Gustavo Bolívar

A tan solo siete semanas de las elecciones, el candidato del petrismo, Gustavo Bolívar, tiene líos para financiar su campaña y para coordinar a las bases. También tiene el reto de sanar las heridas de la izquierda que quedaron de hace cuatro años en la campaña del petrismo a la Alcaldía de Bogotá. 

Por ahora, la estrategia de campaña recae en explotar la personalidad del candidato, sus redes sociales y visitas en barrios. También ha moderado su discurso frente al metro. 

Una campaña sin plata

En el equipo de Gustavo Bolívar dicen que uno de los dolores de cabeza es la plata para la campaña. Le han apostado a rifas, colectas y hasta una subasta de arte la próxima semana. “Estamos preocupados porque aún no tenemos plata”, dijo a La Silla Francisco Maltés, uno de sus coordinadores de la campaña en la calle. “La sede de Ciudad Bolívar no tiene sillas ni escritorio. Tampoco hemos podido imprimir publicidad”. 

La austeridad comienza por una decisión de Bolívar: financiar su campaña con préstamos bancarios y no recibir plata de empresas privadas, contratistas, ni grandes donantes. “En mi campaña no habrá cuestionamientos por la financiación”, dijo cuando oficializó su campaña. También ha dicho que ninguna persona de su familia, amigos ni allegados están autorizados para recibir donaciones en su campaña, buscando blindarse de lo que ha pasado con Petro y su hijo Nicolás, por ejemplo.

Tras la reposición de votos de las presidenciales, las arcas de los partidos del Pacto están llenas. Pero los líos en la financiación de esa campaña, en la que Bolívar, según una investigación de La Silla Vacía, fue enlace de un oscuro donante particular, tuvieron un impacto en la campaña a la Alcaldía. 

Según Maltés, el problema con la financiación es que el Consejo Nacional Electoral (CNE) se demoró en fallar sobre una demanda contra Bolívar por una supuesta inhabilidad para ser alcalde. Esa incertidumbre – dijo Maltés– hacía difícil que los bancos les prestaran dinero. Por ahora tampoco han recibido plata de los partidos que conforman el Pacto. 

Bolívar fue demandado porque la gaceta del Congreso no informó a tiempo que él había renunciado a su curul en el Senado para lanzarse a la Alcaldía. Bolívar argumentó que no era su culpa que la noticia no hubiera aparecido en la gaceta, y que, en todo caso, su renuncia había sido muy mediática en diciembre del año pasado. El CNE le dio la razón esta semana.

Ya con su candidatura en firme, Bolívar pedirá un crédito por 2 mil millones de pesos con entidades bancarias, que piensan pagar con reposición de votos. “Nos hemos propuesto a hacer una campaña austera y siendo muy cuidadosos de las donaciones que recibimos”, dijo Maltés cuando se le preguntó por otras fuentes de financiación. “Bolívar no quiere ganar a toda costa. No quiere hipotecar sus principios”, agregó el representante a la Cámara por Bogotá David Racero.

Pero Bolívar tiene además otra demanda que le podría jugar en contra para conseguir plata en bancos. La de la familia de Bruno Díaz, el fallecido actor a quien Bolívar contrató para instalar páneles solares en un hotel en Cundinamarca. El candidato asegura que no ha incumplido con el pago por ese trabajo, pero la familia Díaz insiste en lo contrario.  

Sin embargo, para Racero la falta de plata no tendría que ser un problema mayor. “En la izquierda estamos acostumbrados a hacer campaña sin plata”, dice (aunque en las presidenciales Gustavo Petro fue el candidato que más gastó). Confía en “la gran base petrista en la media luna sur de Kennedy, Ciudad Bolívar, Bosa y Usme”.

La campaña recae en las redes de Bolívar

Hasta ahora el trabajo en la campaña de Bolívar ha sido trinar, asistir a debates y entrevistas de diferentes medios de comunicación y entidades. También visitar algunos barrios. “No es una campaña como la de Petro de ponerlo a hablar en una tarima y llenar plazas, es más de visitar a la gente, hacer largas caminatas con las bases en las localidades, y preguntarles por sus necesidades”, dijo Maltés.

Bolívar ha sido uno de los candidatos que más fervor ha generado con el lanzamiento de su campaña al que hubo una asistencia masiva. Y pese a que le criticaban por no conocer la ciudad, en los debates ha sabido responder a las críticas de sus contrincantes.

La estrategia de Bolívar está en manos de Amauri Chamorro, quien acompañó la candidatura del alcalde de Medellín, Daniel Quintero, y se hizo famoso haber acompañado a Rafael Correa en Ecuador con el famoso “troll center”, que movía temas favorables a Correa y se dedicaba a atacar a los opositores. Le dijo a La Silla que no podía hablar de la estrategia de Bolívar porque era confidencial.

Pero hasta ahora la fortaleza que encuentran en él personas como David Racero y Carlos Carrillo es su autenticidad. “Bolívar es un candidato sincerote, no tienes que construirlo, él habla tal cual piensa, sin filtros y eso le gusta a la gente”, dice Carrillo. 

Racero agrega que a “Bolívar no toca construirlo como independiente, como hace Galán que se pinta de independiente y luego recibe los apoyos de los tradicionales”.

Solo han puesto la valla de “I will educate your children”, que terminó siendo viral, luego de que Bolívar la compartió en sus redes sociales. 

Bolívar duplica en seguidores a Carlos Fernando Galán, su principal contendor, en Instagram (162 mil), Twitter (1.5 millones) y Tik tok (110 mil). “Eso hace que cualquier cosa que diga Bolívar tenga un alcance, sus redes son su principal plataforma”, dijo Carrillo.  

