Nuevo ministro de Salud, Guillermo Jaramillo, está aceptando cambios a la reforma propuestos por La U.

El gobierno de Gustavo Petro le devolvió los bríos al proyecto de reforma a la salud después de romper la coalición con los partidos tradicionales. Esta semana en la comisión Séptima se votará el grueso del articulado con un ambiente más favorable. El jueves pasado consiguió que le aprobaran los tres primeros artículos, y lo más importante, volvió a sentar en la mesa de negociaciones a La U y al partido Liberal. 

El trámite de la reforma pasó de estar en cuidados intensivos a bien encarrilado. En gran medida gracias a la llegada del nuevo ministro, Guillermo Jaramillo y a las concesiones en el articulado que les está dando a los dos partidos que, en todo caso, siguen mandando guiños al gobierno para apoyarlo.

Los cambios se han centrado en el manejo de la plata y el nuevo rol de las EPS, que hacen parte de los temas prioritarios para los partidos y que se empantanaron con la exministra Carolina Corcho.

Más allá del contenido ya hay una autopista legislativa trazada para su aprobación.

Superada la tormenta política con más filigrana legislativa

Tras la decisión del presidente Petro de romper con la coalición de gobierno que armó con los partidos Liberal, Conservador y La U, el futuro de la reforma a la salud quedó en el aire. Pero la semana pasada quedó claro que no hay un interés en hundirla.

Esperando que se calmaran las aguas y entrara el nuevo ministro Guillermo Jaramillo, la comisión Séptima de la Cámara metió el proyecto en el congelador por dos semanas. Y lo sacó el jueves pasado cuando vio que el ambiente ya no estaba tan turbio.

Desde el miércoles en los pasillos del Congreso se sabía que en el reinicio del debate el gobierno se iba a anotar un nuevo punto. Porque estaba clara la estrategia legislativa a seguir.

El primer paso fue crear una subcomisión para ponerle orden a los artículos y llevar a la mesa de negociación a los congresistas de La U, el Liberal y el Conservador. El representante petrista Alfredo Mondragón, quien es el coordinador ponente de la reforma, la planteó apenas arrancó el debate, y el presidente de la comisión, Agmet Escaf, hizo uso de sus facultades para aprobarla sin necesidad de que se sometiera a votación.

Un congresista de la Séptima, que está enterado de las conversaciones de la reforma, le dijo a La Silla que ese fue el camino escogido para recuperar el respaldo del partido de La U y mantener la puerta abierta con los liberales y conservadores. Porque así se podían introducir los cambios y las propuestas que esos partidos han venido reclamando desde antes y que no fueron tenidas en cuenta por la exministra Carolina Corcho.

La figura de la subcomisión, o comisión accidental, suele usarse en la filigrana legislativa del Congreso para ajustar artículos y disipar dudas cuando hay ambientes tensos. Se hace con un grupo reducido escogido a discreción por el presidente de la comisión. En este caso, permitió que representantes que no votaron a favor de la ponencia positiva, pudieran volver a meter mano al articulado para quedar más tranquilos.

Así, cuando la subcomisión entregó un informe y despejó dudas del trámite de la reforma, los representantes liberales Héctor Chaparro y Germán Rozzo, que votaron negativo el primer debate, pudieron intervenir en plenaria con más libertad.

La U justificó el cambio de su postura porque logró que fueran avaladas 15 propuestas al articulado que son claves para ellos y son similares a las que han planteado el Liberal y el Conservador.

Los cambios avalados para pavimentar el camino

Las propuestas avaladas tocan a las EPS y el manejo de la plata. Están firmadas por Víctor Salcedo del Valle y muy cercano a Dilian Toro; y Camilo Ávila de Guaviare, y tienen el visto bueno del coordinador ponente Mondragón.

Una de esas proposiciones es al artículo 54, que habla de los ingresos administrativos a los que tendrán derecho las Gestoras de Salud y Vida, como se llamarán en adelante las EPS.

En el proyecto original está estipulado un reconocimiento del 5 por ciento per cápita de los usuarios que están afiliados a los Centros de Atención Primaria en Salud (Caps) que estarán a cargo de privados como las Gestoras.

La propuesta que metieron Salcedo y Ávila, y que fue avalada por los ponentes que trabajan en conjunto con el minSalud, es que a ese pago se sume un 3 por ciento más de incentivos.

También hay cambios sobre la transición de las EPS a Gestoras y las funciones que puedan cumplir con la reforma. En el artículo 50 se plantea que puedan mantener la gestión del riesgo en salud desde la atención primaria hasta los servicios de media y alta complejidad. Actividades que no estaban en la propuesta original.

En el artículo 60 se avala a que las EPS puedan operar como auditoras del sistema, incluso, que la Adress las pueda contratar para cumplir con esa tarea.

Dos propuestas avaladas en los artículos 49 y 51 amplían el margen de la transición de las EPS a las Gestoras. Dicen que las actuales EPS que quieran seguir en el sistema podrán mantener sus usuarios en las regiones donde históricamente han operado y elimina una facultad al gobierno para disponer del traslado de esos usuarios. Igualmente amplía de 30 a 60 días el plazo para que las EPS le informen al gobierno si quieren dar el paso a ser Gestoras.

