Carlos Amaya, precandidato presidencial de la Coalición de Centro.

La primera vez que Carlos Amaya Rodríguez fue al Congreso tenía 25 años. Era activista estudiantil y venía de liderar los paros estudiantiles de 2008 y 2009. Antes de encontrarse con los congresistas se quitó el reloj, lo echó al bolsillo y le dijo a los que lo acompañaban “cuidado porque acá roban”.

Regresó en 2010 como representante a la Cámara de Boyacá de la Alianza Verde. Y se siguió quejando de los congresistas porque había sido testigo directo de los acuerdos políticos que se hacen entre ellos para repartirse cargos y definir las mesas directivas.

Su antipatía contra los políticos y los partidos tuvo un giro el 25 de junio de 2015. Ese día, Amaya Rodríguez selló la alianza política que hoy le permite ser un superpoderoso de Boyacá y precandidato presidencial de la Coalición Centro Esperanza.

Puso en marcha la que en ese departamento conocen como la ‘Operación Patilla’. Logró que la Alianza Verde firmara un acuerdo político con el partido Liberal para respaldar su campaña a la Gobernación.

“Había noches que me pasaba sin dormir, trasnochando, pensando en qué pasaría si los liberales no me apoyaban. Porque desde el principio tuve claro, doctor Serpa, que la alianza principal que deberíamos tener era con el partido Liberal”, dijo Amaya frente a unas 2 mil personas que acompañaron el evento en Tunja para sellar la alianza.

Su discurso tuvo de fondo la canción ‘Latinoamérica’ de Calle 13. Y lo remató con un video de Luis Carlos Galán hablando del papel de los jóvenes en la política.

En la mesa principal estaban del lado rojo los senadores Horacio Serpa y Juan Manuel Galán; el representante a la Cámara, Rafael Romero; el candidato a la Alcaldía de Tunja, Gilberto Rondón (ficha del expresidente César Gaviria) el candidato a la Asamblea, Cristian Rojas, sobrino del exsenador Héctor Elí Rojas; y el secretario nacional del partido, Héctor Olimpo Espinosa.

Del lado Verde el exsenador Jorge Londoño, mentor político de Amaya, y el concejal de Bogotá, Antonio Sanguino.

En el plan de Amaya para ganar la Gobernación era clave el respaldo de la maquinaria de los liberales –agrupados en torno al representante Rafael Romero– porque eran la segunda fuerza política en el departamento.

“Hoy le puedo decir con tranquilidad que es mi jefe, Rafael, mi jefe y el jefe del partido Liberal”, comentó Amaya.

A cambio de ese respaldo, Amaya se comprometió a ponerle el voto Verde a la Alcaldía de Tunja a Gilberto Rondón, el candidato de César Gaviria.

La fórmula le funcionó a Amaya. Ganó la Gobernación con 235.445 votos, 60 mil más que los que sacó Osman Hipólito Roa, quien tenía el respaldo del entonces gobernador, Juan Carlos Granados, de Cambio Radical, la ASI y sectores conservadores.

El gana-gana quedó cojo porque Rondón perdió la Alcaldía de Tunja. Pero la alianza con Amaya le sirvió a ese partido y su estructura para sostenerse. Amaya le entregó a los liberales el manejo de la Lotería de Boyacá, y dos secretarias, entre ellas la de Salud. También le dio juego a figuras como el exdiputado Rodrigo Rojas. Así, en las elecciones de 2018 el partido Liberal logró mantenerse fuerte y con 60 mil votos consiguió llevar a la Cámara a Rodrigo Rojas.

Y Amaya logró expandir su poderío en las siguientes elecciones. El ingeniero Wilmer Leal, quien había sido su primer jefe de gabinete, se lanzó a la Cámara en 2018 y logró una curul con una votación histórica. En 2019, el administrador Ramiro Barragán, quien había reemplazado a Leal en el gabinete, se lanzó a la Gobernación con la bendición de Amaya y barrió con más de 300 mil votos, repitiendo la ‘Operación Patilla’ de la Alianza Verde – Liberal.

“Yo lo considero un referendo del mandato, cuando los gobiernos son buenos la gente tiene la posibilidad de refrendarlos, y eso fue lo que pasó con Barragán”, le dijo Amaya a La Silla. 

Hoy, ni Rafael Romero ni Jorge Londoño, artífices del acuerdo Verde-Liberal que catapultó a Amaya están con él. Los dos se han quejado recientemente del gobierno verde de Barragán: Romero dice que en la Gobernación reina la politiquería del Verde; Londoño ha denunciado que desde la entidad estarían presionando a contratistas y funcionarios para votar por los aliados de Amaya. 