En los debates, a los que ahora dice que no asistirá, Bolívar ha moderado su tono frente al metro de Bogotá. Aseguró que si a enero de 2024 el presidente Petro no logra cambiar el trazado para que al menos un tramo sea subterráneo, entonces él seguirá adelante con la obra como va. Eso pese a que en su programa de gobierno dice que buscará cambiar el trazado y a que una persona de su campaña le dijo a La Silla que moderar el discurso “es parte de la estrategia para ganar votos”. 

Racero no lo lee como una estrategia, sino como una muestra de la “sensatez” de Bolívar: “Hace cuatro años la obra se podía cambiar más fácil, ahora hay que ver qué tan reversible es si llegamos a la Alcaldía”. 

En paralelo, la estrategia es buscar agrupar a todos los sectores de la izquierda que se dividieron en la campaña de Bogotá hace cuatro años. O que quedaron insatisfechos por el orden de la lista cerrada al Concejo del Pacto Histórico. 

Sanar las heridas de la izquierda

En 2019, la izquierda perdió en Bogotá el apoyo de varios grupos de mujeres y mujeres feministas. La razón fue que Petro decidió imponer la candidatura de Hollman Morris, que estaba envuelto en denuncias de acoso sexual y violencia intrafamiliar, que ya fueron archivadas por la Fiscalía, pero que hoy le sigue costando críticas. Ese grupo de mujeres terminó acompañando la candidatura de Claudia López, al igual que otros sectores de izquierda como el Polo Democrático

En esta ocasión, Bolívar ya cuenta con el apoyo del Polo y de un sector del Verde, con figuras como Diego Cancino y Luis Carlos Leal, pero le falta consolidar los apoyos de grupos de feministas.

Él mismo lideró un twitterazo al que llamó Mujeres con Bolívar y publicó una carta con 10 propuestas para esta población. Entre otras, promete un subsidio para las que se queden sin empleo hasta por tres meses y hasta el estrato cuatro. 

Diana Otavo, del Polo, dijo que la directriz que tienen en el partido es “colaborar en la campaña. Y en eso no he escuchado objeción, ni ruptura”. Sin embargo, dijo que en su opinión como feminista “no hay ningún candidato que entienda el feminismo” y que Bolívar no es su candidato ideal. “Me habría gustado que hubiera una candidata mujer”. No obstante, aseguró que lo apoyará porque “con Bolívar tenemos más espacio para crecer. Sería muy complicado con Galán”. 

María Mercedes Maldonado, otra de las figuras visibles que no acompañó la candidatura de Morris, dijo que “al único candidato al que podría dar apoyo es a Gustavo Bolívar, en particular, por el proyecto político que representa”. Sin embargo, explicó que “ese apoyo dependerá de acuerdos en los temas y con los colectivos con que trabajo”.

La idea para que estos sectores se unan es que a finales de septiembre Bolívar firme un compromiso, similar al que firmó Claudia López, para confirmar el apoyo de un grupo de mujeres. Entre esas peticiones están que la secretaria de la mujer sea una feminista, que fortalezca las manzanas del cuidado, pero que vaya más allá de eso. 

La Silla conversó con otro par de mujeres de izquierda que salieron de la Colombia Humana hace cuatro años que aseguraron que no le van a hacer campaña visible a Bolívar, pero que le darán el voto. “No quiero públicamente hacer campaña, pero votaré por él porque de Galán para allá está la derecha”, dijo una de ellas que no se quiere pronunciar públicamente hasta que se llegue a un acuerdo con las mujeres. Otra dijo que “Jamás votaría por él” y que está buscando conversar con Rodrigo Lara. 

Hay otros apoyos que Bolívar puede sumar. Como el de la concejal verde María Fernanda Rojas, quien ha sido aliada de la alcaldesa López. Rojas le dijo a La Silla que aunque no ha definido su voto, “no podría votar por alguien como Galán porque su visión de ciudad es muy peñalosista, eso sería muy incoherente para mí”.

Por su parte, Carrillo, uno de los más insatisfechos con la lista al Concejo de Bogotá del Pacto Histórico, dice que su tarea en esta campaña es consolidar a todos los sectores de izquierda que quedaron por fuera de la lista del Pacto. “Para ganar no podemos quedarnos solo con la base de izquierda recogida en las listas de Concejo y JAL”.

Las bases siguen descordinadas

La tarea de coordinar bases en la apuesta del Pacto por Bogotá es clave. En las elecciones al Congreso el Pacto sacó siete de 18 representantes a la Cámara. Pero en la lista al Concejo la mayoría de candidatos no tienen visibilidad ni votos, salvo la cabeza de lista, Heidy Sánchez. Así que la fuerza recae en la favorabilidad de Petro y su candidato. 

El sábado pasado se convocó a una reunión justamente para organizar los apoyos de líderes visibles del petrismo a la campaña, la mayor apuesta del Pacto en las elecciones regionales del 2023. La cita era en Corferias a las ocho de la mañana, pero se terminó dos horas después sin que se hubiera concretado nada.

Según dijo una persona de la campaña de Bolívar que asistió a la reunión, “en este momento hay un problema de coordinación y no hay una estrategia conjunta y dirigida. Todo es un desorden”. Agregó que a la campaña “no llegó mucha gente, ni el mismo Bolívar”.

La reunión para coordinar a las bases todavía no se ha reprogramado.

Soy periodista de Bogotá en La Silla Vacía. Estudié periodismo en la Universidad Externado y después trabajé en la Revista Semana. Allí cubrí cultura e informes especiales en un comienzo y más tarde Bogotá y confidenciales. Me pueden escribir a pdoria@lasillavacia.com o a @PaulaDoriaG en Twitter.