Siete retos de Claudia López en la recta final de su alcaldía

Claudia López está a un año y medio de terminar su mandato. Superados la campaña, el covid, la oposición del petrismo, las marchas y la falta de plata, el esfuerzo de López estará centrado en dejar un legado que la catapulte para la Presidencia en 2026. Y también en asegurar que será sucedida por alguien que no reverse lo hecho.

En todo caso, será un año movido teniendo en cuenta que las campañas de quienes buscarán sucederla ya están prendiendo motores.

Hablamos con expertos en diferentes temas, concejales de diferentes bancadas y con la Alcaldía para saber cuáles son los retos en materia de ejecución que tendrá que afrontar en el tiempo que le queda. Estos son los más importantes.

1. Mantener la recuperación de la economía

Después de la pandemia, Bogotá ha logrado tener un rebote económico importante. Su PIB creció 10,6 % y se ha recuperado un millón de empleos que se perdieron durante la pandemia.

Para el exsecretario de Hacienda Carlos Alberto Sandoval uno de los mayores retos es “mantener ese crecimiento económico, e incluso apuntarle a tener mejores cifras que en 2019”. Eso –dice él– es complicado y no depende solo de la Alcaldía, sino también de factores externos como la recesión económica que está viviendo en el mundo.

Sin embargo, sí puede fortalecer algunos de los programas sociales como Bogotá Solidaria (subsidios para desempleados), Empleo Joven (programas de trabajo) que el mismo secretario de Hacienda de la ciudad, Juan Mauricio Ramírez, dice que espera mejores resultados, Jóvenes a a la U (becas en educación superior), con el que se proponen alcanzar a 56 mil jóvenes.

Sandoval también asegura que es clave darles continuidad a los proyectos que venían andando y no frenar la reactivación económica que significó la reapertura de los colegios en medio de esta nueva ola de contagios.

2. Dejar amarrados el POT y la Región Metropolitana

La alcaldesa decretó el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) con el que se marcaba la hoja de ruta para la ciudad en los próximos 12 años, que sin duda sería una de sus grandes herencias. El POT define qué zonas son de reserva ambiental, dónde se puede construir, qué tan alto, cuáles son las vías que se necesita, entre otros.

Como lo sacó por decreto porque el Concejo no lo pudo discutir en tres meses por las recusaciones e impedimentos que llegaron a cuentagotas, Miguel Uribe, senador electo del Centro Democrático, lo demandó. 

Dependiendo de lo que decida el juez, tendrá que someterlo nuevamente a discusión del Concejo, o expedir decretos que lo reglamentan para que se pueda seguir construyendo en la ciudad.

“Lo que se vio durante los seis meses de vigencia es que los curadores urbanos no pudieron licenciar. Solo hubo una licencia”, dijo la presidenta de ProBogotá, María Carolina Castillo. Agregó que “eso da cuenta de la generalidad de la norma y de los huecos que tiene porque a los curadores les pagan por licencia”.

El otro trámite legal que hace falta es que el Concejo apruebe la entrada de Bogotá a la Región Metropolitana, cuyo estatuto orgánico aprobado en el Congreso la alcaldesa ve como uno de sus logros. Esta figura permite la unión de la ciudad con otros municipios para solucionar problemas en común como la movilidad y la seguridad alimentaria.

Después de eso, la mandataria tiene el reto de poner en marcha esa región. Tendrá que dialogar entre otras con la nueva ministra de Ambiente, Susana Muhammad, quien se opuso a esa figura como concejal de Bogotá.

3. Mejorar la atención social

Los cinco expertos consultados para esta historia coinciden en que ha sido un logro para Bogotá el sistema distrital del cuidado, que permite que las mujeres que se dedican al cuidado de otros tengan espacios de esparcimiento, educación y formación laboral. Pero también coinciden en que tienen que terminar de consolidar la idea y mejorar su estrategia de comunicación.

“Hoy yo todavía no entiendo bien qué es el sistema Distrital del Cuidado”, dijo el concejal de Cambio Radical Rolando González.

En materia social la Alcaldía tiene que ponerle orden a la Secretaría de Integración Social.

Así lo dice la concejal peñalosista Lucía Bastidas ha denunciado, entre otras cosas, que ha habido demoras en la entrega de los bonos de alimentos para personas con discapacidad, se cerraron temporalmente 62 comedores comunitarios porque se vencieron los convenios con las empresas que prestan el servicio, y ha habido problemas en los albergues con las personas adultas.

“Lo que está pasando en Integración es un desastre. ¿Cómo dejan vencer los contratos de alimentación que ha tenido que aguantar física hambre porque no tiene más?”, dijo a La Silla la concejal.

4. Concretar obras para mejorar la movilidad, incluido el metro

La alcaldesa tiene el reto de concretar varias obras que mejorarían la movilidad. Entre ellas está darle continuidad a la Primera línea del metro, que hasta ahora avanza, según la Contraloría de Bogotá, incluso mejor de lo que se tenía presupuestado en el cronograma. Solo hay un retraso en el tramo de la 72 por un hallazgo arqueológico.

