En la Casa de Nariño ya se ha ido armando un primer anillo político y administrativo alrededor del presidente Gustavo Petro. Aún hay varios puestos por definir, pero los que se han anunciado, curiosamente, no son personas que en el pasado hayan estado en el círculo de confianza de Petro.
La mayoría aterrizaron a su equipo durante la campaña y mantienen estrechas relaciones con la clase política tradicional.

Mauricio Lizcano
El Secretario General: la mano derecha en presidencia
Lizcano apoyó públicamente a Petro en mayo, justo al final de la campaña. El movimiento sumó una nueva ficha de la clase política tradicional al candidato de izquierda. Después de la victoria de Petro adquirió más influencia por su nombramiento como coordinador del empalme. En ese cargo mantuvo diferencias con los miembros más a la izquierda del empalme, como Daniel Rojas. Según Rojas, Lizcano impulsó que la consultora estadounidense McKinsey estuviera al frente de la sistematización de la información del empalme, algo que finalmente no sucedió por la oposición de Rojas y otros cercanos a Petro.
Lizcano liderará la reestructuración de Casa de Nariño y ya anunció que será el Secretario General de Presidencia, un puesto que en el pasado ha controlado el “computador de Palacio”, que lleva la contabilidad de los puestos entregados a los partidos políticos para asegurar la solidez de la coalición en el Congreso.
Lizcano es abogado del Rosario y tiene una maestría en administración pública de Harvard. Empezó su vida pública con el activismo por la liberación de su padre, el ex representante por Caldas Óscar Lizcano, secuestrado por las Farc en el año 2000. En el 2006, impulsado por Álvaro Uribe (quien además es su padrino de matrimonio), ganó una curul a la Cámara por Caldas en el Partido de la U. Fue senador en dos períodos consecutivos (2010 – 2018) y en 2016 fue elegido presidente del Senado como parte de la coalición santista. En 2018 apoyó la candidatura presidencial de Germán Vargas Lleras.

Vladimir Fernández
Secretario Jurídico: el abogado del presidente
Es un abogado huilense con una extensa carrera como contratista y funcionario público. Mantiene una relación con Petro desde finales del 2011, cuando el entonces alcalde electo de Bogotá lo nombró en el empalme con la alcaldía saliente de Clara López. El nombramiento tuvo que ser revocado por una medida de aseguramiento en contra de Fernández, relacionada con irregularidades en unos contratos en el Huila. La Fiscalía finalmente revirtió la medida y en 2012 entró como contratista de la alcaldía de Petro para apoyar temas jurídicos. Su función en la Casa de Nariño consistirá en atajar los errores jurídicos que puedan tumbar las leyes y los decretos sancionados por el presidente o entorpecer los proyectos legislativos del gobierno.
Fernández viene de ser procurador delegado ante el Consejo de Estado. Entre el año 2000 y el 2011 trabajó en múltiples entidades como el Invías, Cormagdalena y la Alcaldía de Neiva. Fue el abogado defensor del representante a la cámara Germán Olano, vinculado al escándalo del Carrusel de la Contratación de Bogotá. En 2018 la Fiscalía lo vinculó a una investigación por irregularidades en la elección de organismos de control en el Huila, aunque el caso no tuvo avances desde ese momento.

Laura Sarabia
Secretaria privada: la de la agenda
Laura Sarabia llegó a la campaña de Petro de la mano del exsenador Armando Benedetti. Juntos manejaron la agenda privada del hoy presidente. Fue posesionada como jefe de gabinete, pero en la reestructuración de la Presidencia, anticipada por el gobierno, tendrá las funciones de secretaria privada. Sarabia estuvo al frente de la primera decisión que tomó Petro como Jefe de Estado: ordenar el traslado de la Espada de Bolívar a la tarima donde juró como presidente. Ayer, en el primer consejo de ministros del gobierno, fue la encargada de registrar las intervenciones de los nuevos funcionarios.
Sarabia es politóloga de la Universidad Militar Nueva Granada y tiene una maestría en comunicación política del Externado. Trabajó durante varios años como asesora en comunicaciones para el entonces senador Armando Benedetti y también para el Partido de la U.

Antoni Gutiérrez-Rubí
Asesor de comunicaciones: el de los símbolos
Gutiérrez-Rubí aterrizó en marzo en la campaña de Petro. Fue el responsable de cambiar las plazas y las tarimas de la primera vuelta, por los partidos de fútbol y las noches durmiendo en casas de gente del común en Quibdó y Honda. Después del discurso de Petro en su posesión, el estratega español se abalanzó sobre el atril y lo cubrió con una chaqueta negra para evitar que los asistentes se tomaran fotos en un lugar reservado para el presidente. No tiene, por ahora, un cargo en la Presidencia, pero mientras se nombra a un jefe de comunicaciones en firme ha sido el encargado de controlar los mensajes de un gobierno que recurre repetidamente a actos simbólicos. Estuvo, por ejemplo, minutos antes de la primera rueda de prensa de Petro como presidente, el lunes, junto al mandatario de Chile, Gabriel Boric.
Gutiérrez-Rubí ha asesorado a múltiples campañas políticas en España y Latinoamérica. En España asesoró al Partido Socialista Catalán y en Argentina a la coalición peronista del presidente Alberto Fernández en las últimas elecciones legislativas. Busca, a través de su concepto “Micropolítica”, moderar y humanizar a las figuras políticas que asesora.

Alfonso Prada
MinInterior: el puente con los jefes políticos
Además de estar concentrado en asegurar el apoyo en el Congreso a los proyectos del Gobierno, Alfonso Prada ha sido un puente clave entre Petro y los jefes políticos de los partidos. Por ejemplo, fue él el que mantuvo el canal con la presidenta de La U, Dilian Francisca Toro. También fue el puente que medió entre los dos sectores del Partido Liberal: el que apoyó a Petro en campaña y el del jefe del partido, César Gaviria.
Prada es un abogado y político profesional con más de 30 años de carrera. Fue concejal de Bogotá durante tres períodos consecutivos (1998 – 2006) y lideró la coalición del entonces alcalde Enrique Peñalosa. En 2006 se quemó en su intento por saltar a la Cámara dentro de una lista peñalosista. En 2010 logró la curul apoyado por la alianza entre Peñalosa, Mockus y Lucho Garzón. En 2012 es elegido vocero del Partido Verde en reemplazo de Lucho Garzón, que pasó al gabinete de Santos. Esta conexión lo llevó a coordinar la campaña para la reelección de Santos en Bogotá. En 2014 es nombrado director del Sena. Su último cargo público fue como secretario general de la presidencia de Santos.