Por primera vez los jóvenes entre 14 y 28 años en Colombia votaron en una elección nacional. La Registraduría armó 6.058 puestos, en 1.091 municipios del país, para que 12,3 millones de jóvenes eligieran a los integrantes de los Consejos Municipales de Juventud (CMJ). Solo votaron 1,3 millones, el 10 por ciento, en un ejercicio que se estrenó con baja participación y mucha confusión electoral.
Por ley las elecciones debían hacerse en este cuatrenio. Y luego del paro, los CMJ fueron impulsados por el Gobierno del presidente Iván Duque, que lo sentó como una prioridad. Y para llevarlas a cabo se destinaron 98 mil millones de pesos.
Al final, se organizaron de afán. Tanto que la Registraduría tuvo que aplazar la fecha de votación una vez, y luego los plazos de inscripción de las listas. Y, menos de 24 horas antes de la elección, el registrador Alexander Vega cambió las reglas de juego, en una movida que ha generado dudas por la posibilidad de irregularidades.
Los más de 11 mil candidatos elegidos tendrán la facultad de “Ejercer veeduría y control social a los planes de desarrollo, políticas públicas de juventud” según la ley 1885 de 2018. Se trata de posiciones no remuneradas, con pocos dientes, pero que abren un canal nuevo para una población que ha pedido más participación. Además, los consejeros elegidos en los municipios elegirán a representantes para hacerle veeduría a los departamentos y el Gobierno nacional, en un Consejo Nacional de Juventud con sede en Bogotá.
Solo votó uno de cada 10 habilitados
En uno de los puestos de votación normalmente concurridos de Bogotá, el de Carulla de la calle 85, se registraban solo 37 votos a medio día según un auxiliar de la Registraduría. “Hay que reconocer que la participación está baja”, comentó un delegado de la entidad electoral. En Bogotá se habilitaron 812 puestos de votación. En el de la calle 85, algunos jurados apoyaban la cabeza sobre las mesas esperando a los jóvenes votantes.
En cambio, justo al lado, un evento promocional de La Casa de Papel, la serie de Netflix, sí se robaba la atención de los transeúntes. “Juraba que las carpas blancas eran parte de la presentación de la serie, no un puesto no votación”, dijo una joven de aproximadamente veinte años entre risas, luego de confesar que no sabía de qué se trataba la elección.

