El candidato se metió al rancho de dos de los pesos pesados con que tendrá que enfrentarse por la presidencia en 2018. 

Germán Vargas Lleras llegó esta semana a Antioquia, la tierra de Álvaro Uribe y de Sergio Fajardo, y llenó el auditorio de la librería Panamericana en Medellín con más de 250 personas, la mayoría empresarios. Es un paso más en su avanzada por quedarse con los dueños de la plata, que tradicionalmente han apoyado a sus dos principales rivales.

Vargas invitó a empresarios de Medellín y a retirados de la Fuerza Pública para presentarles sus planes para la seguridad, uno de los ejes del discurso que hasta hace poco era monopolio uribista.

Entre los empresarios que respondieron a su llamado estaba en primera fila Adolfo Arango, expresidente de Argos, memoria viva del Grupo Empresarial Antioqueño (GEA) y liberal, que ya tiene 95 años, está en silla de ruedas y escasamente asiste a eventos sociales. Por eso fue tan simbólico que se hubiera animado a acompañar a Vargas Lleras.

También fueron otros empresarios de inclinación uribista como William Vélez (empresario del aseo y amigo de Uribe), Carlos Gilberto Uribe (el presidente del grupo Uribe -la empresa dueña de marcas textileras como Chevignon, Americanino o Esprit-), Miguel Escobar (presidente de Postobón), Luis Fernando Restrepo (presidente de Crystal).

Y además de ellos, entre el público estaban Rafael Echavarría (gerente de Bemsa) y Ángela Montoya (directora de la Asociación Colombiana de Generadores de Energía – Acolgén).

En su intervención, que no duró más de 70 minutos, Vargas Lleras dejó claro qué quiere hacer cuando sea Presidente. Y también que será un presidente de derecha.

Propuso convertir el Inpec en una dependencia de la Policía y fortalecer el pie de fuerza con 300 uniformados por cada cien mil habitantes. Dijo que recanalizaría los recursos del Fondo Nacional de Seguridad y Convivencia Ciudadana (Fonsecón) para que se destinen a la seguridad y no a los favores políticos en una clara puya al ex ministro liberal Juan Fernando Cristo y a Uribe, cuyo ministro del Interior la convirtió en caja menor para la reelección, como lo demostró La Silla. Sin embargo, Cambio Radical, el partido que fundó Vargas Lleras, también sacó sus beneficios del Fonsecón, como lo mostramos en 2013.

Vargas indicó, además, que iba a anular el proyecto de la Comisión de Seguimiento, Impulso y Verificación a la Implementación del Acuerdo Final (CSIVI) de legalizar la protesta social que “lo que quiere es hacer este país ingobernable, invivible. Si aceptamos esa disposición todo el país estará permanentemente en paro”. También dijo que quiere fortalecer “la guerra frontal contra el crimen en todas sus modalidades”.

Al final habló de la implementación del Acuerdo de Paz, avivando un temor que tienen muchos empresarios ligados a la seguridad ciudadana, y que en Medellín, en particular, tiene mucha resonancia: “Todo lo que estamos viendo (hurtos, criminalidad urbana, microtráfico, extorsión) seguramente se va a incrementar si no se aplica una política de seguridad ciudadana. ¿Por qué? Por el tema de la desmovilización (…) hay una parte de los que se desmovilizan que terminan reciclados en organizaciones criminales en las principales ciudades. Entonces, le ponemos atención a esto, o en los próximos meses o años vamos a ver cómo estas cifras se siguen incrementando”.

No solo suma, sino que resta a sus rivales

Haber llenado un auditorio con mayoría de empresarios refleja el mayor acercamiento que ha logrado Vargas Lleras con el empresariado que hasta hace unos meses lo había dejado de cuarto en el sondeo de intención de opinión que hizo la Andi en agosto entre 325 industriales en Cartagena.

La encuesta arrojó que el 19,1 por ciento de los consultados prefería a Fajardo, el 16 por ciento a Humberto de la Calle, el 13,5 por ciento a Iván Duque y solo el 9,5 por ciento a Vargas.

Si Vargas logra el apoyo de los empresarios en Antioquia mataría dos pájaros de un tiro pues sumaría un factor de poder clave y, además, se lo quitaría a sus principales rivales que cuentan con el respaldo del poderoso Grupo Empresarial Antioqueño (GEA).

En este conglomerado, ha habido tradicionalmente dos corrientes bien definidas. Una se inclina por Sergio Fajardo y la otra prefiere al ex presidente Uribe, o al que él escoja.

Sin embargo, Fajardo ha puesto en riesgo la aceptación de muchos empresarios en Antioquia por su cercanía a Claudia López y a Jorge Robledo.

A Robledo, porque “lo inclina a la izquierda”, según nos dijo un estratega político. Y a López, por sus denuncias del pasado que golpearon a varios empresarios antioqueños.

“El hecho de que Fajardo esté con Claudia López le resta por las acusaciones que ella ha hecho en cuanto a la relación entre empresarios y paramilitares”, nos explicó una persona cercana a Proantioquia.

Frente a este punto, en cambio, el discurso de Vargas Lleras sobre la participación de terceros en la Jurisdicción Especial de Paz (JEP) es música para los oídos empresariales.

“Qué bueno que la JEP no quede con jurisdicción sobre los 48 millones de colombianos y sus competencias se limiten solo a los miembros de esa organización (las Farc)”, dijo Vargas ante los empresarios paisas.

