Foto: Tomada de www.caracol.com.co

El manejo de la temporada taurina en Bogotá da luces de cómo la nueva alcaldesa planea manejar la protesta social

El domingo 2 de febrero comienza la nueva temporada taurina de Bogotá. Irá hasta el 2 de marzo, como siempre, pero al tiempo, y por primera vez, se celebrará una “temporada antitaurina” que tendrá un respaldo amplio de la Alcaldía.

Los antitaurinos lo ven como un logro histórico, que alcanzan después de haber ganado espacios en los gobiernos de Gustavo Petro (2012-2015) y Enrique Peñalosa (2016-2019), y que muestra que aumentó su capacidad de incidencia con la llegada de Claudia López.

Ese apoyo le permite a ella comenzar a mostrar una relación más fluida con un sector que mantuvo tensiones con Peñalosa (a pesar de que él estaba en desacuerdo con las corridas), y probar la forma como quiere asumir la protesta social sin poner a la Policía como eje.

La relación tensa con Peñalosa

Los antitaurinos vienen de tener una relación agridulce y tensionante con la alcaldía de Enrique Peñalosa.

Durante su gobierno, en 2017 volvieron tras cinco años las corridas de toros a Bogotá. Gustavo Petro (2012-2015) había dejado de prestar la Plaza de Toros de Santamaría a los taurinos, y después de ires y venires judiciales, la Corte Constitucional ordenó a la Alcaldía prestarla, un fallo que le tocó cumplir a Peñalosa.

Aunque él siempre se mostró en contra de las corridas, el petrismo y buena parte del sector animalista consideró que al no impedirlas, como hizo Petro, facilitó el camino de los taurinos. De hecho, el día que regresaron (22 de febrero de 2017) manifestantes chocaron con el Esmad.

Después de eso se abrieron espacios de concertación con la idea de desincentivar las corridas, pero no todos los antitaurinos confiaron en ese gobierno. 

“Sentimos que se trataba de un espacio para legitimar el cerco que habían armado en la Plaza para que no pudiéramos acercarnos, no para construir con los antitaurinos ni para ver las condiciones en las que se había hecho el contrato para prestar la Plaza”, le dijo a La Silla Vacía Natalia Parra, lideresa de la Plataforma Alto que se retiró de esa mesa.

Otras plataformas, sin embargo, se quedaron, como Colombia Sin Toreo, que agrupa cerca de 40 organizaciones antitaurinas. Lina Lamos, una de sus integrantes, acordó con esa Alcaldía que le dieran un espacio en el Puesto de Mando Unificado (PMU), donde se coordina la atención de emergencias en cada corrida, con la idea de que verificara el cumplimiento de las normas por parte de los taurinos, como que no se consumiera licor dentro de la Plaza.

Además, el Instituto de Participación y Acción Comunal (Idpac) jugó un papel importante para los intereses de los antitaurinos. “Apoyó con gestión en Idartes, el Instituto de Recreación y Deporte y la Red de Bibliotecas Públicas, y por otra parte lideró campañas como Bogotá capital animal y Zoomos todos”, nos dijo Angie Chaparro, animalista que trabajó en el Idpac con Peñalosa.

Sin embargo, la conexión no fue completa, no sólo porque el grueso de los antitaurinos no estaba en contacto con la Alcaldía, sino porque los que sí lo estaban no sintieron que se tratara de una puesta frontal de esa administración, más allá de la oposición de Peñalosa.

El cambio con Claudia

Con la elección de Claudia López los antitaurinos sintieron un ambiente propicio para proponer cambios más de fondo, así no puedan prohibir las corridas.

López no sólo se comprometió en campaña a mantener la decisión de no invertir presupuesto público para fomentar las corridas (algo que se ha mantenido desde Petro), sino que su propuesta de cambiar la relación entre la Alcaldía y grupos sociales como ellos les daba la posibilidad de tener más eco.

A eso se suma que el Secretario de Gobierno, Luis Ernesto Gómez, comparte la causa antitaurina y tiene el antecedente de que como Viceministro del Interior presentó un proyecto de ley para prohibir las corridas de toros, que se hundió pero lo acercó a los antitaurinos.

Por otra parte, fue elegida una concejala animalista, Andrea Padilla (líder en Colombia de la ONG Anima Naturalis) que, como Claudia López, es de la Alianza Verde. Aunque es una sola, su llegada al Concejo es importante porque allí ha habido concejales afines a esa causa pero no eran militantes que conocieran el mundo antitaurino por dentro.

Fue Padilla la que, después de presentar el 3 de enero un proyecto para desincentivar las corridas de toros en Bogotá, pidió que la Alcaldía se sentara con los antitaurinos para comenzar a preparar sus manifestaciones de este año.