Para cumplir otra promesa importante de campaña, López también tendrá que dejar contratada la segunda línea del metro. Ya consiguió la financiación de la ciudad, pero le hace falta concretar la de la Nación. El presidente Iván Duque dijo que se la daría, pero si no alcanza a hacerlo en el mes que le queda de gobierno, tendría que dialogar con Gustavo Petro quien dijo que habría un comité evaluador de la primera línea y que dependiendo de eso apoyaría la segunda. 

Entre otras vías claves está la troncal de la Séptima, que tras dos años y medio aún no ha sido licitada pese a que se tiene la financiación y a que no será tan distinta de lo que había propuesto inicialmente su antecesor, Enrique Peñalosa.

Además habría que concretar con la Nación la financiación del Regiotram del norte y de la  calle13. La alameda del ciclo milenio y el cable de San Cristóbal ya tienen financiación gracias al cupo de endeudamiento, pero hace falta licitarlas.

Pero como esas son obras que se verán a largo plazo, la alcaldesa también tiene el reto de velar por mejorar la calidad del servicio en lo inmediato. Según la última encuesta de Bogotá Cómo Vamos, el 43 % de los ciudadanos se siente inconforme con el sistema de transporte que utiliza.

“La alcaldesa ha estado más preocupada por las obras a largo plazo y menos por la experiencia del usuario en el día a día”, dice Darío Hidalgo, experto en movilidad. Destaca que algo preocupante es que las muertes en las vías aumentaron entre enero y mayo en un 40 %. 

El problema de los colados sigue siendo grave. De 100 pasajeros, se estima que 30 no pagan. Sigue habiendo un déficit fiscal en el Fondo de Estabilización Tarifaria (FET), que subsidia parte del coste real de los viajes en el sistema de Transmilenio. Y la gestión del tráfico al tiempo continúa siendo un dolor de cabeza para los bogotanos.

5. Mejorar la seguridad en la capital

La alcaldesa se puso la meta de reducir los homicidios durante su gobierno en 15 %. El año pasado subieron, pero este año, a corte de junio, bajaron un 16 % en comparación con el año anterior. Frente a la cifra que recibió cuando se posesionó, todavía va en una reducción del 3,9 %.

También se redujeron delitos como el hurto a bicicletas (-21 %) y la extorsión (-13%) frente al año pasado. Pero siguen preocupando delitos como violencia sexual (+30 %), y hurto a personas (+12,7 %).

Poco después de posesionarse, el secretario Aníbal Fernández de Soto dijo que uno de los principales problemas de la ciudad es que no tenía una política de seguridad actualizada ni un norte. Diez meses después de su llegada, y aunque prometió tenerla lista para inicio de año, sigue en proceso. También es una de sus tareas conseguir financiación para la nueva cárcel distrital que planean construir.

Desde usuarios en redes sociales, concejales hasta organizaciones como ProBogotá hablan de la necesidad de mejorar el espacio público como parte de la seguridad de la ciudad. Esto incluye la iluminación, la ampliación de andenes y también el aseo del mobiliario urbano y de las calles.

6. Amarrar la planta para descontaminar el río Bogotá

La mandataria tiene el reto de dejar contratada la Planta de tratamiento de aguas residuales Canoas que tiene la plata desde la administración pasada. Permitirá la descontaminación de las aguas de la calle 26 del sur de Bogotá y de Soacha para que lleguen mejor al río Bogotá.

También tendría que dejar contratada la operación de la PTAR Salitre. Entre otros temas ambientales, otro gran desafío es hacer una apuesta por organizar el reciclaje, en un proceso que no tendría por qué ser en el espacio público. “Bogotá tiene la capacidad financiera para lograr hacer un sistema de aprovechamiento de los residuos en bodegas”, dice Castillo, la presidenta de ProBogotá.

7. San Juan de Dios, hospitales y colegios

El secretario de Gobierno, Felipe Jiménez, también destacó dentro de los 900 frentes de obras la importancia de darle continuidad al avance del complejo hospitalario al San Juan de Dios (un proyecto con el que Petro no está de acuerdo porque implica la demolición de la torre central), la construcción de mega hospitales como Usme, Meissen, Kennedy y Bosa y de los 20 Centros de Atención prioritaria (Caps).

Se pusieron como meta entregar 35 colegios y han entregado 14 entre nuevos y construidos. Hay 16 en obra, y tienen el reto de dejar contratados otros 25 nuevos. Y un reto no menor es llevar conectividad a las zonas rurales de Bogotá. Aunque la ciudad en su casco urbano tiene un alcance por encima del 80 %, en lo rural está a tan solo el 30 %.

Soy periodista de Bogotá en La Silla Vacía. Estudié periodismo en la Universidad Externado y después trabajé en la Revista Semana. Allí cubrí cultura e informes especiales en un comienzo y más tarde Bogotá y confidenciales. Me pueden escribir a pdoria@lasillavacia.com o a @PaulaDoriaG en Twitter.