La audaz jugada de Carlos Fernando Galán

 
Carlos Fernando Galán, candidato de Cambio Radical a la alcaldía de Bogotá, concejal y director del partido, tomó ayer la delicada decisión de oponerse a más de 300 avales en su partido.
El Ministro de Interior Germán Vargas Lleras, quien no puede participar en política, es la cabeza de Cambio Radical.
Germán Vargas Cotrino, representante por Bogotá, es el alfil de Vargas Lleras. Aunque perdió una primera batalla esta semana, cuando salió de la codirección, ganó la guerra, pues Galán retomó sus criterios para otorgar avales.
Gina Parody criticó fuertemente los avales de Cambio Radical en Bogotá. La decisión de Galán le da la razón pero le puede quitar esa bandera. 
El aval del concejal de Bogotá Julio Cesar Acosta fue uno de los que rechazó Galán.

Ayer por la tarde Carlos Fernando Galán se estrenó en su papel de director de Cambio Radical. Y lo hizo con la decisión de pedir la renuncia y la revocatoria de la inscripción de más de 300 candidatos, una movida que podría darle un importante impulso a su campaña a la Alcaldía, aunque en el mediano plazo podría traerle uno que otro dolor de cabeza.

Como director del partido, Galán tomó la decisión de no apoyar a 308 de los más de 12 mil candidatos que ya habían avalado en el país.

La reforma política recientemente aprobada permite que en los cinco días hábiles siguientes al cierre de la inscripción, los partidos cambien de candidatos cuando éstos renuncien al aval o sencillamente no firmen su inscripción. Si la renuncia es después, los partidos ya no pueden llenar ese cupo.

Lo que hizo Cambio Radical fue solicitarle a los candidatos que renunciaran y, a la vez, pidió la revocatoria de su inscripción. El problema es que es improbable que todos renuncien y el proceso de revocatoria es largo y dispendioso, porque los candidatos pueden dar la pelea jurídica. Y eso se puede demorar hasta el punto de que no se resuelva antes del día de elecciones el 30 de octubre.

Las solicitudes de revocatoria que Galán presentó ante el Consejo Nacional Electoral son de tres tipos: 248 se sustentan en que los candidatos tienen una sanción disciplinaria, penal o fiscal, o algún tipo de inhabilidad. En estos casos, lo previsible es que las solicitudes tengan un trámite sencillo.

Otras 48 solicitudes se deben a que los candidatos están siendo investigados por delitos relacionados con conformación de grupos ilegales, narcotráfico, delitos contra los mecanismos de participación democrática o de lesa humanidad. La nueva Reforma Política prevé que los directivos de los partidos pueden ser sancionados cuando inscriban candidatos que resulten condenados por este tipo de delitos en el período para el cual resulten elegidos. Para evitar este posible problema en el futuro, Galán solicitó la revocatoria de la inscripción de estos candidatos.

Eso le servirá para eventualmente argumentar que hizo todo lo que estaba en sus manos para evitar que fueran elegidos estos candidatos, en caso de que resulten condenados por esos delitos. Aunque no es claro que la solicitud de revocatoria sea exitosa, ya que estos candidatos no han sido condenados, que es lo que prohíbe la Constitución para su elección.

Como esta norma es nueva porque la Reforma Política tiene apenas un mes de vigencia, no existe jurisprudencia al respecto. Y lo que podría venir son largos pleitos entre los candidatos, el partido y el Estado.

Pero el problema más delicado para Cambio Radical es el caso de nueve candidatos a los que les solicitó la renuncia a la inscripción, por conveniencia política. En estos casos, la decisión de Galán no tiene una motivación jurídica tan clara, puesto que no tienen procesos andando en su contra, sino que son más bien herederos de parapolíticos, o están rodeados de personajes oscuros y por eso los candidatos podrían terminar elegidos por el partido que ayer los repudió.

