Comenzando la segunda mitad de su periodo la alcaldesa Claudia López dijo que “ya pasaron los años dolorosos, espero que ahora vengan los gloriosos”. Se refería a los años dolorosos de la pandemia, cuya crisis enfrentó con una deuda histórica de 10,8 billones de pesos. Ahora, para los años “gloriosos” que le quedan, López busca nuevamente endeudarse por 5,8 billones. Este segundo cupo de endeudamiento busca cimentar lo que serán sus grandes legados para la ciudad. Por un lado, un ambicioso programa de educación y de cuidado, con construcción de infraestructura educativa y miles de becas de educación superior. Por el otro, la financiación de la segunda línea del metro.

El legado de López tendrá un costo adicional a los casi seis billones de pesos. A futuro dejaría a Bogotá en el límite de endeudamiento, lo que significa que a un próximo alcalde le quedaría cuesta arriba pedir un nuevo cupo de endeudamiento. Y la sostenibilidad del programa de becas, que utiliza el 45 por ciento del cupo, dependerá de las nuevas fuentes de financiamiento que consiga el próximo mandatario para continuarlo.

Qué quiere hacer Claudia con más plata

En la presentación del proyecto del nuevo cupo de endeudamiento la alcaldesa de Bogotá y su secretario de Hacienda explicaron que se va a invertir en tres metas específicas: 

  •  2,5 billones se irán en renovación y construcción de 25 colegios y 56 mil becas en educación media y superior (1,4 billones de pesos).
  • 400 mil millones de pesos se destinarán para la construcción de dos manzanas del cuidado. Una en Gibraltar, en Kennedy, y otra cerca al cable aéreo de San Cristóbal. 
  • 2,8 billones serán usados para cofinanciar, junto con el Gobierno Nacional, la construcción de la segunda línea del metro hasta Suba y Engativá en un tramo que será subterráneo.

Ante esta nueva petición del Distrito, el Concejo de Bogotá, que es el organismo que tiene la última palabra sobre esta deuda, le ha pedido a la Administración que rinda cuentas sobre el cupo anterior, que tuvo una inversión importante en movilidad e infraestructura.

El secretario de Hacienda, Juan Mauricio Ramírez, explicó a La Silla que

  • A 31 de diciembre de 2021 se habían ejecutado 4,7 billones de pesos, un poco menos de la mitad de la deuda. Pero también dijo que el resto del dinero ya está comprometido. 
  • Para diciembre de 2022 esperan haber ejecutado otros 3,2 billones de pesos. 
  • Y para el 2023 esperan gastar los 2,9 billones restantes en vigencias futuras, becas de jóvenes y obras de infraestructura como la troncal de la Séptima, bautizado corredor verde, que cuesta 1.8 billones de pesos.

“Es plata que no podemos tocar (…) Y todavía estamos en deuda con los jóvenes y las mujeres, sin duda alguna”, dijo el secretario.

Ramírez reconoce que “los resultados en beneficios para jóvenes a través de programas como “Empleo joven” y “Jóvenes a la U” no se vieron en 2021, pero se verán este año”. El primero ha alcanzado a 1.400 jóvenes (la meta es 15 mil) y el segundo, a 10 mil (la meta inicial eran 20 mil).

Con el nuevo cupo ya no llegarían a 20 mil jóvenes, sino a 56 mil a través de becas que da Atenea (Agencia de Educación Superior, Ciencia y la Tecnología). Los estudiantes recibirían financiación completa en programas en universidades públicas y privadas, que pueden ir desde técnicos hasta pregrados. Es la primera vez que el Distrito financia la educación superior completa de ese número de personas.

“Las universidades que ofrezcan los programas más cortos, más baratos y con mayor pertinencia para el futuro laboral serán las que reciban el dinero de estos programas”, ha explicado la alcaldesa López.

Pero además, explica Ramírez, dejarán contratada la segunda línea del metro, una obra clave para mejorar la movilidad de la ciudad y de la clase media de Suba y Engativá a la que López ha apelado en el pasado.

Claudia busca un legado social y uno de cemento

Hablando sobre su legado, la alcaldesa López ha dicho que “El sistema del cuidado, que mejora la vida de 1,2 millones de mujeres encargadas de cuidar a alguien, va. La educación de los jóvenes a los que me debo, va”. Entre los proyectos que destacaba como herencia están justamente los programas para jóvenes, el sistema distrital de cuidado, la conformación de la región metropolitana y el POT. “Eso es un legado”, le dijo a La Silla Vacía en enero.

Sin embargo, para los expertos, el sello que dejará en la ciudad tiene que ver sobre todo como una obra de infraestructura, que en todo caso tiene sentido social. “El mayor legado de Claudia a mi juicio es dejar contratada la segunda línea del metro”, dice Dustin Tahisin Gómez , economista, docente e investigador de la Universidad Uniagustiniana.

