El proyecto del metro de Bogotá es el dolor de cabeza que amarra al Distrito con la Nación. Aunque Samuel Moreno es el principal doliente, pues de eso depende su éxito político como alcalde, detrás de la viabilidad del metro hay muchos intereses en juego.

No sólo se trata de que el alcalde Moreno pueda cumplir con su plan de gobierno para Bogotá Positiva, sino de que el proyecto sea viable financiera y técnicamente, y que sea una respuesta complementaria a todos los demás avances que se proyectan para la movilidad de Bogotá bajo el esquema del nuevo Sistema Público Integrado de Transporte (SITP) (ver artículo). Pero el tema va más allá de la agenda de la Alcaldía de Bogotá, pues el 70% de los recursos del metro los pondrá la Nación, a partir de 2016.

Esteban Piedrahita, director de Planeación Nacional, ya anunció que los estudios contratados por Samuel Moreno con la firma Sener-Transporte Metropolitano de Barcelona no son suficientes para aprobar el metro y que, por lo tanto, el Conpes que saldrá a finales de julio, le pedirá al Distrito cofinanciar nuevos estudios complementarios que determinen la viabilidad el proyecto.

El anuncio de Piedrahita no sólo amenaza el proyecto de Samuel Moreno sino que anticipa que la decisión sobre el futuro del metro estará en manos de Juan Manuel Santos, el nuevo presidente que asumirá funciones el 7 de agosto.

Conozca los intereses y posiciones de los cuatro hombres detrás del metro de Bogotá.

Samuel Moreno, el alcalde de Bogotá

El metro ha sido la principal bandera de gobierno de la alcaldía de Samuel Moreno 2008 – 2011. Al ser elegido, Samuel prometió que la primera línea se construiría en 2010. A la fecha, no se ha aprobado el proyecto, ni se han contratado los estudios de ingeniera que permiten determinar, al detalle, cómo se deberá hacer esa primera línea que Samuel asegura que será del Portal de las Américas hasta la calle 127.

Dado que el tiempo de su gestión comienza a acabarse, el alcalde está preocupado de que haya intereses políticos que intenten frustrar su proyecto de gobierno. Y lo que está detrás de esto es el prestigio político del alcalde. Si de aquí a diciembre de 2011 no se pone la primera piedra del metro, el proyecto de revolución de movilidad enterrará a Samuel Moreno.

En sus discursos, Samuel ha defendido la necesidad y la viabilidad técnica y financiera del metro. Ha refutado la posición de los validadores del metro que, estando a favor del proyecto, aún tienen reparos técnicos. El alcalde ha dicho que aunque la Universidad de los Andes y la Universidad Nacional son instituciones prestigiosas, no son las más adecuadas para poner en duda los estudios realizados por la firma Sener-Transporte Metropolitano de Barcelona.

Esteban Piedrahita, el director de Planeación Nacional (DNP) encargado de sacar el Conpes que le dé luz verde al metro, confía en el análisis de los validadores universitarios y ha dicho que ambos centros educativos tienen el respaldo y la asesoría del Massachusetts Institute of Technology (MIT) y la Universidad de Illinois, de Chicago. Los estudios hechos por Serner costaron 19.600 millones de pesos.

“Si no sirve un mandato en las urnas y la palabra del presidente, entonces qué es lo que sirve. ¿Más estudios?”, dijo Moreno, en un foro en la Cámara de Comercio de Bogotá esta semana. Detrás de las palabras de Samuel está el temor de que, por cuestiones técnicas, su proyecto siga en suspenso y sea heredado por el nuevo presidente. (Escuche a Samuel Moreno)

Álvaro Uribe Vélez, el presidente que se va

El presidente Uribe, a diferencia de Moreno, no tiene mucho que perder si el metro no sale en su gobierno. Aunque él ha sostenido públicamente que lo apoya y que dejará vigencias futuras otorgadas a partir de 2016, la pelota no está en su cancha en este momento.

Si el análisis técnico de Planeación Nacional pide más estudios para evitar el fracaso técnico y financiero del proyecto metro, Uribe no pierde mucho.

