El Plan de Desarrollo de Gustavo Petro (que deberá seguir implementando el alcalde encargado Rafael Pardo y los alcaldes que vengan este año) es una carta de navegación cuyas bondades han reconocido hasta los más férreos críticos del mandatario. Propone una ciudad sin segregación ni expansión desordenada, defensora de lo público, animalista y que enfrenta el cambio climático. Una Bogotá Humana, que es como se titula el documento. Un día después de la salida de Petro, este es el balance de varios de los aspectos más humanos de la Bogotá Humana que deja el saliente mandatario, frente a las metas que se había planteado.

El Plan de Desarrollo de Gustavo Petro (que deberá seguir implementando el alcalde encargado Rafael Pardo y los alcaldes que vengan este año) es una carta de navegación cuyas bondades han reconocido hasta los más férreos críticos del mandatario. Propone una ciudad sin segregación ni expansión desordenada, defensora de lo público, animalista y que enfrenta el cambio climático. Una Bogotá Humana, que es como se titula el documento. Un día después de la salida de Petro, este es el balance de varios de los aspectos más humanos de la Bogotá Humana que deja el saliente mandatario, frente a las metas que se había planteado:

1

Los estratos 1 y 2 tienen el mínimo vital de agua

Petro cumplió su promesa de campaña de garantizar a los estratos 1 y 2  el mínimo vital de agua. Esto es darles gratis 6 metros cúbicos de agua mensuales a tres millones de personas de pocos ingresos. Esa inversión le cuesta a la Empresa de Acueducto 60 mil millones de pesos al año, dineros que salieron del presupuesto de esa empresa. La iniciativa se adoptó del Plan Decenal de Aguas que en 2011 firmó la entonces alcaldesa Clara López.

2

Bajó un poco la tasa de mortalidad infantil

Según cifras oficiales, el Gobierno Petro también logró que por primera vez en la historia de Bogotá la tasa de mortalidad infantil se redujera a casi un dígito (pasó de 15,4 en el 2004, 12,2 en el 2009, 11,4 en el 2011, 11,1 en el 2012 a 10 en 2013). Según el Alcalde, el logro se dio gracias a la descontaminación del aire bogotano, con la implementación de tecnologías limpias en el transporte urbano y otras iniciativas ambientales. Aunque el dato, no obstante, es difícil de corroborar de manera independiente y normalmente estas disminuciones obedecen a múltiples variables se trataría de la mejor cifra desde 2009.

3

Una movilidad más bien inhumana

Las protestas que por varios días realizaron a principios de este mes usuarios de Transmilenio, que se quejan de la mala calidad del servicio, evidencian que en lo que se refiere a ese sistema la Bogotá que deja Petro es más bien inhumana.

Aunque los problemas de Transmilenio no comenzaron con Petro, la verdad es que él no concretó medidas que hubiesen podido ayudar a descongestionar el sistema. Como por ejemplo interconexiones, ampliación de estaciones y habilitación de carriles.

 

Hace unas semanas, el exgerente de Transmilenio Fernando Rey le había dicho a La Silla que la interconexión de la sexta con NQS se ha demorado en su ejecución y la interconexión de la NQS con 26  “se resolvió de manera inadecuada con un semáforo que va en contravía de la eficiencia del sistema”.

Tampoco se ha terminado de implementar el proyecto más ambicioso en movilidad en la ciudad, el cual efectivamente podría ayudar a mejorar la calidad de Transmilenio: el SITP (Sistema integrado de Transporte Público).

El SITP, que comenzó a pensarse en la Administración de Antanas Mockus y a estructurarse en la de Samuel Moreno, contempla que nueve operadores entren paulatinamente con 12 mil buses a las 13 zonas en las que quedó dividida la ciudad, con un sistema único de recaudo. El proyecto es histórico y promete no sólo acabar con la guerra del centavo y dignificar al usuario, sino equilibrar las cargas de pasajeros y descongestionar Transmilenio.

Sin embargo, su implementación ha tenido incontables retrasos. El primero comenzó cuando Petro, recién llegado a su cargo, decidió sacar de la Administración al cerebro del SITP, el técnico Javier Hernández, sólo porque venía del gobierno de Samuel Moreno. Eso dejó varios meses sin capitán al megaproyecto.

