A principios de la semana pasada, en una oficina del ex alcalde Gustavo Petro en el centro de Bogotá, se reunieron el ex mandatario y la candidata a la Presidencia por el Polo Clara López para hablar de la posibilidad de construir una coalición con miras a las presidenciales del mes entrante. Aunque en ese primer encuentro no se concretó nada, los dos políticos de izquierda quedaron en volver a hablar para ver si se define la ruta de esa “confluencia democrática”, como se la describió a La Silla López, la presidenta de la colectividad de la que salió Petro dando un portazo en 2011. La movida es una prueba más de lo dinámica que puede llegar a ser la política.
A principios de la semana pasada, en una oficina del ex alcalde Gustavo Petro en el centro de Bogotá, se reunieron el ex mandatario y la candidata a la Presidencia por el Polo Clara López para hablar de la posibilidad de construir una coalición con miras a las presidenciales del mes entrante. Aunque en ese primer encuentro no se concretó nada, los dos políticos de izquierda quedaron en volver a hablar para ver si se define la ruta de esa “confluencia democrática”, como se la describió a La Silla López, la presidenta de la colectividad de la que salió Petro dando un portazo en 2011. La movida es una prueba más de lo dinámica que puede llegar a ser la política.
Pocos conocen del encuentro, que fue propiciado por el senador electo del Polo Iván Cepeda; Aída Avella, la fórmula vicepresidencial de Clara; el representante electo también del Polo Alirio Uribe y la propia Clara.
De hecho, consultado al respecto por La Silla, el senador y dirigente del Polo Jorge Enrique Robledo se mostró sorprendido y dijo que no sabía nada de esa reunión y que esperaría a conocer los detalles “de primera fuente” antes de dar una opinión. Es decir, de boca de Clara López, quien a su vez le contó a La Silla dijo que lo ha “comentado a nivel interno” y que esta tarde dará los detalles de dichos acercamientos al Comité Ejecutivo de la colectividad.
Tampoco saben mucho entre los petristas. Al menos, eso le dijo a La Silla una fuente conocedora de la Alianza Verde, el partido que fusionó al Partido Verde y al movimiento Progresistas que llevó a Petro a la Alcaldía de Bogotá. “Eso no se sabe. A mí me llegó la información hace unos días por el correo de las brujas. Me han dicho que Petro no ha tomado ninguna decisión”, dijo la fuente.
Por su parte, un concejal progresista le respondió a La Silla que no tenía ni idea de los coqueteos pero que no le extrañaban porque Aída Avella “siempre ha sido la candidata presidencial que más le ha gustado a Petro. Por eso la montó en el balcón (de la Alcaldía de Bogotá) desde el primer día de su destitución y además siempre en las bases progresistas se ha invitado a votar por ella, lo que se entiende como un guiño de Petro”.
La reunión
Al encuentro con Petro no pudo asistir Aída Avella porque se encontraba en Ibagué, por lo que en su representación fue Jahel Quiroga, otra de las líderes visibles de la Unión Patriótica (el partido de Avella por el que ella inicialmente se lanzó a la Presidencia en fórmula con Jahel).
Clara López, como ya lo había venido diciendo públicamente, le expresó a Petro que rechza la decisión de la Procuraduría de destituirlo, el no acatamiento por Juan Manuel Santos ante las medidas cautelares de la CIDH que lo hubieran mantenido en la Alcaldía (a lo que ella llama “un desconocimiento del voto popular”) y que el programa de la Bogotá Humana haya quedado en el limbo.
Después hablaron de la “confluencia democrática” y del eventual acuerdo electoral que sería la base para un posterior frente de unión de la izquierda, como se lo explicó ella a La Silla. “Coincidencias (con Petro) hay muchas. La unidad de la izquierda ya está en camino con Aída y yo y estamos en posición de seguirla ampliando. Sería un acuerdo electoral… Vemos en esencia que a nivel de ciudad y de país hay dos modelos en competencia. el modelo de concentración de la riqueza y el modelo social en el que coincidimos”, dijo. También aclaró que el posible acuerdo tendría que ser sobre lo programático.
Una fuente que pidió que se omitiera su nombre, pero que habló con uno de los asistentes al encuentro, le dijo a La Silla que lo que llegó a proponer López fue un frente en defensa de la democracia y que el acuerdo consiste en que Clara y Aída apoyan la Constituyente que quiere Petro y a cambio el ex alcalde las apoya a ellas a la Presidencia.
El día después de esta cita, la dupla del Polo a la Presidencia le pidió públicamente a Petro su voto. En el momento, nadie entendió que en realidad la movida fue el resultado de esa conversación.
Intentamos comunicarnos con Petro, a través de un mensaje privado por Twitter, pero no nos ha contestado.
