Cuatro modificaciones que propuso Cambio Radical podrían abrirle el camino a ese cobro en agosto.
La semana pasada el alcalde Enrique Peñalosa tuvo su primera derrota en el Concejo cuando la Comisión de Hacienda no votó su proyecto para cobrar una nueva valorización. Pero, si le mete unos cuantos cambios al proyecto que ya prometió volver a presentar, el panorama puede ser otro.
La valorización se hundió el jueves pasado cuando, ante la falta de votos para que pasara, el concejal de Cambio Radical y presidente de la Comisión, Julio César Acosta, levantó la sesión en la que se iba a votar y le pidió a la Alcaldía que volviera a presentar el proyecto.
Aunque después hubo un fuerte cruce de declaraciones, pues Peñalosa criticó en 2 diferentes medios la labor del Concejo y Acosta le respondió en el cabildo “No tenemos rodilleras ni somos comité de aplausos del Distrito” (en lo que lo apoyaron concejales de diferentes partidos como Germán García del Liberal, Ángela Garzón del Centro Democrático, Roger Carrillo del Conservador y Rubén Torrado de la U), el martes el Concejo aprobó otro proyecto de Peñalosa para manejar plata, la de la plusvalía.
Con esto, los concejales le garantizaron al Alcalde más recursos para su ambicioso plan de obras y mostraron que la valorización no rompió las relaciones con el Alcalde.
Y por eso fuentes del Concejo y de la administración le dijeron a La Silla Cachaca que si Peñalosa hace algunos ajustes al proyecto, el Concejo sí lo puede aprobar en agosto.
Cambio Radical le mete la mano a la valorización
Según le contaron a La Silla Cachaca tres concejales de Cambio (Acosta, Jorge Lozada y Yefer Vega), han propuesto varios cambios al proyecto de valorización para “proteger el bolsillo de los bogotanos y devolverles la confianza en el modelo de la valorización”, un modelo que para ellos le ha traído grandes beneficios a la ciudad, pero que, con el Carrusel de la Contratación, se vio desprestigiado.
La primera de sus modificaciones es que los estudios y diseños de las obras no serán financiados con plata de la valorización.
Eso no solo significaría que esos gastos saldrán de otro lado, sino que la valorización solo se cobrará cuando estén listos los estudios. Eso evitaría que, ya cobrada, los estudios demuestren que la obra necesitará más plata de la que se pidió, y reduciría el hueco entre lo que estaba presupuestado cuando se cobró y lo que al final valen las obras.
Una alta fuente de la administración nos contó que de todas las propuestas ésta es la más viable y que, por eso, seguramente quedará en el nuevo proyecto.
El segundo cambio consiste en reducir los costos administrativos que se pagarán con lo que se recoja de valorización (es decir, la plata que se cobra vía valorización y que luego se usa para manejar esa misma plata, contratar las obras y demás), para que bajen de los 110 mil millones de pesos del proyecto que se hundió a un poco más de 60 mil millones.
Aunque, como nos contó Losada, la intención original del partido era que con la valorización no se pagara ningún costo administrativo, conciliaron con la administración en que pagarán el 5 y no el 8 por ciento.
Con esto, los concejales quieren asegurar que la plata que se obtendrá del impuesto irá destinada exclusivamente a las obras y no a financiar personal y costos operativos del Instituto de Desarrollo Urbano (IDU). Quieren evitar que se repita lo sucedido en el Carrusel de la Contratación, cuando el IDU se gastó plata en cuotas burocráticas que manejaba la entonces directora Liliana Pardo.
Otra de las propuestas de los concejales de Cambio Radical es que el IDU cree una aplicación, que sirva en todas las plataformas digitales, para que los bogotanos puedan ver en qué van las obras, dándole así transparencia al proceso.
Esto con el objetivo de evitar lo ocurrido en la Calle 26 o en el deprimido de la 94 en donde las obras estuvieron atascadas por varios años y no se sabía en qué andaba el contratista y cuál era el estado de la construcción, algo que ayudó a deslegitimar la valorización y, en general, a afectar la imagen del Distrito.
Por último, le sugirieron al Alcalde que el recaudo solo se hiciera cuando el 70 por ciento de todas las obras de un eje -uno de los 4 sectores de la ciudad donde se harán obras de valorización- tengan acta de inicio, o que haría que a los ciudadanos solo les llegue un recibo cuando puedan ver un avance, lo que reduciría la sensación de que pagaron por nada.
La idea es que la administración contrate como hace en cualquier otra obra, con recursos del presupuesto, y que con esa plata se financie lo que se necesite hasta cuando haya plata de valorización. Al empezar a recibir esos pagos, repondrán lo que invirtieron al comienzo de las obras.
Sin embargo, antes de que esto suceda, la administración y la bancada del partido de Germán Vargas Lleras deberán convencer a los concejales indecisos que no votaron el primer proyecto.
El segundo round en la Comisión de Hacienda
Para que la valorización pase en Comisión necesita del apoyo de, por lo menos, 8 concejales.
Con los tres de Cambio (Vega, Acosta y Roberto Hinestrosa) y los dos verdes que cantaron su voto a favor la semana pasada (Hosman Martínez y Jorge Torres), en principio faltarían tres entre los dos de La U y los dos liberales, pues los demás partidos tienen serias objeciones al proyecto con o sin modificaciones.
En La U, el concejal Diego Ballén cree que antes es necesario devolverle la legitimidad al modelo y asegurar que las obras se van a realizar. Para Nelly Patricia Mosquera, apoyar la valorización será una decisión de bancada que deberá estudiarse una vez la Alcaldía presente el nuevo proyecto y, ahí, decidirán si lo respaldan o no.
Por otro lado, el liberal Germán García le dijo a La Silla Cachaca que con estas modificaciones cambia la esencia del proyecto y que estudiará si lo respalda o no, lo que deja su voto en duda.
Pero nos aseguró que para apoyarlo la administración deberá solucionar lo que para él son dos problemas principales: que se justifique técnicamente el cobro al estrato 4 y que se le garantice a los ciudadanos que las obras se van a hacer y no perderán su plata en impuestos vacíos.
La Silla Cachaca no logró comunicarse con la concejal María Victoria Vargas para conocer su opinión, pero su voto no es indispensable para la administración si los dos de La U y García votan a favor.
Queda más de un mes para que se reinicien las sesiones ordinarias del Concejo, a inicios de agosto, y se sepa finalmente qué ajustes incluyen Peñalosa y su equipo. Y también si hay cambios en la política bogotana, a medida que se acercan las elecciones del próximo año, y si eso cambia el panorama político en el Concejo.