La confesión del exconcejal Hipólito Moreno sobre su participación en el Cartel de la Contratación tendrá vastas consecuencias políticas en la ciudad. Por un lado, es muy posible que termine arrastrando a varios de los concejales indagados que hoy forman parte de la oposición y sobre los que la Fiscalía solo tiene indicios. Por el otro, ayudará a reforzar el argumento de Gustavo Petro de que lo que “se quiere revocar en Bogotá es la voluntad de quienes eligieron en las urnas un proyecto político que ataca la corrupción y las mafias”, como lo dijo su director de asuntos disciplinarios, Augusto Ocampo hoy en twitter.

Hoy de manera sorpresiva Hipólito Moreno le confesó a la justicia que sí participó en el cartel de la contratación. Foto: Fiscalía.

La confesión del exconcejal Hipólito Moreno sobre su participación en el Cartel de la Contratación tendrá vastas consecuencias políticas en la ciudad. Por un lado, es muy posible que termine arrastrando a varios de los concejales indagados que hoy forman parte de la oposición y sobre los que la Fiscalía solo tiene indicios.  Por el otro, ayudará a reforzar el argumento de Gustavo Petro de que lo que “se quiere revocar en Bogotá es la voluntad de quienes eligieron en las urnas un proyecto político que ataca la corrupción y las mafias”, como lo dijo su director de asuntos disciplinarios, Augusto Ocampo hoy en twitter.

Hipólito Moreno confesó hoy que sí participó en la corrupción del contrato de las ambulancias que usa el Distrito y por el cual está en líos también el exsecretario Zambrano. En la audiencia ante un juez de garantías en la que la Fiscalía le imputó cargos por los delitos de interés indebido en la celebración de contratos y cohecho propio, Moreno los aceptó y pidió perdón. Por esa aceptación recibirá una rebaja de la mitad en la pena que finalmente le imponga el juez.

Es una confesión significativa porque Hipólito era de lejos uno de los hombres más poderosos de Bogotá. Concejal por poco más de una década, usó su poder normativo y de control político desde la corporación (de la que fue presidente dos veces) para ir poniendo fichas clave e incidir en casi todas las entidades del Distrito, especialmente durante la época de Samuel Moreno.

Decía que era el ahijado político de Jaime Castro, tuvo al menos 10 ediles y altos funcionarios en Malla Vial, Fopae, el IDU, en la Universidad de Cundinamarca. E incluso, como lo contó La Silla, aún en la era Petro -quien fue uno de los primeros en denunciarlo a él como parte del Cartel de la Contratación- tenía personas cercanas a él en la Personería, la Contraloría y en las JAL de Barrios Unidos, Rafael Uribe Uribe, Bosa y Tunjuelito.

Además, Hipólito es casi el único político que siendo concejal tenía congresista, cuando casi siempre es al contrario: Moreno fue determinante en la elección del representante Wilson Gómez, quien fue su asesor en el Concejo. Eso, además de que su curul la heredó Felipe Mancera, también de su grupo político, de quien dicen en la corporación “es Hipólito en cuerpo ajeno y sirve a sus intereses”.  

Por todo esto, Moreno hasta hace poco era considerado un gran barón electoral en la ciudad, al punto en que siempre dijo que no quería aspirar al Senado porque le parecía mejor ser concejal de Bogotá. Ahora que se sabe con cuánta plata se quedó es fácil entender por qué.

Emilio Tapia también es un confeso miembro del cartel que dice que quiere colaborar con la justicia.  
El alcalde Gustavo Petro fue uno de los primeros en denunciar el cartel. Foto: Juan Pablo Pino.

Su confesión ayuda a los fiscales que están investigando el Cartel de la Contratación, que según supo La Silla no tienen pruebas contundentes sino contra otros tres concejales. Hipólito, a cambio de rebajas, puede ayudarles a completar el rompecabezas. Por eso hoy en el Concejo el miedo se sentía en las caras de muchos de los 12 concejales que han sido indagados.

Sobre todo porque, según Emilio Tapia ha dicho a la Fiscalía, en el manejo de algunas comisiones Hipólito era el encargado de repartir las “ganancias” entre algunos concejales y funcionarios de los organismos de control.

En el caso del contrato de las ambulancias, Moreno reconoció que junto a Zambrano y a Tapia recibió el 9 por ciento de comisión del negocio que fue de 67 mil millones de pesos; es decir, algo más de 6 mil millones de pesos. En su apartamento se hacían reuniones con otros personajes clave del cartel como Tapia y Julio Gómez y el primero ha dicho que entre los concejales Hipólito era el rey.