Puesto de votación Carulla de la 85, Bogotá. A mano derecha el puesto de votación para los CMJ.
“¿Qué es un CMJ?”, preguntó la acompañante de Keila Bohórquez, una politóloga de 24 años que fue a votar a la Universidad de Medellín para la elección del Consejo de Juventud de la ciudad. La respuesta fue simple: “Es los consejos de juventud, por lo que vinimos a votar”. Keila finalmente sí votó, pero su amiga decidió no hacerlo pues no entendía qué son los CMJ, ni siquiera estando al frente de un puesto de votación, ni acompañando a alguien que iba a votar.
En Cali, el epicentro del paro, la abstención fue incluso más alta que el promedio nacional, de 94 por ciento. “Faltó más movimiento en las redes para que se llenara”, dijo una funcionaria de la Registraduría en el Colegio Reyes Católicos de Cali, uno de los puntos más movidos en estas elecciones.
Según Mónica Pachón, profesora de la Universidad de Los Andes, que ha hecho seguimiento a la elección, “Creo que 1,2 millones no es poco. Podrían haber sido muchos menos. Es la primera vez que se hacen estas elecciones, se organizaron en poco tiempo y no hubo un esfuerzo sistemático para hacerlas conocer de una forma masiva”.
Pero el balance no es bueno frente a experimentos locales anteriores. Por ejemplo, Medellín ya tenía experiencia en la elección de representantes al CMJ. Incluso, el ahora precandidato presidencial Federico Gutiérrez fue elegido como consejero en el 2000, cuando este mecanismo de participación ciudadana no era una política nacional. La última vez que se hizo en esta ciudad fue hace 11 años. Según datos de la Secretaría de Juventud de Medellín, en esa ocasión votaron 30 mil jóvenes. Ayer apenas fueron 22 mil.
Aún así, el balance del registrador, Alexander Vega, fue positivo:
“El éxito de las elecciones de los #ConsejosDeJuventud hace parte del plan de transparencia y garantías electorales para todos, con miras al 2022. Agradecemos a las instituciones y a la Misión de Observación Electoral Internacional”: registrador nacional. pic.twitter.com/r0u1dNc8xJ
— Registraduría Nacional del Estado Civil (@Registraduria) December 6, 2021
Un tarjetón mal diseñado, votos nulos y cambio de reglas
“Los jurados de votación les están diciendo a los pelados que tienen que votar por una opción de cada sector del tarjetón, eso es un problema porque solo se puede por una opción y va hacer que se anulen muchos votos”, le explicaba la candidata Alejandra González por teléfono a una amiga de su equipo de trabajo.
Alejandra, de 20 años, fue la cabeza de lista por el partido Centro Democrático en Medellín para el CMJ. Ella, previendo la falta de pedagogía, se levantó ayer a las 5:00 am y se fue a recorrer varios puntos de votación de la Comuna de Belén, donde vive, para acompañar a los jóvenes con los que había hecho campaña a votar, y hacer ella misma la pedagogía.
El miedo de Alejandra a que anularan los votos de los pocos jóvenes que se animaron a participar se vio reflejado en los resultados finales del día: el 22 por ciento de los votos fueron anulados. Cómo comparativo, en las últimas elecciones de Congreso el 13 por ciento de los votos de Cámara y el 11 de Senado fueron nulos.
Para Pachón, la profesora universitaria, hay un problema de diseño del tarjetón electoral. “Está mal hecho. Es un absurdo total que haya tres circunscripciones exclusivas”. Según la Ley 1885, que creó los CMJ en 2018, la composición de cada consejo está dividido en representantes de partidos políticos (30 por ciento), listas independientes lanzadas por firmas (40 por ciento), y procesos organizativos (30 por ciento), es decir, que va a haber un balance en términos de representación.
Pero no solo eran complejas las reglas, sino que, a menos de 12 horas para las elecciones fueron cambiadas por la Registraduría. Sorpresivamente, el sábado la Registraduría anunció mediante la resolución 15881 de 2021 que los menores de entre 14 y 18, que antes debían tener su tarjeta de identidad inscrita, podrían votar ahora en cualquier mesa.
Según Alejandra Barrios, directora de la Misión de Observación Electoral, una ONG que hace vigilancia electoral, esta es una decisión que aún se tiene que explicar. “Algo pasó que llevó a la Registraduría a tomar esa decisión. ¿Qué cambió? Además podría haber irregularidades, de lo que conoce la MOE, será muy difícil saber si hubo doble doble votación”, dice Barrios.
A los jóvenes el cambio también los tomó por sorpresa. Juan Jara, de 17 años, llegó a Bogotá a apoyar a su hermana que se lanzó a los CMJ. Él no iba a poder votar, “yo no inscribí mi tarjeta de identidad acá, me tocaría votar en Medellín”, nos dijo.
En la tarde, su hermana vio en un chat de Whatsapp que él, por ser menor de edad, podía votar en cualquier puesto sin necesidad de estar inscrito. Fueron al puesto del Divino Salvador, en Teusaquillo. A la entrada lo único que le pidieron fue el documento y lo dejaron pasar a votar sin estar inscrito. Jara pudo haber votado en otras mesas de esta misma forma. Esta posibilidad generó advertencia de posible fraude por algunos políticos.
Los partidos políticos arrastraron la participación juvenil
Los partidos políticos pusieron el 56 por ciento de los votos válidos de los CMJ, es decir, unos 523 mil votos, aún así, solo tendrán el 30 por ciento de la representación, por el diseño de los CMJ.

Lista de los 10 partidos políticos con mayor votación a nivel nacional en los CMJ.
Una prueba de la ventaja organizativa de militantes jóvenes de los partidos son los uribistas, que tienen dos grupos juveniles: Juventudes del Centro Democrático y Universitarios del Centro Democrático. A pesar de esto, su candidata principal en Medellín, por ejemplo, no pertenecía a ninguno de estos.
“Me escogieron como cabeza de lista porque yo no había tenido mucho contacto con la política ni tenía padrinos políticos”, nos dijo Alejandra González, quien encabezó la lista uribista y quedó electa.
“Siempre había sido crítica de los políticos. Una vez un amigo me dijo que sí quería que las cosas cambiaran por qué no me lanzaba. Y pues le dije que sí, que lo iba intentar y como mi familia siempre ha sido de derecha, y a mi me gustan los principios del Centro Democrático decidí participar por este partido”, agregó González.
Ella es un ejemplo de cómo estos procesos jalan a jóvenes en la política. Tiene 20 años, es estudiante de Derecho en la Universidad Luis Amigó, y desde mediados de este año se volvió militante uribista. González dice que no tiene padrinos, pero sí ha trabajado con el equipo del representante Esteban Quintero y en sus vídeos promocionales sale la concejala de Medellín, Nataly Vélez.
Otro partido conocido por ser uno de los movimientos más organizados en temas electorales es el Mira, sobre todo en temas de juventudes. Se debe a que su organización gira en torno a la iglesia y a unos líderes claros.
Para que Laura Jara, abogada de 23 años, pudiera ser cabeza de lista del MIRA para la localidad de Teusaquillo tuvo que ser invitada y seleccionada por la dirección del movimiento. “El senador Guevara es el que puede elegir quién es la persona con la que puedes hablar”, nos dijo la jefe de prensa cuando quisimos contactar a Laura.
En medio del recorrido a lo largo de la localidad entregando refrigerios a testigos electorales, Laura hizo una parada en la Iglesia para escuchar a la líder del movimiento, María Luisa Piraquive, por más de dos horas, y saludar a su jefe político Guevara.
El MIRA obtuvo 22 mil votos a nivel nacional y fue el noveno partido más votado, muy cerca de la Colombia Humana de Gustavo Petro. Al Centro Democrático le fue un poco mejor, sacó 44 mil votos y fue el quinto más votado. Pero ambos quedaron lejos del partido más viejo del país, el Liberal, que logró el mayor sufragio con más de 100 mil votos.
Listas independientes fuertes en el epicentro del paro
Aunque a nivel nacional los partidos son quienes movilizaron los votos, en Cali el sector de listas independientes cambió esa tendencia. Con el 46 por ciento de los votos fue la circunscripción más votada, y una excepción a nivel nacional.

