Más de 40 intervenciones en el Cabildo Abierto sobre el proyecto muestran que el tono político de la revocatoria se está tomando la discusión

Foto tomada por: Juan Pablo Pérez

Por la entrada que daba al flanco derecho del auditorio, se encontraban un hombre y una mujer que, con chaqueta de la ETB y camiseta de la revocatoria, organizaban pancartas y camisetas en contra de la gestión de Enrique Peñalosa. Esperaban, con paciencia, a que llegaran las personas que las usarían durante el Cabildo Abierto.

Foto tomada por: Juan Pablo Pérez

Desde ahí era posible entrever que la discusión que se llevaría a cabo en la sede del Instituto Distrital de Recreación y Deporte, sobre la intención del Alcalde de vender las acciones del Distrito en la Empresa de Telecomunicaciones de Bogotá, tendría un tono más político que técnico.

El auditorio abrió sus puertas pasadas las ocho de la mañana y las personas que entraban, después de registrar sus datos personales en unas carpetas que administraban unos funcionarios del Distrito, iban buscando rápidamente su puesto.

El frente de la tarima estaba reservado y acordonado por una cinta que dividía a los concejales y a las 41 personas inscritas para intervenir en el Cabildo de los demás.

Poco a poco el auditorio se fue llenando y fueron apareciendo los primeros concejales. La mayoría de los asistentes no se percataron de su llegada, pues miraban su celular o conversaban con la persona que tenían al lado. Por un lado, Celio Nieves y Manuel Sarmiento aparecían con su característica corbata amarilla con la que ostentan su partido de origen -el Polo Democrático-, mientras que por el otro los concejales Diego Molano (Centro Democrático) y Lucía Bastidas (Alianza Verde) no mostraban nada que reflejara su partido.

A diferencia de ellos, Marco Fidel Ramírez de Opción Ciudadana llevaba su característica chaqueta blanca en la que se autoproclama ‘El Concejal de la Familia’.
A las 9:30 todo estaba listo y sólo faltaba por entrar el que iba a estar en el centro del debate: el Alcalde, que iba a ser cuestionado en un Cabildo Abierto que solicitó el Sindicato de la Empresa de Teléfonos de Bogotá por su intención de privatizarla.

Un difícil comienzo

El Cabildo Abierto es un mecanismo de participación ciudadana que tiene orígenes en la Colonia y que, desde la Constitución del 91, puede  ser convocado por un comité promotor que tenga más de cinco mil firmas. Su objetivo es que los ciudadanos puedan discutir temas de interés comunitario con la Asamblea, el Concejo o las Juntas Administradoras Locales.

En él los promotores pueden citar a un mandatario, pero para hacerlo necesitan adjuntar a las firmas un cuestionario con las preguntas que esperan que resuelva.

En este caso, el Cabildo fue convocado por el sindicato de la ETB, Sintrateléfonos, que, tras recolectar más de 45.000 firmas, citaron al alcalde Peñalosa  a responder por la venta de la Empresa de Telecomunicaciones de Bogotá.

A las 9:30 am, media hora más tarde de lo acordado, llegó el Alcalde, mientras la gente lo esperaba y no quedaban casi puestos disponibles. Una vez Peñalosa y su Secretario de Gobierno, Miguel Uribe, se sentaron en la primera fila del auditorio, el Presidente del Concejo, Horacio José Serpa (liberal), tomó lista a los concejales, leyó el orden del día y dio inicio al Cabildo Abierto.

Tras el canto de los himnos de Colombia y Bogotá, cuyo epílogo fue un unísono “¡Que viva Colombia! ¡La ETB no se vende!” por parte de varios miembros del sindicato, Serpa pidió silencio y les recordó a los asistentes que estaba prohibido aplaudir, llevar pancartas, material publicitario o político o hacer cualquier tipo de ruido que perturbara la tranquilidad del recinto.

Uno de los asistentes le gritó “¡esto es un Cabildo Abierto!” para pedir menos rigor en las normas.

Serpa ignoró el comentario y le dio la palabra al concejal Molano para que leyera justamente las normas que debían regular el evento. Entre ellas: que se encontraba prohibido el ingreso de armas, el consumo de alcohol y cigarrillo y que las mujeres gestantes, las personas en condición de discapacidad y los adultos mayores tendrían prioridad en el ingreso.

Tras su lectura, el concejal dio paso a que comenzaran, ahora sí, las intervenciones del Cabildo. Los primeros en hablar serían los voceros que escogió Sintrateléfonos: la presidenta del Consejo Territorial de Planeación Distrital, Martha Triana, y los ex candidatos a la Alcaldía Aurelio Suárez (del Polo, línea Moír, candidato en 2011) y Alex Vernot (quien se lanzó por firmas en 2015).