Con esto respaldó a quienes temen por una ‘cacería de brujas’ que los lleve a rendir cuentas en tribunales y enlode su prestigio por cuenta de acusaciones de los desmovilizados o de organizaciones de derechos humanos en su contra.

A algunos empresarios que estuvieron en el evento de Vargas en Medellín ya les pasó algo así en la desmovilización de los paramilitares.

William Vélez, por ejemplo, fue salpicado en unos memorandos y aunque él sigue con sus negocios, en su momento tuvo que dar explicaciones al respecto.

Otro caso es el de Argos, que no logró demostrar que su compra de una parcela de 17 hectáreas en Carmen de Bolívar que varios años atrás había pertenecido a campesinos despojados había sido hecha de buena fe exenta de culpa.  El tribunal dijo que no habían hecho la debida diligencia para estar seguros de que esas tierras no habían sido arrebatadas por paramilitares antes de llegar a manos del que se los vendió.

Por el lado de Uribe, el Centro Democrático aún no ha definido su candidato y al parecer el respaldo de por lo menos un sector de los empresarios dependerá de quién es su ungido.

Uno de los ‘cacaos’ del GEA cercano a él dijo que no lo apoyarían si su candidato era el exprocurador Alejandro Ordóñez porque no comparte sus posiciones ‘retrógradas’, según le contó a La Silla una fuente que escuchó el comentario de primera mano.

El anhelo de algunos, según le dijo a La Silla un empresario de Medellín que ayudó a organizar el evento de Vargas y que convocó al menos una sexta parte de los asistentes,  es que Vargas y Uribe se unieran para llegar a la Casa de Nariño en primera vuelta.

Es un escenario muy improbable porque ambos aspiran a la Casa de Nariño. Lo que está haciendo Vargas es tratando de quitarle a Uribe su discurso, sus votos y apoyos claves como los empresarios mientras el ex Presidente se toma su tiempo en escoger su candidato definitivo, primero mediante encuesta, y luego en una consulta con los candidatos de Pastrana.

Dos activos

Más allá de apropiarse de los ‘huevitos’ de Uribe, incluido el del discurso de la confianza inversionista mediante una reducción de impuestos, que tanto cala entre los empresarios como contó Héctor Riveros en su reciente columna, en Antioquia Vargas tiene dos activos adicionales.

El primero, es que puede cosechar las relaciones que sembró en su momento como ministro de Vivienda y como vicepresidente de Santos.

Un ejemplo es que Argos participó en el 72 por ciento de la construcción de las cien mil casas gratis con 204.000 metros cúbicos de concreto y 137.000 toneladas de cemento para 194 proyectos que impulsó Vargas como ministro y luego su pupilo Luis Felipe Henao.

De hecho, Adolfo Arango, el principal socio de Argos, “es el bastión de Vargas en el departamento”, según le dijo a La Silla Vacía una fuente de la campaña vargasllerista en Antioquia.

Esto lo confirmaron también tres empresarios que nos dijeron que la amistad de Arango con Vargas es la puerta de entrada para que el candidato tenga la aprobación de los ‘cacaos’ antioqueños.

Dos empresarios que nos hablaron por fuera de micrófonos y Gabriel Jaime Rico, uno de los líderes de la campaña, nos dijeron que la presencia de Arango en el evento de Medellín, en el que recibió de Vargas un saludo especial en el discurso, sellaba el apoyo del empresario al aspirante.

A esa cercanía con Arango se suma que Jorge Mario Velásquez, actual presidente del Grupo Argos, estuvo en la reunión que Vargas tuvo con empresarios el 14 de noviembre en la Cámara de Comercio de Bogotá.

Esto podría significar que el GEA tiene ahora una nueva arista de preferencia política, aparte de la que apoya a Fajardo y la que prefiere a Uribe.

Pero además de arrimarse al GEA, Vargas tiene un segundo activo, que es el visto bueno de otros empresarios que, contrario a las preferencias de ese grupo empresarial, sienten simpatía por Luis Pérez.

El gobernador de Antioquia llegó a la Gobernación avalado y financiado por Cambio Radical, entre otros partidos.

Y en marzo, durante la entrega de un tramo de autopistas 4G entre Caldas y La Pintada, dijo que las obras que impulsó Vargas fueron “una completa revolución para Colombia que creo que no se va a repetir, excepto que tengamos un presidente de la calaña del doctor Germán Vargas”” en un claro guiño al líder de Cambio Radical.

Por coincidencia, o por esa cercanía con el Gobernador, que ha sido un acérrimo contradictor de Fajardo, empresarios cercanos a Pérez le están ayudando a Vargas.

Eugenia Londoño (directiva de Eduardoño), le ayudó a recoger firmas.  Augusto López, el ex presidente de Bavaria y ahora lobbista de empresarios, dijo a La Silla que Vargas es su candidato predilecto, y Carlos Gilberto Uribe, que es amigo de López, estaba en el evento que hizo Vargas en Medellín.

La campaña hasta ahora arranca en firme y una vez se definan las candidaturas de Uribe y de Fajardo los apoyos empresariales en Antioquia se terminarán de decidir. Pero lo que desde ya es claro es que Vargas se les metió a ambos ‘al rancho’ y picó en punta.

Comunicadora social de la universidad Eafit. Cuento historias de Antioquia y el Eje Cafetero. @sararuizmo