Este año se supone que el Distrito tendrá que terminar de solucionar el problema de la doble tarjeta para pagar el pasaje, que ha tenido avances pues según información oficial de diciembre casi el 90 por ciento de las estaciones y buses del sistema reciben cualquiera de las dos tarjetas que existen como medio de pago.

La meta era que el SITP funcionara al 100 por ciento en abril, pero eso ya no se logrará según reconoció a fines del año pasado el gerente de Transmilenio, Fernando Sanclemente.

El mayor avance “humano” en cuanto a Transmilenio es, pues, la rebaja en las tarifas (50 pesos en hora pico y 350 en hora valle) que Petro decretó seis meses después de comenzada su Administración, aunque lo hizo sin tener estudios ni fuente cierta de sostenibilidad fiscal. Esa rebaja es, como lo contó La Silla, la gran paradoja del saliente Alcalde frente al sistema: bajó el pasaje, pero no mejoró la calidad del servicio.

En el tema de los carriles exclusivos para bicicletas (un sistema de transporte que claramente humaniza la movilidad) el panorama también es de claroscuros.

En dos años, el gobierno Petro dice que habilitó 14 kilómetros de bicicarriles en la ciudad. Eso es un logro, pero mínimo si se tiene en cuenta que la meta para los cuatro años es de 145 kilómetros y que el colectivo ciudadano Combo 2.600 -impulsores del uso de la bici- dice que en realidad se han habilitado solo 7 kilómetros.

Otros proyectos que buscaban que la movilidad fuera un camino para reducir la segregación también tuvieron tropiezos. Petro quería dejar construido el 12 por ciento de la primera línea del Metro, equivalentes a cinco kilómetros. Aunque los estudios de ingeniería iniciaron en firme y seguramente culminarán este año, la construcción no inició y aun si inicia es muy poco probable que a finales de 2015 Bogotá cuente con esos cinco kilómetros de Metro.

La Bogotá Humana también incluía construir 78 kilómetros de metro ligero. Sin embargo, como contó La Silla, por diversos motivos, el Gobierno Petro, así el ahora exalcalde hubiera podido seguir en su puesto, no habría alcanzado a entregar el proyecto ni siquiera de manera parcial.

En cuanto a la construcción de siete kilómetros de línea de cable aéreo en barrios de difícil acceso con dos proyectos -uno en Ciudad Bolívar y otro en San Cristóbal- después de contratar en 2012 los estudios técnicos y los diseños con el Metro de Medellín, en diciembre de 2013 Petro anunció la puesta en marcha de los dos proyectos referidos. Las licitaciones para la construcción de estas obras, supuestamente, estarán listas este semestre.

4

Reducción histórica en tasa de homicidios

Bogotá hoy registra la tasa de homicidios más baja de los últimos 30 años (16,7 homicidios por cada 100 mil habitantes).

Petro hizo llave con la Brigada XIII del Ejército, que tiene la jurisdicción de Bogotá, para sacar un decreto que prohibió el porte de armas de fuego incluso con salvoconducto en todos los lugares públicos las 24 horas del día.

Eso, más el Plan Cuadrantes de la Policía, que es un programanacional, ayudó a alcanzar los bajos índices de homicidios. Bajaron de 1.460 casos en 2011 a 1.143 a noviembre de 2012.

Petro sin embargo no presentó al Concejo el proyecto de la Secretaría de Seguridad.

5

Sin jornada única ni construcción de nuevos colegios y jardines

Tres temas sociales clave en la campaña de Petro a la Alcaldía se quedaron sin cumplir en estos dos años de mandato: la jornada única escolar y la construcción de 335 jardines infantiles y 30 colegios nuevos en lotes del Distrito.

La jornada única se convirtió en una jornada extendida a dos horas más de clases de los estudiantes tanto para los de la mañana como para los de la tarde, que ya no tienen seis sino ocho horas de colegio.

Los reparos al proyecto han corrido por cuenta de concejales como Miguel Uribe, quien hizo un debate en el que criticó que en las dos horas adicionales de clases en realidad se están realizando actividades de tipo recreativo y cultural que, si bien son beneficiosas, no mejoran necesariamente la educación.