Puesto de votación para los CMJ en Cali, Valle del Cauca.
La idea de los CMJ es que los jóvenes y sus problemáticas puedan tener una representación, eso incluye a quienes están por fuera de los partidos. Por eso, la ley decidió darle más importancia a las listas de movimientos independientes, el segundo sector más votado, con 29 por ciento de los votos totales a nivel nacional.
Para inscribir estas listas los jóvenes candidatos debieron recoger firmas y competían por la participación más alta en la composición de los concejos, el 40 por ciento de las curules en cada municipio. Por ejemplo, a 2 horas de Bogotá, en la vereda Río Frío en Tabio, Cundinamarca, un grupo de cinco jóvenes de entre 15 y 16 años se la jugaron por los CMJ con la lista independiente “Singula”. Su apuesta estaba centrada en fomentar proyectos de deporte y cultura para eliminar las barreras de acceso a estas actividades en el ámbito rural.

Puesto de votación para los CMJ en Tabio, Cundinamarca.
El proceso de recolección fue complejo. La Registraduría les exigió 200 firmas para aceptar sus candidaturas. Los jóvenes cuentan que durante dos meses salieron a las calles a explicar sus propuestas a los vecinos. Su discurso se enfocaba en la descentralización y en la importancia de la participación de los jóvenes rurales en la política.
El domingo al finalizar la jornada, con 53 votos Singula fue la lista de independientes más votada. Según Óscar Santiago Narváez, estudiante de 10º del Colegio Diego Gómez de Mena, “Nosotros creemos que votaron por nosotros porque les hicimos entender que hay mucha desigualdad entre el centro y las zonas rurales”.

Jóvenes integrantes de la lista Singula de Río Frío, Tabio, Cundinamarca.
En Cali, la que ganó fue Unidad Popular Cali En Resistencia, creada por jóvenes que participaron en el paro y recibieron el apoyo de Gustavo Petro. Si bien se lanzó por fuera de los partidos, ese movimiento hizo una alianza con Pacto Histórico, y otros movimientos sociales y partidos alternativos. Con 2.345 votos fue la lista de independientes más votada también a nivel nacional.
Las listas de las organizaciones juveniles
La circunscripción de los procesos y prácticas organizativas juveniles, reúne a organizaciones juveniles que debieron estar formalmente constituidas por lo menos 3 meses antes de la fecha de inscripción de candidatos. Además, eran las organizaciones las que debían postular a los jóvenes y solo el representante legal podía inscribir la lista ante la Registraduría.
Este también fue el sector menos votado, con apenas un 15 por ciento del total de votantes, pero con la misma representatividad que los partidos políticos. Y en algunos lugares tuvieron mayor acogida que las estructuras tradicionales.
En Bogotá, “Pacto X el Clima” fue una de las organizaciones que sorprendió en las votaciones de la localidad de Chapinero. Con 209 votos, la lista se situó por encima de partidos como el Centro Democrático y la Colombia Humana y con la votación más alta por candidato.

Foto de Sofía Gómez, candidata a los CMJ por “Pacto X el clima” en medio de su campaña.
Sofía Gómez, estudiante de 17 años de Ciencia Política de la Universidad de los Andes quien integra la lista, cuenta que durante tres meses estuvieron apostándole a darse a conocer solo con recursos propios. “Queríamos poner sobre la mesa la discusión medioambiental con enfoque de género. No queríamos vincularnos a ningún partido. Así sentimos más fiel la representatividad”.