Esta semana se registró una pequeña tormenta en la Administración de Bogotá, luego de que El Tiempo revelara que al Subsecretario de Movilidad lo habían declarado insubsistente presuntamente por haber presionado nombramientos de sus recomendados políticos.

Esta semana se registró una pequeña tormenta en la Administración de Bogotá, luego de que El Tiempo revelara que al Subsecretario de Movilidad lo habían declarado insubsistente presuntamente por haber presionado nombramientos de sus recomendados políticos. Dagoberto Mejía es el nombre del funcionario que apenas duró un mes y medio en Movilidad y que, en el mismo artículo, también fue señalado de tener cercanía con los concejales de la oposición Javier Palacio, Darío Fernando Cepeda y Andrés Camacho Casado. Un asunto que Palacio y Cepeda negaron.

Esa, sin embargo, no fue la razón principal por la que salió Mejía de Movilidad. 

El Subsecretario sí metió algunos recomendados a la Secretaría (como por ejemplo una abogada, un asistente y 14 personas que entraron a trabajar a uno de los patios en donde se guardan los carros que se inmovilizan en la ciudad). Pero La Silla supo que en realidad salió porque “estaba generando un bloqueo de varios procesos”, entre ellos el contrato que garantiza el funcionamiento de los semáforos de la ciudad, como se lo detalló a La Silla el secretario de Movilidad, Rafael Rodríguez.

“Se fue por inoperante”, dijo Rodríguez, quien contó que en julio pasado le dio la orden a Mejía de contratar directamente el mantenimiento de los semáforos de la ciudad. El contrato se hace con la empresa Siemens por un valor de alrededor de cinco mil millones de pesos y se hace directamente porque, como los semáforos de la ciudad son tan viejos, esta es la única firma que fabrica los equipos.

El contrato de mantenimiento de los semáforos vencía el pasado 1 de agosto y si no se renovaba se corría el riesgo de que éstos dejaran de funcionar y que se generara un caos de marca mayor en las calles.

La Secretaría contaba con un concepto jurídico que avalaba la legalidad de la contratación directa, pero a pesar de eso el Subsecretario se negó a firmarlo. “Todos los días me decía que ya lo iba a firmar, pero siempre encontraba una excusa”, prosigue Rodríguez.

Pasó el 1 de agosto, el contrato original venció y el día 5 el Subsecretario le reportó a su jefe que no se preocupara, pues había sacado una prórroga para garantizar el funcionamiento de los semáforos hasta el día 9. “El problema es que sacó la prórroga pero no la legalizó, eso nos puso en peligro y pudo haber causado un lío contractual tremendo a la Secretaría”, dijo el Secretario.

Ese mismo día, con el visto bueno del alcalde Petro, en el despacho del Secretario prepararon el decreto de declaratoria de insubsistencia de Dagoberto Mejía y se lo dieron al día siguiente 10, pero éste lo leyó y dijo que no se daba por notificado pues prefería renunciar. Como la renuncia fue radicada posteriormente al decreto, pudo ser declarado insubsistente.

En Movilidad le contaron a La Silla que durante la corta gestión de Mejía también tuvo problemas el contrato de las camionetas que usan los ingenieros de la entidad, quienes se quedaron sin vehículos para trabajar en campo por varios días.

Lo curioso es que al ser consultado sobre de dónde salió el personaje que generó este bloqueo en la entidad y quién le entregó su hoja de vida, el Secretario Rodríguez respondió: “No recuerdo quién me dio la hoja de vida”.

La Silla intentó contactar a Dagoberto Mejía para preguntarle por estos señalamientos, pero no fue posible porque en la Secretaría de Movilidad no tenían su número celular.

Fue periodista de historias de Bogotá, editora de La Silla Caribe, editora general, editora de investigaciones y editora de crónicas. Es cartagenera y una apasionada del oficio, especialmente de la crónica y las historias sobre el poder regional. He pasado por medios como El Universal, El Tiempo,...