De los 335 jardines infantiles nuevos que se supone construiría esta Administración, para atender integralmente a niños vulnerables, se hizo uno. Una fuente enterada de la Secretaría de Integración Social le contó a La Silla que el primer año y medio de Gobierno la entidad se ahogó en tramitología para gestionar la construcción de los jardines y al final se dio cuenta de que “no hay tierra para construir”.

Por estos y otros temas relacionados con inoperancia, en el Concejo estuvieron a punto de hacerle una moción de censura a la entonces secretaria de Integración Teresa Muñoz, quien terminó renunciando a su cargo. La reemplazó Jorge Rojas quien cambió la ineficiencia en la construcción de los jardines, por una solución práctica que amplió la cobertura: poner a funcionar los jardines en casas en arriendo.

La fuente de la Secretaría detalló que Rojas bajó los trámites para arrendar, que normalmente se tomaban de seis a ocho meses, a una o dos semanas, lo que lo llevó a inaugurar jardines todas las semanas.

118.000 niños de 0 a 3 años atiende integralmente la Secretaría de Integración. La meta de los cuatro años es 202 mil niños, lo que tiene a Petro cumpliendo aunque no haya construido los jardines que prometió.

En cuanto a la meta de 30 colegios nuevos en lotes del Distrito, apenas se está terminando uno que contrató la Administración anterior.

6

Pocas viviendas entregadas y con un POT en vilo

La meta era en cuatro años construir 70 mil viviendas de interés prioritario (30 mil para personas vulnerables y 40 mil para víctimas de la violencia), y que al menos la mitad estuviera en el centro ampliado, cuya revitalización era la principal apuesta urbanística del modelo de ciudad de Petro. Esa empresa “humana” no es una realidad hoy.

Aunque hay siete mil viviendas en construcción habilitadas con redes de servicios públicos, la realidad es que en el caso de las casas para víctimas apenas se han entregado 393 de 40 mil.

Las cifras oficiales fueron reveladas hace unos días en el Concejo por el concejal independiente Juan Carlos Flórez, quien también contó que de las 68,83 hectáreas gestionadas por Petro para vivienda de interés prioritario, sólo 0,04 hectáreas están en el centro ampliado. El resto está en la periferia, lo que va en contravía de la promesa de Petro de acercar a los más pobres al centro.

Además de esto, Petro no pudo sacar adelante su modificación al POT (Plan de Ordenamiento Territorial), que era nada menos que la carta de navegación de la ciudad que él propone. El Concejo, por considerar entre otras cosas que no había estudios suficientes, se lo hundió. Petro lo sacó por decreto, pero el POT fue demandado. Hace poco se conoció que el Consejo de Estado emitió un concepto según el cual Petro no podía decretar el Plan si ya el Concejo se lo había rechazado.

7

Basuras: incluyente con los recicladores, pero el nuevo operador está en crisis

Según varios medios y como reconocen los mismos directivos de esa empresa, Aguas de Bogotá, el operador público que Petro creó para encargarse de las basuras de la ciudad en unas zonas, registra una emergencia en su operación por fallas en sus camiones.

Se trata de 189 compactadores nuevos que la Empresa de Acueducto compró y entregó a su filial Aguas para prestar el servicio de recolección de basuras, y que un año después de la implementación del nuevo modelo de aseo registran un desgaste prematuro y fallas por mal uso.

A pesar del drama, el proyecto de basuras de Petro si logró una Bogotá más Humana en lo que tiene que ver con los recicladores, que fueron incluidos con acciones afirmativas al negocio del aseo. Aunque no todos. De 13.757 (según el censo oficial de la Uaesp) recicladores que hay en Bogotá, se han beneficiado del negocio de las basuras unos 4.000 recicladores.

En los primeros doce meses del nuevo modelo, a esos recicladores les han pagado por reciclar unos tres mil millones de pesos, que equivalen a unos 62 mil pesos mensuales en promedio a cada uno de los beneficiados.

Fue periodista de historias de Bogotá, editora de La Silla Caribe, editora general, editora de investigaciones y editora de crónicas. Es cartagenera y una apasionada del oficio, especialmente de la crónica y las historias sobre el poder regional. He pasado por medios como El Universal, El Tiempo,...