Gómez explica que una obra como esta “tiene un trasfondo social que permitirá mejorar la calidad de vida de las personas que viven en Suba y Engativá”. No solo porque reducirá los tiempos de viaje, sino porque, según él, mejora también el entorno, la calidad del aire, valoriza los inmuebles cercanos a la obra y genera empleos.

Para Carlos Alberto Sandoval, ex secretario de Hacienda de la primera administración de Peñalosa, “es incontrovertible que la segunda línea del metro es una obra que la ciudad necesita. Y que ese sería un sello de la alcaldía de la alcaldesa”.

Sin embargo, se trata de una obra que no tiene solo el sello de López, sino del anterior alcalde, Enrique Peñalosa. En esa línea, Darío Hidalgo, experto en Movilidad y quien ha asesorado a varios gobiernos de Bogotá, dice que “el legado de Claudia López no solo depende de ella sino de lo que ya le había dejado Peñalosa, que planteó esa segunda línea del metro en su proyecto de POT y dejó diseñados varios de esos colegios que la alcaldesa va a construir”.

En cuanto a la inversión en educación se trata de “una inversión en el capital humano que va a mejorar la competitividad laboral y que seguramente tendrá un impacto en la calidad de vida y transformación del tejido social de los beneficiados”, dice Gómez.

Pero estos programas necesitan más financiación para su continuidad a futuro y que el nuevo alcalde queda limitado para endeudarse.

Las preguntas con las que llegará el nuevo cupo al Concejo

La primera tiene que ver con la idoneidad de pagar becas con deuda pública. Según el exsecretario Sandoval, “habría que replantearse si es una buena opción financiar, a través de la deuda, programas como las becas porque son gastos recurrentes”.

A diferencia, por ejemplo, de la segunda línea del metro, una obra que se paga una sola vez y funciona por muchos años, el programa de becas genera un gasto fijo si tiene vocación de ser sostenible en el tiempo, pues anualmente hay 50 mil nuevos jóvenes que se gradúan del bachillerato que no tienen cómo acceder a educación superior.

El secretario Ramírez ratifica que la sostenibilidad del programa no está garantizada: “Las nuevas administraciones tendrán que definir si quieren extender los programas y encontrar el presupuesto para financiarlos”, dijo a La Silla.

La segunda gran pregunta tiene que ver con el impacto futuro para la ciudad de que se aprueben dos cupos de endeudamiento en una sola administración. Juntos, el de la pandemia y el que ahora busca López, suman el 80 por ciento del presupuesto anual de Bogotá. Aunque la alcaldía ha dicho que Bogotá tiene un buen espacio para endeudarse en comparación con la Nación, lo cierto es que al próximo alcalde no le quedará mucho margen de maniobra. Además van a pedir 2,8 billones más para la Planta de Tratamiento Canoas que permitirá la descontaminación del río Bogotá.

Los gobiernos locales, a diferencia de la Nación, tienen que cumplir con dos requisitos para endeudarse. El primero es tener capacidad de pago de los intereses y el segundo es la deuda no supere las ganancias de la ciudad. Bogotá puede pagar los intereses, pero para 2027, según las proyecciones de la misma Alcaldía, la deuda superará el 100 por ciento de los ingresos de la capital. 

Germán García, uno de los concejales ponentes del proyecto, dice “tengo muchas dudas, pero al mismo tiempo claridades sobre cuán comprometido quedaría la sostenibilidad de la deuda para los próximos 15 años”. Todavía no ha decidido si apoyar o no el cupo.

Por su parte Sandoval dice que celebra que la ciudad se endeude para obras importantes como el metro, “pero me parece importante que la Administración sea clara en que a futuro Bogotá no podrá endeudarse a futuro porque, a diferencia de la nación, los entes territoriales tienen límites legales que cumplir”.

El cupo ya se tramita en el Concejo y la administración de López tiene como prioridad impulsarlo. “Este cupo tiene un gran sentido social. Es innegable que Bogotá necesita una segunda línea de metro y que necesita invertir más en la educación de sus jóvenes. Por eso esperamos contar con el apoyo de los concejales”, dijo el secretario Ramírez.

Aunque la alcaldesa cuenta con mayorías en el cabildo Distrital, también ha sufrido duros reveses, como la caída del POT que finalmente tuvo que sacar por decreto debido al sabotaje a punta de recusaciones e impedimentos en esa corporación.

Soy periodista de Bogotá en La Silla Vacía. Estudié periodismo en la Universidad Externado y después trabajé en la Revista Semana. Allí cubrí cultura e informes especiales en un comienzo y más tarde Bogotá y confidenciales. Me pueden escribir a pdoria@lasillavacia.com o a @PaulaDoriaG en Twitter.