Así lo muestra la gestión de los 18 representantes por Bogotá en el último año.
Hoy comienza el último año del actual Congreso. Al revisar lo que ha hecho la bancada bogotana en la Cámara, encontramos que aunque sigue moviendo más temas nacionales que locales, a través de debates de control político han tratado de acercarse a cuestiones más de Bogotá.
Eso fue lo que encontramos al revisar las estadísticas del observatorio Congreso Visible sobre los 18 representantes para el año legislativo que terminó en julio.
La agenda de los representantes es de lejos más nacional que local
Los 18 representantes por Bogotá fueron autores o coautores de 180 proyectos de ley y de acto legislativo (los que cambian la Constitución) de alcance nacional, que si tocan los intereses de la ciudad o de sus ciudadanos es de forma indirecta.
Son muy diversos: prohibir el asbesto, eliminar el servicio militar obligatorio, regular del uso de bolsas plásticas, crear programas para mejorar la seguridad en los parques y para garantizar acceso al mercado laboral.
E incluso en las citaciones a debates de control político, a pesar de los que han armado alrededor de las iniciativas de Peñalosa, la mayoría son de asuntos de interés nacional como el asesinato de líderes sociales, los problemas con las EPS y el hacinamiento en las cárceles.
Esto último les puede servir particularmente a quienes quieren dar el salto de Cámara a Senado, como Angélica Lozano, María Fernanda Cabal y Olga Lucía Velásquez; pero también refleja una particularidad de los representantes por Bogotá: como no tienen la labor de intermediar entre la región y las autoridades nacionales, porque eso lo hace directamente la Administración Distrital, sus agendas tienden a ser mucho más nacionales que las de sus colegas de los departamentos.
Los proyectos sobre Bogotá murieron o les falta mucho
De los proyectos de ley que radicaron en el último año los 18 representantes por Bogotá, solo tres se relacionan expresamente con la ciudad, lo que muestra que es poco el margen que tienen para incidir en un distrito que tiene unas reglas especiales (su Estatuto Orgánico le da muchas funciones a las autoridades locales) y para incidir directamente en el gobierno para tomar decisiones, sin pasar por el Congreso.
El único proyecto que sigue vivo es el que pretende crear un fondo para financiar la recuperación del Centro Histórico, de la representante liberal Olga Lucía Velásquez, que pasó su primer debate pero no la tiene fácil para convertirse en ley: falta que lo aprueben la plenaria de la Cámara y luego el Senado, donde las iniciativas muy locales no suelen ser programadas en los primeros lugares del orden del día.
(La misma representante logró que aprobaran la prórroga de la estampilla pro Universidad Distrital, que ahora también servirá para financiar proyectos de infraestructura de la sede Bogotá de la Nacional. Pero ese proyecto venía de la legislatura anterior, no de la que acaba de terminar).
En el camino se hundió la iniciativa para reformar el Estatuto Orgánico de Bogotá, aunque la liberal Clara Rojas lo volverá a presentar. También se cayó el proyecto de Velásquez para crear oficinas de la Defensoría del Pueblo en las localidades (como ocurre hoy con la Personería y la Contraloría); y la iniciativa que no era exclusivamente bogotana para establecer una segunda vuelta para la elección de alcaldes y gobernadores en poblaciones con más de 500 mil habitantes.
Esta se hundió, como ya había pasado antes, a pesar de su vigencia en Bogotá por la campaña por la revocatoria de Peñalosa, y porque él y su antecesor Gustavo Petro ganaron apenas con alrededor del 30 por ciento de los votos.
Como eso implica que lleguen al gobierno con un apoyo minoritario, la idea de los promotores de la iniciativa, como Probogotá Región, es que se celebre una segunda vuelta entre los dos candidatos más votados para que el ganador cuente con un respaldo mayor que evite futuros intentos de revocatoria.
Y se hundió a pesar de que como fueron coautores representantes a la Cámara por Bogotá de líneas muy diversas: la uribista María Fernanda Cabal, las verdes Ángela Robledo y Angélica Lozano; los liberales Clara Rojas, Olga Lucía Velásquez y Andrés Felipe Villamizar; el conservador Telésforo Pedraza; los polistas Germán Navas Talero y Alirio Uribe; y Carlos Guevara, del Mira.
Los debates que abrió Peñalosa fueron la conexión de la bancada con lo local
Tras los cambios que planteó Enrique Peñalosa con su llegada a la Alcaldía en enero de 2016, un puñado de representantes a la Cámara por Bogotá, sobre todo críticos del alcalde, citaron debates para discutirlos y meterse a los temas de interés local desde el Congreso.