Triana afirmó que los argumentos de la Alcaldía para defender la venta de la ETB eran pobres, pues a su juicio si la administración le metiera plata a la empresa, ésta podría llegar a competir con las grandes empresas de telecomunicaciones. Su discurso terminó con la afirmación de que el Cabildo sólo tendría sentido si la Alcaldía está dispuesta a escuchar las inquietudes de los asistentes.

Contrario a las normas que se habían establecido, su discurso terminó acompañado de aplausos. Desde ahí era evidente que muchas de las reglas leídas por el concejal Molano iban a ser violadas.

Mientras Triana descendía del escenario y Serpa llamaba a Aurelio Suárez, en el auditorio aparecían cada vez más camisetas y cachuchas blancas que pedían la no venta de la ETB y la revocatoria de Peñalosa.

En su discurso, Suárez argumentó que, desde 2011 sólo cuatro países africanos han privatizado sus telecomunicaciones, y dijo que hacerlo no es propio de los países desarrollados.

Su intervención estuvo respaldada por aplausos; especialmente cuando anunció que denunciaría ante la Procuraduría el proceso de adjudicación de la valorización de la empresa, para venderla, a la banca de inversión neoyorquina J.P. Morgan. Terminó con un estruendoso “¡La ETB no se vende, la ETB se defiende!” que muchos asistentes decidieron acompañar.

La intervención de los voceros de Sintrateléfonos terminó con el discurso del ex candidato a la Alcaldía de Bogotá por el Movimiento Ciudadano Pueblo, Tierra y Futuro, Alex Vernot, quien sustentó con cifras cómo a su juicio estuvo mal hecho el proceso de valoración de la ETB.

Su discurso, al ser más técnico, fue menos álgido que el de Suárez, por lo que no obtuvo la misma reacción. Sin embargo, eso no implica que no haya sido correspondido con aplausos y gritos de apoyo. La mayoría provenían del lado derecho del auditorio donde se concentraban las personas con camisetas alusivas a la revocatoria

Foto tomada por: Juan Pablo Pérez

Entre lo técnico y lo político: las intervenciones de los 38 inscritos

A los voceros de Sintrateléfonos le siguieron 38 de los 41 inscritos para intervenir. Entre ellos: Mario Infante (secretario de educación de sintratelefonos), Hugo Palacios, Alberto Carrasquilla (ex ministro de Hacienda en la época de Uribe), Teresa Hoyos, Dagoberto Mejía y Sara Sofía Abril. Sus intervenciones duraron un poco más de cuatro horas que oscilaron entre el aplauso y el abucheo.

Sería inexacto pensar que los aplausos iban dirigidos exclusivamente a los que hablaron en contra de la venta de la ETB y los abucheos a los que estaban a favor, pues había personas que apoyaban la decisión de Peñalosa y estaban ubicados, principalmente, en el centro del auditorio.

-Necesitamos traer más fuerza- le indicaba una sindicalista vestida de revocatoria a otro, mientras hablaba Julio Villarreal, uno de los que defendía la privatización de la empresa.

Fue cerca del mediodía cuando empezaron las denuncias de que, pese a que el auditorio estaba medianamente lleno, no estaban dejando entrar a los opositores de la venta.

Foto tomada por: Juan Pablo Pérez

El Representante a la Cámara por el partido Verde de origen petrista, Inti Asprilla, incluso afirmó durante su intervención que “el Distrito llenó el auditorio de contratistas para no dejar entrar a la ciudadanía”. Muchos de los asistentes lo respaldaron con gritos afirmativos.

Los rumores que recorrían el auditorio decían que había disturbios afuera y que por eso no estaban dejando entrar a más personas. La Silla intentó salir para verificar los hechos y un policía nos dijo que si salíamos no podíamos volver a entrar porque el auditorio estaba lleno y había enfrentamientos afuera.

Incluso el Presidente del Concejo denunció que algunos manifestantes habían roto vidrios dentro de las instalaciones del Idrd. Fue chiflado y al poco rato tuvo que retractarse, pues, según él, le habían dado información falsa y nadie había roto nada, sino que solamente habían rayado paredes.

A medida que la tarde avanzaba y que la hora de almuerzo pasaba, era posible percibir cómo las sillas que antes estaban vacías iban ocupándose. Cada vez faltaban menos intervenciones para llegar a los platos fuertes: la de Peñalosa y la del presidente de la ETB, Jorge Castellanos.

Así, transcurrieron 38 intervenciones que podrían dividirse en dos: las políticas y las técnicas.

Los discursos políticos fueron hechos, en su mayoría, por los detractores de la privatización.

En ellos se criticó el modelo neoliberal, el afán privatizador de Peñalosa, lo que representa la ETB para la Universidad Distrital y se apeló asiduamente a la necesidad de revocar al Alcalde.

Uno de los que más tuvo aceptación por el público fue el de la estudiante de Ingeniería Sara Abril que afirmó que “la venta de la ETB afecta el desarrollo de la ciencia y la tecnología”.