La política es dinámica
Hasta hace unos días, esta eventual coalición entre Petro y Clara hubiese sido impensable. Ambos hicieron fórmula a las presidenciales de 2010, pero no por simpatía recíproca sino más bien porque le convenía a un Polo que amenazaba con partirse, como efectivamente sucedió.
Petro era entonces el líder de un Polo que ya estaba dividido entre petristas, el Moir de Robledo y la Anapo de los hermanos Moreno. López había llegado a la presidencia de la colectividad pero ese puesto lo quería Petro, lo que aumentó la tensión. Precisamente, el nombre de Clara como fórmula a la vicepresidencia surgió como un intento de mantener la unidad.
López aceptó y renunció a la Secretaría de Gobierno en la administración del hoy detenido Samuel Moreno para hacer campaña con Petro, y en ese momento éste selló un pacto político con el controvertido senador Iván Moreno, representante de uno de los grupos más clientelistas del Polo y al cual Petro siempre había criticado.
Todo parecía servido para que el Polo no se partiera en pedazos, pero la alianza coyuntural Clara-Petro no les alcanzó. Después de perder la Presidencia, Petro renunció al Polo dando un portazo y prometiendo nunca volver, para crear el movimiento Progresistas con el que llegó a la Alcaldía. Antes de irse, denunció a los Moreno a quienes, inicialmente, Clara defendió como presidenta del partido.
Las consecuencias
Con todos esos antecedentes, y como lo evidencia el hecho de que Robledo no supiera nada de esta reunión para hablar de coaliciones con Petro, es posible que en el Polo no caigan bien estos coqueteos.
Aunque, por ejemplo, a Carlos Gaviria -que no se había enterado de la reunión- le pareció “un mensaje positivo”. siempre y cuando esté pensado “más que como unidad de la izquierda, como una apertura más amplia que puede ayudar al Polo a recoger mucha de la gente inconforme que no es de la izquierda”.
Lo mismo ve Iván Cepeda, que la describió como un segundo paso de un proceso en el que la alianza con la UP -que puso Avella como vice de López- fue “la cuota inicial”. “Esta reunión es importante y tiene un carácter simbólico porque había una incomunicación total entre Clara y Petro, y entre Petro y el Polo. Es el primer deshielo”, le dijo a La Silla.
Dentro de la Alianza Verde -donde están los progresistas que acompañaron a Petro en su Alcaldía- tampoco sabían de la reunión, otra muestra de que el ex alcalde opera políticamente más por sí mismo que como jefe del movimiento que fundó.
De todas maneras, desde que los progresistas se fusionaron con los verdes, Petro ha dicho que él no tiene partido político. Un asunto que confirma una fuente progresista que dice que “Petro juega solo ¿Cómo se va a poner uno a estar mirando por qué matorral cogió, si actúa solo?”.
Aunque en principio podría suponer una ruptura de su reciente alianza con los verdes, algunos integrantes de ese partido creen que puede ir en línea con la idea de crear un frente amplio de centro e izquierda. Es decir, siempre y cuando el Polo no quiera ser -como en el pasado- el que tiene la sartén por el mango y fija las condiciones de una coalición en torno suyo.
“Si estamos hablando de un Frente Amplio, que es la propuesta que venimos discutiendo desde hace más de un año y que es -como en el caso de Uruguay- un proyecto de largo aliento, es alentador. Yo no creo que sea una amenaza para la Alianza Verde, si de verdad creemos en la pluralidad”, le dijo a La Silla la representante verde Ángela Robledo.
En el pasado sólo había habido acercamientos tímidos. Uno de esos fue cuando, hace un mes, Petro convocó una reunión en la que lanzó la campaña del No para la revocatoria y a ella asistió el representante polista Germán Navas Talero. Según le confirmaron dos personas a La Silla, la presencia de Navas en esa reunión fue vista como una señal de que el Polo apoyaba al destituido alcalde, y una más contundente que el mensaje inicial de Clara, que el petrismo en ese momento vio como tibio.
Habrá que ver, no obstante, si los coqueteos se concretan y se logran limar las asperezas del pasado de Petro y Clara López.
Si se une al Polo que tanto criticó por temas de corrupción, Petro podría estar poniendo en riesgo el capital político que obtuvo precisamente por esas denuncias, aunque le convendría que el partido más grande de la izquierda (ahora unido con la UP) lo apoyara en su idea de una Constituyente.
Por su parte, a Clara le podría generar descontento al interior de su partido buscar aliarse con el político que los abandonó y les enrostró sus denuncias del cartel de la contratación que se robó Bogotá durante la administración Moreno, pero podría montarse en la ola de indignación y simpatía que ha despertado Petro después de su destitución.
Así las cosas, parece difícil que se concrete la unión. Aunque, como ha quedado demostrado infinidades de veces, a la hora de los intereses electorales todo es posible.