Esa estrategia tiene dificultades porque hay un debate nacional sobre qué les corresponde a los concejales y qué a los representantes a la Cámara a la hora de hacer control político en sus regiones, por lo que Peñalosa inicialmente se negó a asistir argumentando falta de tiempo y que eran temas propios del Concejo, hasta que al final lo obligó la Corte Constitucional. Y eso les permitió a los representantes consolidar ese pequeño camino para debatir asuntos locales.
En concreto, Angélica Lozano (Alianza Verde) y Edward Rodríguez (Centro Democrático) le hicieron un debate sobre los avances del metro cuando Peñalosa ya había decidido cambiarlo de subterráneo a elevado.
El futuro de la reserva Thomas Van der Hammen se debatió por citación de Inti Asprilla (Alianza Verde), quien también organizó una discusión sobre la situación nacional de los vendedores informales que, aunque no se circunscribió a Bogotá, tenía como coyuntura los operativos de recuperación de espacio público (y desalojo de vendedores) que impulsó Peñalosa desde su llegada.
Tras la intervención del Bronx en mayo de 2016 y la consecuente dispersión de los habitantes de calle de ese sector de Bogotá, Ángela Robledo (Verde), Alirio Uribe (Polo) y Efraín Torres (de La U y del grupo del senador Armando Benedetti), todos críticos de Peñalosa, citaron un debate en el que cuestionaron la estrategia de atención de la Alcaldía a esa población.
Y Carlos Guevara (Mira) citó al alcalde y a la gerente de Transmilenio, Alexandra Rojas, para que dieran cuenta sobre la situación financiera del Sitp Por último, Tatiana Cabello (Centro Democrático), Alirio Uribe (Polo), Efraín Torres (La U) y Andrés Villamizar (Liberal) hicieron debates sobre seguridad en Bogotá.
La bancada cachaca no trabaja unida
Aparte del proyecto sobre la segunda vuelta para elegir alcalde, en el que confluyó la mayoría de representantes, no existe otra iniciativa en la que se hayan integrado. Tampoco lo han hecho para citar algún debate.
Eso no solo se debe a la magnitud de la bancada y su diversidad ideológica, sino a que no tienen mucho espacio para mover iniciativas locales y a que los Alcaldes salen elegidos sin necesitar grandes alianzas con los grupos políticos que representan los congresistas (Petro llegó como Progresista y sin ningún congresista apoyándolo; Peñalosa solo con el de Cambio Radical, que tiene apenas a uno de los 18 representantes de Bogotá), a diferencia de lo que suele ocurrir con los gobernadores.
Eso es una clara diferencia con las bancadas de otras regiones, que por fuera del Congreso se unen para trabajar por causas comunes como cuando la de la Costa Caribe trató con el presidente Juan Manuel Santos los problemas de Electricaribe; o cuando la de Antioquia ha trabajado por el patrimonio ambiental de ese departamento o se ha reuñúne con frecuencia con el gobernador, Luis Pérez, para tratar temas regionales.
En Bogotá, un tema como el metro, que requiere que el gobierno nacional asegure el 70 por ciento de la plata (9,6 billones de pesos), no ha logrado aglutinar a los congresistas porque, encima de todo lo anterior, hay una división entre los que apoyan el metro elevado de Peñalosa y quienes consideran más adecuado uno subterráneo, como el que se venía planeando desde la anterior administración.
El alcalde, además, ha tenido dificultades para convocar a la bancada a la hora de explicarle sus proyectos, y de hecho ha entrado en confrontación con quienes lo critican desde el Congreso.
Carlos Guevara es el más activo, y Carlos Correa, el menos
Carlos Eduardo Guevara, del Mira, fue el representante que más proyectos propuso (28 en total) de temas tan variados como la regulación de bolsas de plástico, la promoción de deportes urbanos y de aventura, las garantías a las minorías políticas o la protección laboral de mujeres embarazadas. Le siguen la verde Angélica Lozano, con 25; y el vargasllerista Rodrigo Lara y la liberal Olga Lucía Velásquez, cada uno con 20.
Los que estuvieron involucrados en menos proyectos fueron el liberal Andrés Felipe Villamizar, con 3; y Carlos Arturo Correa, de La U, y Telésforo Pedraza, del Partido Conservador, ambos con 4.
Aunque Guevara no fue el que citó a más debates, pues el polista Alirio Uribe convocó a más del doble que él (14 contra 6), sí está entre los 4 representantes que más convocaron debates detrás del verde Inti Asprilla y la uribista Tatiana Cabello, ambos con 7.
En cambio Correa, con los uribistas María Fernanda Cabal, Samuel Hoyos y Esperanza Pinzón, no citó a ningún debate.