La excepción más visible de este tipo de discursos fue la intervención del economista Eduardo Sarmiento, quien a punta de cifras argumentó que vender la ETB produciría un detrimento patrimonial de dos billones de pesos.

Esa forma más técnica de argumentar fue similar a la de quienes hablaron en defensa de la venta, que, siendo menos, mostraron con cifras y gráficos que la rentabilidad de la empresa había disminuido con el tiempo y que sería más beneficioso para la ciudad venderla para utilizar esos recursos en salud y educación.

Por ejemplo, el ex ministro Carlos Caballero Argáez afirmó que “los recursos de la empresa de telefonía podrían usarse mucho mejor en otras políticas sociales”. La rechifla que recibió fue de tal magnitud que no pudo acabar su discurso.

Tanto que Serpa tuvo que llamar al director de la policía y al presidente de Sintrateléfonos, William Sierra, para contener a los sindicalistas que criticaban al hoy director de la Escuela de Gobierno de la Universidad de Los Andes.

Serpa, al ver lo difícil que sería volver a darle la palabra a Caballero después de esa rechifla, optó por pasar directamente a la penúltima parte del Cabildo: las intervenciones de Castellanos y Peñalosa, para terminar con las de los concejales.

El cambio de enfoque de Peñalosa

Castellanos había sido vituperado durante todo el cabildo. Recibió críticas tan fuertes como las de Aurelio Suárez, quien, durante su intervención, afirmó, en medio de aplausos, que “si un bogotano quiere destruir una empresa, que nombre a Jorge Castellanos como gerente y a Enrique Peñalosa como presidente de la Junta Directiva”.

Ahora, con un auditorio en el que no quedaban sillas vacías, le había llegado la hora de defenderse.

Su discurso empezó en medio de un silencio que contrastaba radicalmente con el ruido permanente que ya llevaba cerca de seis horas.

Todo cambió a los 11 minutos, cuando afirmó, con gráficos, que la venta de ETB traerá grandes beneficios.

Los sindicalistas se ofendieron y, de nuevo, empezaron los gritos que pedían respeto y que Castellanos se disculpara. La discusión llegó a tal nivel, que la Policía tuvo que intervenir para tratar de calmar a los manifestantes que se habían parado de sus sillas.

-¿Acaso es irrespetuoso mostrar estadísticas? Yo no me he referido a nadie; mis argumentos son las cifras -respondió Castellanos cuando, después de que Serpa pidió orden, se hizo un mínimo silencio.

Al instante volvieron los chiflidos y sonó una vuvuzela. El Presidente del Concejo volvió a pedir respeto y a amenazar, por enésima vez, con suspender el cabildo.

Castellanos terminó su intervención entre insultos y abucheos que dificultaban su comprensión, y le cedió el turno a Peñalosa. Pese a que llevábamos más de seis horas de Cabildo, los asistentes estaban más emocionados que nunca. Los gritos que pedían revocatoria y fin al modelo neoliberal se oían por doquier.

El discurso del alcalde se centró en lo social y no en la movilidad de la ciudad.

Así, en vez de afirmar que la venta de la ETB tenía como objetivo fundamental la financiación de obras viales, dijo que los recursos que obtengan los destinará a la construcción de ocho nuevos jardines infantiles con 3.000 cupos, seis hospitales y diez colegios nuevos.

Argumentó que la inversión en la ETB era riesgosa para el Distrito y que creía que es mejor invertir ese capital en los niños. “La inversio?n en la educacio?n de los nin?os es mucho ma?s rentable para nuestra sociedad que la inversio?n en acciones de cualquier empresa”, dijo en medio de gritos que lo tildaban de falso y mentiroso.

Su discurso terminó teniendo un tono más político que técnico y cerró exclamando:

-¡Nosotros preferimos la inversio?n social a la inversio?n empresarial!

La respuesta fueron abucheos y gritos a favor de la revocatoria. Ante su fuerza y volumen, Serpa decidió, ahora sí, suspender el cabildo, y los concejales que habían planeado intervenir en un auditorio tan caliente, en el que se podían lucir, se quedaron con las ganas.

En medio de un fuerte aguacero y de cantos de revocatoria, el auditorio se fue desocupando. Las consignas contra la venta, las cifras a su favor, los micrófonos y las cámaras también se fueron dispersando, pero el nuevo round será en una semana: el 7 de marzo la administración presentará las respuestas a las inquietudes que le plantearon.

Falta ver si lo hace en el tono técnico de Castellanos o en el político de Peñalosa y la mayoría de los críticos de la venta.

Estudié Literatura y Filosofía en la Universidad de Los Andes y de ahí salí a hacer la práctica en La Silla Vacía. Cubrí Bogotá, el Caribe y, ahora, política y Congreso. @jpperezburgos