Eso aterrizó en una reunión el 8 de enero con el secretario Gómez, en la que se registró una asistencia mayor que la que hubo con el gobierno Peñalosa, coincidieron las tres fuentes antitaurinas con las que hablamos, todas asistentes. Allá llegaron unas 60 líderes, entre representantes de organizaciones y personas que mueven procesos afines.

Eso no es menor en un movimiento que, como dice la misma Padilla, es fragmentado, y en el que el choque de egos los ha dividido frecuentemente.

“Además de que siempre han existido rivalidades entre organizaciones, Peñalosa no gozaba del carisma para aglutinarlas ni para decir que la participación ciudadana sí funciona, y sentimos que eso cambia ahora”, le dijo a La Silla Chaparro, la animalista que trabajó en el gobierno pasado.

También incide, según Padilla, que posiblemente la mayoría de organizaciones se alinearon con Claudia desde la campaña. 

“Otra parte se fue con Carlos Fernando Galán, pero de forma más discreta, y otra parte más pequeña con Miguel Uribe, sobre todo la liderada por Clara Lucía Sandoval” (exconcejal cristiana de la Misión Carismática que fue directora del Instituto de Protección Animal con Peñalosa), agregó.

Sus peticiones se pueden resumir en tres. 

  • Que les den espacios no sólo para protestar, sino para hacer exposiciones y otras intervenciones culturales los días de corridas, para crear conciencia sobre el maltrato animal. Eso será la esencia de la “temporada antitaurina”. “Hoy (ayer) vamos hacer el radicado general de las actividades que queremos realizar”, nos dijo Lina Lamos, la líder de Colombia Sin Toreo.

  • Que tengan más margen físico para moverse los días de corridas. Eso se divide en dos: que no haya un despliegue policial tan amplio como los que hacía Peñalosa, que hacía dispositivos con entre 900 y 1.200 policías en los alrededores de la Plaza, incluyendo que el Esmad no esté visible (algo que lograron en los últimos años con Peñalosa).

El Secretario de Gobierno le dijo a La Silla que comparte ese punto: “No tengo interés en que haya un amplio despliegue de fuerza pública. Aquí habrá un cambio sustancial en el manejo de la protesta que anunciaremos en su momento, pero creemos más en el diálogo”.

Y, por otra parte, piden que el ingreso de los taurinos a la Plaza sea por la parte de arriba, para dejarles la zona más cercana al Planetario a sus protestas, en contravía de lo que los taurinos quieren.

Ayer en la tarde Gómez tenía reunión con los taurinos para estudiar sus requerimientos.

  • Que se haga una veeduría más rigurosa al contrato que firmó la Alcaldía (por medio del Idrd) con Casa Toreros, la empresa que se ganó el contrato para organizar la temporada. “Ya pude hablar con Blanca Durán (la nueva directora del Idrd, que trabajó con Petro) y le interesó mucho”, dice Lina Lamos.

Aunque falta que la Alcaldía diga definitivamente qué actividades se podrán hacer, tiene la intención de darles más cabida desde ahora, algo que se puede profundizar el año entrante, cuando será este gobierno el que ponga las condiciones del contrato para prestar la plaza.

Ese es un punto crucial para los antitaurinos ante la imposibilidad de que la Alcaldía prohíba las corridas (una tarea que la Corte le dejó al Congreso), porque con la contratación pueden incidir para desincentivar, así sea mínimamente, esa actividad.

Por ejemplo, Natalia Parra cuestiona que los ingresos que el privado le transfiere al Distrito sean un porcentaje de la plata que les entre por venta de boletas, y no un canon fijo. “Eso se puede prestar para que entreguen muchas más boletas de cortesía, por ejemplo. Es una de nuestras principales peticiones, si no la más”.

Esperan que con Claudia López cambie esa modalidad de contratación, lo que se sumaría a que calculan que para ese momento ya esté aprobado el proyecto de Andrea Padilla para desincentivar las corridas, que incluye que los organizadores destinen el 30 por ciento de su publicidad a piezas sobre el sufrimiento animal, y que se elimine el sufrimiento de los toros con banderillas y espadas.

Claudia López está de acuerdo con ese proyecto, con lo que este año el tema se mantendrá en la agenda. Y más si la “temporada antitaurina” funciona sin problemas y le llega a más gente.

Periodista. Pasé por La Patria, Congreso Visible y El Espectador. Cubrí para La Silla las movidas de poder en Bogotá y Cundinamarca mientras existió La Silla Cachaca entre 2017 y 2019. Ahora ando pendiente de las conversaciones que podamos dar y generar desde La Silla en redes sociales. De vez en...