Esos nueve son también los de mayor importancia política. Incluyen a Julio César Acosta, el concejal de Cambio Radical en Bogotá que ha sido objeto de fuertes críticas por parte de Gina Parody por ser cuota de su padre, el ex gobernador de Arauca Julio Enrique Acosta, capturado y en juicio por parapolítica. Ya Julio Cesar anunció que denunciaría a Gina por injuria y calumnia.

También están Juan Francisco ‘Kiko’ Gómez Cerchar, candidato a la gobernación de La Guajira y señalado de ser cercano a paramilitares; José Luis Pinedo Campo, candidato a la Gobernación de Magdalena y cuestionado por ser hijo y cuota del político Miguel Pinedo Vidal, investigado por parapolítica; Carlos Eduardo Pinilla, candidato a la Gobernación de Arauca y de quien se ha dicho que es cuota de Julio Enrique Acosta, para quien trabajó como su Secretario de Gobierno; Alfredo Vega Quintero, candidato a la alcaldía de Aguachica, Cesar, y a quien algunos testimonios señalan de ser auxiliador de la guerrilla sin que exista un juicio en su contra por estas razones; y Héctor Fernando Ramírez, candidato a la alcaldía de Soacha, ex alcalde de ese municipio y miembro de la polémica dinastía que dominó ese municipio en las últimas décadas.

El rechazo a estos nueve candidatos era la decisión más difícil y, por lo mismo, es lo que más réditos políticos le podría traer a Galán.

 

Merecer el apellido

Carlos Fernando Galán tiene una imagen favorable muy grande, un reconocimiento cada día mayor, no tiene rabo de paja y tiene un apellido de un valor inigualable en la política bogotana. Sin embargo, con tan solo cuatro años de trayectoria política, su candidatura no ha logrado despegarse del pelotón porque, al lado de ex alcaldes y ex candidatos presidenciales, Galán parecía un peso pluma. Todo eso cambia con la decisión de ayer.

Aunque Galán afirmó a La Silla Vacía que tomó la decisión sin hacer un cálculo político, sus efectos políticos son innegables. Es difícil creer que su designación como director del Partido precisamente en este momento no fue una decisión concertada y planeada para fortalecer su imagen y quitarle de encima el ‘lastre’ de ser visto como un joven pilo e inteligente, pero todavía biche para asumir tareas difíciles. Tomar esta decisión era difícil y Galán estuvo a la altura del reto, con lo cual refuerza sus credenciales de político independiente, de joven renovador y de heredero de Luis Carlos Galán. Todo un arsenal de ventajas para la campaña.

Además, la exposición a medios y la buena prensa que le asegura ser director de un partido, se ve ahora multiplicada con la decisión de enfrentarse a políticos con mala imagen. Eso puede que no ayude a Cambio Radical en las regiones, pero sí es una gran ventaja en Bogotá.

En la capital, el electorado es volátil y ha demostrado que aprecia la independencia. Y la decisión de Galán muestra independencia. No sólo se enfrenta a políticos regionales sino a su compañero de Concejo Julio César Acosta, quien hizo campaña de la mano de Vargas Lleras. Con esto, Galán puede morderle votos a Parody, Mockus o Petro.

Pero, sobre todo, Galán le quita una importante bandera a Parody, quien ha recordado, una y otra vez, que la primera purga de parapolíticos se hizo por presión suya y que luego se retiró del Congreso tan pronto comprobó que en su partido de entonces, la U, había todavía personajes ligados con las mafias y precisamente por esto retó a Galán a hacer lo mismo. Parody reaccionó rápidamente a la movida de Galán y emitió anoche mismo un comunicado en el que se adjudica una victoria por el retiro del aval de Acosta.

Además, Galán consolida su imagen de adalid contra la corrupción. Ahora no solo podrá decir que fue uno de los primeros en denunciar el ‘cartel de la contratación’, sino también podrá argumentar que se dio el lapo de enfrentarse con sus colegas de partido en una purga interna. Y el lastre de ser el candidato de un partido que tiene señalamientos de corrupción se aligera.