Las modificaciones con las que La U entró a la mesa también tienen que ver con el manejo de los recursos del sistema. En el artículo 53 proponen quitarle a la Superintendencia de Salud la facultad para darle el visto bueno a los pagos a los prestadores de salud.

De la misma manera introdujeron un artículo que establece nuevos criterios para la definición de la Unidad de Pago por Capitación (UPC), que es la plata que el Estado gira para la atención de cada afiliado. Se fija que esa UPC deberá elaborarse con base en estudios técnicos que tengan en cuenta factores como la edad, la ubicación geográfica y las condiciones socioeconómicas.

Estos cambios han destrabado el ambiente político de la reforma. Liberaron a los dos congresistas de La U para entrar a apoyar.

“Estas han sido las propuestas que hemos presentado desde un principio como partido, sustentadas en estudios técnicos. Primero al presidente Petro, luego a la ministra Corcho. Y son las que nos permitieron acompañar la votación de ayer y el reinicio del debate”, dice el representante Víctor Salcedo.

Los dos votos de La U le permiten al gobierno asegurarse por lo menos una mayoría de 12 votos de los 21 que hay en esa comisión. Mantenerlos, no solo le va a permitir sacar el proyecto a plenarias, sino ambientar el escenario para desbloquear la postura de todo partido.

La U tiene 15 votos en la plenaria de la Cámara y 10 en el Senado.

Del lado de los liberales, que en todo caso no están amarrados por una decisión de bancada, pero sí condicionados por los pronunciamientos de César Gaviria, también parece haber una postura más abierta.

Además de entrar en la comisión accidental y presentar proposiciones similares a las avaladas a La U, los cuatro congresistas votaron ayer los primeros tres artículos que se debatieron. 

La idea entre los liberales es que una vez se haya consolidado un texto acogiendo las propuestas puedan ir a socializarla a la bancada. Ahí, el gobierno ya tiene terreno abonado porque, como contamos, hay al menos 18 representantes a la Cámara de los 33 del partido que quieren entrar a apoyar.

Con ese número, al menos en la Cámara, obligarían al partido a tomar una postura a favor o, cuanto menos, a dejarlos en libertad.

Así, en cuentas de servilleta, con al menos 18 liberales y los 15 de La U, la balanza se pone a favor del gobierno en la plenaria de la Cámara. Ellos se sumarían a los 25 del Pacto, los 15 de la Alianza Verde, los 6 de Comunes y las 16 curules de paz para llegar a unos 95 votos. Los necesarios para sacar adelante el proyecto en la Cámara.

Aunque en esas cuentas no entran por ahora los conservadores, por la decisión de declararse independientes y porque el presidente Efraín Cepeda salió esta semana a decir que la reforma no les gusta, hay un margen para no borrarlos del todo del mapa.

Tras hacer parte de la comisión accidental, el conservador Alexander Quevedo señaló que quiere apoyar la reforma, pero debe esperar que el partido revise el nuevo texto en la bancada y levante el veto para apoyarlo. Cree que con los cambios es posible que se reevalúe esa postura cerrada.

“Espero que después de tener ese texto definitivo nosotros lo podamos revisar también para decir efectivamente las líneas del partido están incluidas y que nuestro partido en esa convicción de garantizar también la salud de los colombianos nos diga ahora sí estamos en línea vayan a votar positivamente”, dijo Quevedo.

Línea que comparte su compañero de comisión, Gerardo Yepes, quien cree que el nuevo ministro, Guillermo Jaramillo, puede destrabar el bloqueo en el partido. “Hoy nosotros debemos decir que debemos ser obedientes a la bancada del partido conservador que hoy no apoya la reforma a la salud, pero a la espera de que con su buena gestión, con su buena relación en un diálogo de concertación se puedan aquí quedar incluidas las diferentes propuestas o proposiciones que haga el partido conservador”, dijo.

El ministro Jaramillo también es un factor clave en este nuevo escenario. A diferencia de su antecesora, Carolina Corcho, quien tiene más cancha política.

Médico cirujano de profesión, Jaramillo fue congresista en la época de la reforma a la ley 100, que es el pilar del actual sistema de salud. Luego fue ministro en el gobierno de Ernesto Samper, secretario de Salud de la Alcaldía de Bogotá, y alcalde de Ibagué, Tolima.

El jueves pasado cuando se estrenó en la comisión Séptima, más allá del revuelo mediático que generó su descalificación de la respuesta de Duque al covid, les dijo a los congresistas lo que querían escuchar. Que respetaba y ponderaba su autonomía legislativa y que estaba ahí para atenderlos y llegar a consensos sobre la reforma. Cuando se posesionó buscó por teléfono a los 21 representantes de la comisión y con el único que no pudo hablar fue con Andrés Forero del Centro Democrático.

Ese tono que le está imprimiendo Jaramillo al debate y las concesiones en los cambios al articulado del proyecto, marcarán el reinicio del trámite. La comisión Séptima está citada a las 9 de la mañana para votar el bloque grueso del articulado. Por lo pronto, el gobierno ya tiene una pista pavimentada.

Soy el periodista que cubre Congreso y partidos políticos. Estudié comunicación social y periodismo en la Universidad Surcolombiana. Antes hice parte de La Silla Sur y escribí sobre las movidas de poder del sur del país. En 2020 gané el premio de periodismo Reynaldo Matiz a mejor trabajo en internet;...