La revisión de firmas de la revocatoria a la que tiene derecho el alcalde, que supuestamente terminaba hoy, aún no comienza. El CNE tampoco se pronuncia.
Aunque estaba previsto que hoy terminara la revisión de las firmas de la revocatoria a que tiene derecho la defensa de Enrique Peñalosa, ese proceso ni siquiera ha empezado debido a un enredo con el cronograma. Así, el alcalde de Bogotá sigue ganando tiempo antes de que se defina si se someterá a las urnas su permanencia en el cargo.
La confusión empezó desde el 3 de agosto, cuando el abogado del alcalde, Humberto Sierra Porto, se notificó de la decisión de la Registraduría de permitirle revisar las firmas con grafólogos propios, tal y como lo pudo hacer Gustavo Petro en su momento.
La decisión le daba 48 horas para presentar la lista de grafólogos y 15 días hábiles para revisar las firmas, pero Sierra elevó una consulta para que la Registraduría le aclarara si eran 48 horas corridas (dos días) o hábiles (seis días).
Para él, debía ser la segunda opción, pero la Registraduría finalmente le confirmó hace unos días que se refería a dos días. La defensa entonces presentó una lista de seis grafólogos el miércoles pasado en la mañana, ante lo cual la entidad le dijo de entrada que lo habían hecho por fuera de tiempos.
El abogado insistió y está por definir si aceptan que siga el trámite, algo que podría conocerse hoy.
Por lo mismo, no es claro cuándo comenzarán a correr los 15 días para revisar las firmas, una duda que también comparten los promotores de la revocatoria, le dijo a La Silla Cachaca el sindicalista Rafael Merchán, uno de los líderes.
La implicación de este enredo es que la fecha de la convocatoria a un posible referendo revocatorio, que debe ser dos meses después de que terminen todos los trámites, se aplaza más y queda más pegada a las elecciones de marzo de 2018.
Andrés Villamizar, director de la Fundación Azul, creada para defender políticamente al Alcalde, le dijo a La Silla Cachaca que en el caso de la revisión de las firmas ellos no tenían interés en dilatar.
El comité que promueve la revocatoria piensa lo contrario, según nos dijo Merchán.
Mientras eso se define, de todas formas, queda pendiente otro punto que podría dilatar más la convocatoria a las urnas y es la certificación de la contabilidad del comité promotor, un trámite a cargo del CNE que esperan desde junio.
A Peñalosa le conviene que una posible votación se aplace porque le da más tiempo para mostrar obras y, en esa medida, tener más argumentos para convencer a la gente de que está ejecutando y cumpliendo.
Además, el equipo de defensa del Alcalde pretende que la tutela que perdieron ante la Corte Suprema de Justicia, en la que pedían tumbar la revocatoria para que a Peñalosa le garantizaran el derecho a ser elegido, sea revisada por la Corte Constitucional a tiempo para frenarla y para eso, ganar tiempo le sirve.
Sin embargo, entre más se dilate la revocatoria el Alcalde corre el riesgo de que coincida con las elecciones legislativas y de Presidente y su revocatoria no solo se vuelva un tema de la campaña electoral de 2018, sino que la gente que no se movería a votar en una época fría, lo haga en medio del debate electoral.
Lo que se defina sobre la revisión de firmas permitirá volver a hacer las cuentas.