Pero lo más importante, electoralmente hablando, es que la movida fue muy oportuna. Cuando las encuestas muestran al candidato de Cambio Radical en virtual empate con Gina Parody y con David Luna, y precisamente cuando crecen las posibilidades de que se alíen estos tres candidatos, o por lo menos los dos hombres, Galán se posiciona con fuerza ante ese eventual escenario. Es decir, la movida sirve para aumentar las opciones de que Galán gane la encuesta y que Luna termine apoyándolo.

 

Los problemas de Cambio Radical

Pero, como toda decisión difícil, también tendrá costos para Galán. Aunque ganará brillo como candidato a la Alcaldía, lo hará dentro de un partido cada vez más fraccionado.

Las dificultades de Cambio ya venían de atrás. En las elecciones presidenciales de 2010 Germán Vargas Lleras, candidato del partido, logró una muy buena votación en primera vuelta. Pero, como lo explicó La Silla Vacía, logró esos votos más como candidato de opinión que como el manzanillo que tradicionalmente había sido. Senadores de Cambio como Antonio Guerra, Fuad Char, Javier Cáceres o Daira Galvis no movieron su maquinaria por él. Y, aunque no por eso salieron del partido, la fractura quedó presente.

Y en las últimas semanas se agudizó tras fuertes discusiones internas por los avales para las elecciones de octubre. Los cuatro codirectores encargados del tema, los representantes Germán Varón y Jorge Enrique Rozo y los senadores Juan Carlos Restrepo y Antonio Guerra, tuvieron varios desacuerdos.

Por ejemplo, la definición sobre avalar o no a Luis Pérez Gutiérrez a la Alcaldía de Medellín llevó a un enfrentamiento entre Varón y los otros tres codirectores, que finalmente se zanjó con una victoria de Varón que pedía negarle el aval. Pero la división entre Varón y los otros tres codirectores se mantuvo.

A fines del mes pasado, Varón anunció que Cambio Radical iba a retirar algunos avales, como los de ‘Kiko’ Gómez a la gobernación de la Guajira o Carlos Pinilla a la de Arauca. Es decir, precisamente los que hoy rechazó Galán. Pero la junta de parlamentarios decidió no acoger los criterios de Varón y reversó su decisión.

Así estalló la crisis. Una vez se inscribieron todas las listas, congresistas como William García y Rosmery Martínez pidieron que Varón se retirara de la codirección para que otras personas ocuparan ese cargo, mientras que éste insistía en pedir la revocatoria de 300 avales. Finalmente, este martes Varón renunció a la codirección, a pesar de que contaba con el apoyo de Jorge Enrique Mesa en ese cargo, y llegó José Ignacio Mesa.

Dado que Varón es visto como el alfil de Germán Vargas Lleras, se creyó que el Ministro del Interior realmente no tenía poder alguno sobre su partido. Pero el golpe duró poco. El miércoles, apenas un día después, el Comité Central, donde están figuras muy cercanas al Ministro como su hermano Enrique Vargas Lleras y su primo Antonio Álvarez Lleras, eliminó la codirección y creó una jefatura única, en cabeza de Galán. Con esa movida se acabó la fronda de los parlamentarios y el Ministro de Interior, que no puede intervenir en política, pero que es la cabeza visible del partido, mostró que sigue en capacidad de poner orden en sus filas. Y aunque el senador Antonio Guerra criticó públicamente esa decisión, nada pudo hacer para oponerse.

Obviamente, las cosas no pararán aquí y las pugnas internas continuarán. Pero con esta movida, Cambio Radical puede haber perdido candidatos electoralmente sólidos, pero refuerza una de sus principales apuestas, la de Galán a la Alcaldía de Bogotá. Y deja indemnes las de Elsa Noguera en Barranquilla y la de Álvaro Cruz en Cundinamarca, que también son claves para el partido. Y Vargas Lleras puede continuar hablando de su lucha contra la corrupción.

Fui usuario y luego periodista de La Silla Vacía. Tras más de una década haciendo de todo en esta escuela de periodismo, de la que fui director editorial, me fui a ser lector y SuperAmigo. Ahora me desempeño como redactor jefe de El País América Colombia.