“Amaya terminó haciendo lo mismo que tanto critica del Centro Democrático: reelegirse en cuerpo ajeno y tratar de perpetuarse en el cargo. Eso no nos gustó”.

A todo eso, Amaya responde que se debe a rupturas normales porque Romero y Londoño tienen otras apuestas electorales diferentes a las de él. 

El exgobernador que inaugura obras

El 14 de septiembre de 2020, nueve meses después de haber terminado su periodo de gobernador, Carlos Amaya y su esposa, Daniela Assis (prima del defensor Carlos Camargo y cuya familia es ganadera en Córdoba) llegaron en bicicleta a Paipa para participar en la inauguración de una carretera que se construyó con plata pública.

Aunque no es usual que los exgobernadores participen de esos eventos, el gobernador Ramiro Barragán, quien se eligió como el continuismo de Amaya, sí lo promueve. Desde ese día y hasta el 27 de septiembre, antes de que Amaya viajara a España para estudiar un máster de Historia Económica, la Gobernación de Barragán organizó y promocionó una serie de inauguraciones de obras en la que Amaya fue protagonista.

Barragán y Amaya (de negro) entregan obras juntos.

Tras el corte de cintas en Paipa, la gira llegó a Garagoa el 16 de septiembre. Allí la Gobernación entregó la construcción del colegio San Luís. Amaya siempre estuvo a la derecha del gobernador Barragán, y recorrió con él los salones, el patio, las canchas y salió en la foto del corte de cintas.

Desde allá Amaya grabó y subió a sus redes un video destacando que era una obra contratada en su Gobierno, y desde la cuenta institucional de Barragán le respondieron para agradecerle.

El 25 de septiembre, la caravana Barragán-Amaya llegó a la vereda Suse de Aquitania para entregar un colegio remodelado. La foto oficial tuvo de fondo un letrero verde con la frase ‘Gracias gobernador’ y en ella quedaron los dos.

El último acto público de la gira fue el más llamativo y emotivo. Se dio como había arrancado la serie: con Amaya llegando en bicicleta para inaugurar una carretera. Fue en Somondoco, oriente del departamento.

Dos carteles colgaron a lado y lado de la foto oficial: uno que decía ‘Gracias gobernador Ramiro Barragán’, y el otro ‘Gracias exgobernador ingeniero Carlos Amaya’. En un muro de contención de la carretera fueron pintados los retratos de ambos. 

“A esas comunidades yo les había dado mi palabra de ir a acompañar la inauguración estuviera donde estuviera. Era un compromiso de Gobierno. Me pidieron que los acompañara. No eché discurso ni corté cintas, solo acompañé dos eventos. No le veo nada malo porque en ese momento no era candidato ni tenía definido que iba a ser candidato presidencial. Ojalá el presidente Duque hubiera invitado al expresidente Santos a inaugurar las obras que él dejó contratadas”, dice Amaya. 

Aunque insiste en que nunca cortó una cinta, esta imagen de la inauguración del colegio de Sunse muestra lo contrario. Y no fueron dos, sino cuatro eventos. 

El exgobernador Amaya en el corte oficial de un colegio en Sunse

El 28 de septiembre la gira cerró y Amaya viajó a Barcelona. Pero su presencia en la Gobernación de Barragán no. El ingeniero John Edickson Amaya, hermano menor de Carlos, ya había sido nombrado secretario de Tecnologías de la Gobernación. “A mi hermano le dije que no aceptara, de hecho le dije que se lanzara al Senado y no quiso. Pero es que él tiene una gran hoja de vida, no llegó al cargo por imposición mía como dicen mis contradictores, sino por su experiencia y capacidad”, dice Amaya.

Además del hermano, al menos siete personas que hicieron parte del gabinete de Amaya entre 2015 y 2019 repitieron en la Gobernación de Barragán (Ver gráfico de abajo) con cargos importantes, manejo de presupuesto y contacto directo en los municipios. De ese grupo, la mayoría renunció recientemente para entrar en las apuestas políticas de Carlos Amaya en el 2022: unos como candidatos al Congreso y otros para reforzar su campaña presidencial.

Una estructura de políticos-funcionarios en Boyacá

Era 25 de enero de 2022 y Carlos Amaya estaba rodeado de micrófonos, cámaras, y atrás una veintena de personas en un auditorio del centro de convenciones de la Cámara de Comercio de Tunja.

Convocó una rueda de prensa para anunciar el equipo de la campaña presidencial que lo va a acompañar en Boyacá. Ahora como parte de la coalición Centro Esperanza, repite la fórmula: hacer política con dirigentes que vienen de figurar en cargos públicos de la Gobernación de Boyacá. La estructura es transparente. Amaya los va nombrando uno a uno, detallando el rol que van a cumplir en la campaña, y ellos se paran y saludan para el video.