Según las declaraciones de Tapia, Hipólito no sólo era el dueño del contrato de las ambulancias, sino que durante el gobierno de Samuel Moreno manejaba los negocios de la Unidad de Malla Vial a su antojo y, junto con Iván Moreno, se quedaba con el 10 por ciento de todos los contratos de esa entidad.

La confesión de Hipólito Moreno ratifica la denuncia de Petro de que el ‘cartel de la contratación’ tuvo tentáculos en el Concejo y no fue solo del Polo. El que, además, Hipólito fuera una pieza tan fundamental del Partido de la U, el mismo del representante Miguel Gómez, que está impulsando la revocatoria de Petro, le puede ayudar mucho al Alcalde.

Aunque en marzo de este año, cuando ya el escándalo estaba desatado, Moreno renunció a La U, no solo decía que era el más uribistas de los concejales de La U, sino que fue precandidato a la Alcaldía por ese partido y además le ayudó al senador Juan Lozano en su campaña política en Bogotá cuando éste intentó llegar al Palacio Liévano en 2003.

Como ya lo empezaron a hacer algunos progresistas en Twitter, la administración podrá sacar provecho del nuevo golpe a la imagen del Concejo.

Si en efecto, la caída de Hipólito -fuera de los tres concejales y el exsecretario de Salud Héctor Zambrano contra quienes la Fiscalía ya tiene pruebas contundentes- jalona a por lo menos otros cinco concejales de la oposición, esto puede cambiar (por la ausencia física si tienen detención preventiva y no renuncian a su curul o por fisuras internas en las bancadas a raíz de estas revelaciones) la relación de fuerzas entre la criticada administración de Petro y las bancadas opositoras que incluyen a una decena de concejales indagados, justo cuando se discuten tres proyectos clave para Petro (la actualización del POT, la eliminación de la valorización y el cupo de endeudamiento).

El alcalde Samuel Moreno y su hermano son de los pocos del cartel que no están buscando acuerdos con la Fiscalía. Foto: Laura Rico.

Si el preacuerdo entre Moreno y la Fiscalía va más allá del contrato de las ambulancias, posiblemente avancen las investigaciones contra más concejales sobre los que Moreno tenga información. Su testimonio es una pieza fundamental porque contrario al caso de los contratistas, donde hay evidencias documentales pues las mismas licitaciones estaban llenas de ‘micos’, en el caso de los concejales es más difícil contar con ese tipo de evidencias.

En el Cartel de la Contratación las piezas claves eran los contratistas, los intermediarios como Emilio Tapia y Álvaro Dávila, y los funcionarios de la administración. Los organismos de control como el Contralor Moralesrussi y el Personero Rojas Birry -ambos privados de la libertad- tenían la posibilidad de hacer algo y por lo menos al segundo, la justicia demostró que lo compraron para que no lo hicieran. Al primero, la Procuraduría llegó a la misma conclusión.

En el caso del Concejo, era clave contar con concejales cómplices para que votaran proyectos clave, como por ejemplo las vigencias futuras por un billón de pesos que en 2008 impulsó Hipólito Moreno. Pero también para que no contaran lo que necesariamente tendrían que saber dado que tienen gente suya en todas las instancias de la Administración y no usaran esta información en un debate de control político.

Si Hipólito arrastra consigo a varios de sus excolegas -todos de la oposición- martillaría una idea que le conviene mucho a Petro en los meses en los que se calentará la revocatoria en contra suya: recordar que él fue elegido por y para luchar contra las mafias que se tomaron el Distrito en las administraciones anteriores.

El carrusel seguirá sacudiéndose en estos días en los que la Fiscalía alista las imputaciones de cargos a otros exconcejales e incluso concejales. Mañana el turno será para el actual concejal del Partido Verde José Juan Rodríguez. El viernes será interrogado Edmundo del Castillo por el tema del cartel de la contratación en Bogotá.

Contexto

Fue periodista de historias de Bogotá, editora de La Silla Caribe, editora general, editora de investigaciones y editora de crónicas. Es cartagenera y una apasionada del oficio, especialmente de la crónica y las historias sobre el poder regional. He pasado por medios como El Universal, El Tiempo,...

Soy la directora, fundadora y dueña mayoritaria de La Silla Vacía. Estudié derecho en la Universidad de los Andes y realicé una maestría en periodismo en la Universidad de Columbia en Nueva York. Trabajé como periodista en The Wall Street Journal Americas, El Tiempo y Semana y lideré la creación...