En concreto, el metro es sólo uno de los grandes proyectos de infraestructura y movilidad que dejaría como legado de su gobierno y que a fin de cuentas no pondrían en duda su eficiencia en materia de obras públicas que ha resultado en la construcción de carreteras, túneles y dobles calzadas en diferentes partes del país.

Esteban Piedrahita, el que firma el Conpes de Movilidad

El Conpes de Movilidad es uno de los fantasmas que ronda Planeación Nacional desde el año pasado. Piedrahita ha tenido que pilotear las presiones, críticas y cuestionamientos sobre el proyecto del metro y tiene la tarea de expedir el documento Conpes antes que termine el gobierno de Uribe.

Piedrahita ya anunció que está dispuesto a cofinanciar nuevos estudios para el metro y nuevas troncales de Transmilenio con dineros de la Nación y del Distrito, ya que los actuales estudios no le permiten tomar una decisión con plena tranquilidad.

“No tenemos duda de que Bogotá va a necesitar un metro, pero tenemos dudas con este trazado”, dijo el director del DNP en entrevista con El Tiempo. “Lo único que me ha dicho el Presidente es que él se comprometió con esto y que avance y lo que quiero es que esto salga bien. No quiero que, luego, los bogotanos digan que cometimos un gran error”.

Piedrahita juega entonces un doble rol. Por un lado, debe cumplir el mandato de Uribe, pero por otro lado debe cuidar su reputación profesional y expedir un Conpes responsable que no amenace las finanzas de la Nación en proyectos quijotescos. Según Piedrahita, los costos de aprobar un metro para Bogotá bajo los estudios actuales son tres: habría un alto riesgo de que haya sobrecostos, de que haya menos demanda de la que se anticipa, y de que el proyecto no tenga los beneficios que se esperan.

“Los riesgos no están bien cuantificados y no hay estrategias para mitigarlos. Esa primera línea necesita bastante trabajo. Como está, no nos parece que sea el mejor uso de los recursos de la Nación”, dijo Piedrahita (ver entrevista).

Piedrahita es realista y ha dicho que “posiblemente” y “seguramente” el metro será firmado por el presidente electo Juan Manuel Santos y el próximo alcalde de Bogotá, ya que los estudios actuales no son suficientes para avanzar con el metro. Además, Piedrahita ha dicho que tal y como están las cosas, no considera conveniente que el Distrito contrate ya la ingeniería a detalle de la obra, cuya licitación tanto ha anunciado Samuel Moreno.

Juan Manuel Santos, el presidente electo

El proyecto del metro será uno de los grandes proyectos que heredará Juan Manuel Santos como presidente. En varias declaraciones Santos ha dicho que el metro es necesario para Bogotá, pero que el proyecto debe ser sostenible, eficiente y pertinente.

Frente a las críticas que se han levantado por el proyecto, Santos ha dicho que el problema principal del metro está en la consecución de sus recursos.

“Hay una regla de oro que prima en el mundo: hasta 20 mil pasajeros se requiere bus, de 20 a 40 mil pasajeros se requieren sistemas como el Transmilenio y de 40 mil en adelante se requiere metro. Esa regla de oro debe aplicarse en Bogotá”, dijo recientemente a El Espectador.

Pero además del metro, Santos respalda el proyecto del Tren de Cercanías, uno de los muchos proyectos de movilidad que atenderá el gran Conpes nacional. En consecuencia, Santos será el presidente que ejecute el Conpes de Movilidad y en sus manos estará darle prioridad a unos proyectos sobre otros.

Piedrahita ya ha dicho que en el caso de Bogotá, no hay plata para desarrollar Transmilenio, el metro, el tren de Cercanías y el Sistema Integrado de Transporte Público. Habrá que priorizar el gasto y será Santos quien determiné qué proyecto arranca primero y cómo.

“El Conpes va a asegurar dineros, pero no va a decir para qué obras, sino para una solución integral de movilidad regional. Y va a decir que para acceder a esos dineros hay que cumplir con unas características. No se puede hacer todo al mismo tiempo”, dijo Piedrahita.

Actualmente trabajo como activista global de Avaaz.org abriendo ventanas para cambiar el mundo que tenemos, por el mundo de tolerancia, respeto y libertad que la mayoría queremos tener desde cualquier rincón del mundo. Trabajé como periodista y reportera gráfica en La Silla Vacía....