones pidiendo su absolución.
Así mismo, encarna la figura del perseguido judicial por ser aliado del expresidente (como dijo ayer Uribe sobre otros de sus alfiles condenados como María del Pilar Hurtado, Bernardo Moreno y Andrés Felipe Arias).
De todos modos quedan por responder varias preguntas clave para su futuro político y judicial, como si los supuestos pagos influenciaron a favor el proceso de Ramos y si el exgobernador sabía de dichos pagos.
A menos que la Corte resuelva rápidamente los casos y Ramos pueda aspirar, por ahora queda detenido, otra vez, su camino a la Presidencia.