La mayoría renunciaron una semana antes. Jairo Mauricio Santoyo, dejó de ser el secretario de Salud para ser el gerente de la campaña de Amaya. Luis Gerardo Arias renunció a la Secretaría de Agricultura para coordinar la campaña con campesinos; Pedro Pablo Salas salió de la oficina de Convivencia y Paz para encargarse de la propuesta programática de líderes sociales.

Antes, de la Gobernación ya habían salido las apuestas electorales de Amaya en el Congreso.

Wilmer Castellanos, de la Secretaría de Infraestructura, y Jaime Salamanca de la Secretaría de Educación, para ser candidatos a la Cámara de la Alianza Verde. Y Carolina Espitia, de la gerencia del Covid, para ser la apuesta de Amaya al Senado en la Coalición Verde Centro Esperanza.

Sobre esta puerta giratoria entre funcionarios y candidatos, Amaya le dijo a La Silla Vacía que: “Acepto la crítica de por qué se retiran para estar acá, pero yo no los obligo sobre si hacer política o no. Desde hace mucho tiempo he dicho que nuestro proyecto político debe respetar las normas. Y quien quiera hacer política y le guste, está en libertad de hacerlo pero renuncie a sus funciones. Ellos me dijeron que quieren participar porque ven un momento coyuntural y estratégico, y yo no puedo ir en contra de eso”. 

El aliado y los puestos de Amaya en Bogotá

Después de Boyacá, la prioridad de Amaya es Bogotá, donde tiene un gran aliado.

En abril de 2018, en la plaza principal de Villa de Leyva, Carlos Amaya y la médica y exreina de belleza de Córdoba, Daniela Assis, se casaron. El evento estuvo abierto al público. A los que llegaron les ofrecieron almojábanas y jugo de frutos rojos. Dos mil personas asistieron. Después de darse el sí ante un pastor cristiano, Amaya le agradeció a Juan Manuel Santos, representado en la boda por uno de sus hijos, por el proceso de paz.

Entre los 500 invitados especiales estaban Claudia López, Carlos Fernando Galán, el exgobernador Jorge Eduardo Londoño, congresistas, diputados, alcaldes, músicos como Peter Manjarrez, Alex Campos y hasta la familia del ciclista Nairo Quintana. Los más cercanos terminaron en una fiesta privada en Paipa que duró dos días.

En un lugar especial de todo el evento estuvo Luis Ernesto Gómez, el hoy Jefe de Gabinete de Claudia López. Amaya es el padrino de Emiliano, hijo de Gómez. Se conocieron en la maestría de Gobierno y Políticas Públicas en la Universidad Externado, donde Gómez era profesor y viceministro del Interior de Juan Manuel Santos. Amaya era representante Verde a la Cámara por Boyacá y estudiante de ese posgrado.

Se volvieron amigos en 2016 durante el paro de Cubará. Amaya ya era gobernador y le tocó manejar junto a Luis Ernesto la situación. En 2018, cuando Gómez salió del viceministerio por el cambio de gobierno, Amaya lo contrató como asesor externo de la Gobernación de Boyacá con un sueldo mensual por encima de los 10 millones de pesos.

Más tarde, con la llegada de Claudia López a la Alcaldía de Bogotá en 2020, la relación se invirtió: Amaya pasó a ser asesor en Bogotá.

Recibió un contrato de 90 millones por cuatro meses para ayudar a coordinar la integración de Bogotá con la región, una tarea que también dirigía Gómez desde la secretaría de Gobierno. Amaya trabajó en sacar el Acto Legislativo en el Congreso – al que cuestionaba en su época de líder estudiantil-  para aprobar la creación de la Región Metropolitana, que busca la creación de una figura para unir a Bogotá con otros municipios cercanos.

Amaya en la Alcaldía de Bogotá de Claudia López.

Amaya no fue el único de su grupo político que encontró lugar en la Alcaldía de López. Jaime Flórez, quien fue su asesor para construir el Plan de Desarrollo en Boyacá, y quien lleva 13 años militando en el Verde, encontró puesto en Bogotá. Trabajó desde el 2020 como delegado de la alcaldesa en Ciudad Bolívar y luego fue asesor de Luis Ernesto Gómez con el Concejo de Bogotá. 

En paralelo, Ana María Gómez, hermana de Luis Ernesto, llegó a la Casa de Boyacá, una especie de embajada que tienen los departamentos en Bogotá, contratada por el sucesor de Amaya. Su esposa, Karol González, también fue asesora jurídica de la Rape. El ahora jefe de Gabinete ha dicho en varias ocasiones que “ellas tienen todos los méritos para el cargo que ocupan y que sus carreras no se debe detener porque yo sea funcionario”. 

Amaya además es muy cercano a dos alcaldes locales de Bogotá. Estos funcionarios son nombrados por la Secretaría de Gobierno, que los elige a través de un concurso. Se trata de Jaime Andrés Vargas de Usaquén y Horacio Guerrero de Ciudad Bolívar.

En esas alcaldías han entrado a trabajar como contratistas personas que hacen parte de la campaña presidencial de Amaya. Por ejemplo, la abogada Diana Monje, quien lidera un grupo de Verdes con Amaya en el Huila, es asesora de despacho en Usaquén.

Monje estuvo en el acto de inauguración de la sede de Amaya en Bogotá. 

Diana Monje (pantalón blanco) acompañó a Amaya a la inauguración de la sede en Bogotá. Foto: Tomada de Facebook,

En la Secretaría de Gobierno además estuvo hasta hace poco como director de diálogo social Néstor Daniel Colorado, uno de los fundadores del Verde, quién hoy apoya a Amaya a la presidencia.

“Ellos no llegan por Carlos Amaya, sino por su propia trayectoria en el Verde”, le dijo Gómez a La Silla Vacía.

Otros aliados de Amaya se mantienen en cargos del Distrito. Germán Aranguren, quien fue el secretario jurídico de la Gobernación de Amaya, es asesor jurídico de Luis Ernesto Gómez. Luz Mary Cárdenas, quien fue secretaria de Hacienda de Amaya, ahora es la gerente de la Lotería de Bogotá.

“Uno gobierna con la gente con la que tiene confianza y que ha trabajado bien en el sector público. Para el cargo de director jurídico, la persona que me iba a defender, necesitaba a alguien que fuera confiable y leal y experto en la defensa jurídica de un ente territorial. Por eso escogí a alguien que había trabajado con Carlos [Amaya] como Secretario Jurídico de Boyacá durante cuatro años”, añade Gómez.

“Luz Mary Cárdenas es una técnica que no pone ni un voto, antes los quita. A mí la alcaldesa Claudia me preguntó por una hoja de vida que pudiera servir para ese cargo y yo le recomendé el de Luz Dary porque en mi gobierno lo hizo muy bien”, dice Amaya. 

De otro lado, Amaya también ha encontrado mucha gente de confianza en Bogotá. En su actual candidatura presidencial es apoyado por figuras visibles del Verde de la capital, que también han sido defensores de la alcaldía de Claudia López.

Aunque Ariel Ávila, quien trabajó un tiempo conduciendo un programa de Canal Capital, canal institucional de Bogotá, y ahora es candidato al Senado del Verde, ha dicho que su apoyo no está cantado aún, no se descarta que respalde a Amaya. Su esposa, Magda Paola Núñez, fue candidata a la Concejo de Tunja apoyada por Amaya. No pasó, pero tuvo un cargo directivo en la Gobernación de Boyacá con Amaya, y luego llegó a la Rape central, como directora técnica. 

En el Concejo de los doce Verdes le hacen campaña Julián Rodríguez Sastoque, quien está a cargo de temas de jóvenes; Andrés Onzaga, que está coordinando Bogotá; Julián Espinoza, que está coordinando a los voluntarios a nivel nacional. Y Libardo Asprilla, el comité de negritudes.

Entre los ediles que lo acompañan están Marcela Clavijo (Chapinero), Jaime Cardona (Rafael Uribe Uribe) y Javier Rubio (Tunjuelito). 

Sin embargo, cuando quiso proponer a Jaime Flórez como candidato a la Cámara por Bogotá, no recibió el apoyo de la alcaldesa porque generaba reproches dentro del Verde. Flórez tuvo que bajarse de esa aspiración. La estructura en Bogotá le sirve para mantener la chapa del Verde en Bogotá, pero que dista de la que armó en Boyacá, en alianza con los liberales. 

Nota del editor: Nueva información recibida después de publicada la versión inicial de esta nota fue añadida. Es acerca de la relación de Amaya con Ariel Ávila, hoy candidato al senado del partido Verde.

Amaya en inauguración de vía en Paipa
Gómez entró a asesorar a su amigo y compadre Amaya.

Soy el periodista que cubre Congreso y partidos políticos. Estudié comunicación social y periodismo en la Universidad Surcolombiana. Antes hice parte de La Silla Sur. En 2020 gané el premio de periodismo Reynaldo Matiz a mejor trabajo en internet; y en 2021, 2022 y 2023 el premio Carlos Salamanca...

Soy periodista de Bogotá en La Silla Vacía. Estudié periodismo en la Universidad Externado y después trabajé en la Revista Semana. Allí cubrí cultura e informes especiales en un comienzo y más tarde Bogotá y confidenciales. Me pueden escribir a pdoria@lasillavacia.com o a @PaulaDoriaG en Twitter.