El cuestionado partido Alas, reencauchado con un nuevo nombre, servirá de paraguas para aspirantes sin entrada en colectividades grandes.
El resucitado partido Alas, del parapolítico Álvaro Araújo Castro le servirá de paraguas a varios aspirantes al congreso del Magdalena que tienen en veremos sus cupos en los partidos tradicionales.
Como lo habíamos contado Araújo recuperó la personería del partido Alas, recordado por varias de sus cabezas resultaron presas por parapolítica y en 2018 jugará bajo el nombre de Somos Región Colombia.
La estrategia del viejo Alas para engordar su estructura y garantizar representación en el Congreso es hacer listas en distintas regiones con políticos que no tengan aval o partido.
Precisamente eso es lo que está sucediendo en el Magdalena, donde los cinco cupos de lista a Cámara (que es el número de curules a los que tiene derecho el departamento) están a punto de conformarse.
El más firme de ellos, como lo contamos en La Caribe, es el del exdiputado cienaguero Adolfo Larios, quien está apoyado por Antonio Zabaraín, esposo de la actual representante conservadora por el Atlántico Inés López y quien para estas regionales aspira al Senado por Cambio Radical.
Junto con Larios, la lista del viejo Alas la integrarían el también exdiputado Jorge Castaño Camargo, quien en las legislativas de 2014 fue candidato a Cámara con aval del Partido de La U y sacó cerca a 10 mil votos.
De acuerdo a un integrante de esa lista y a un senador que sin ser de Alas lleva un candidato en ella, Castaño quiere llegar a Alas porque ve mejores posibilidades de salir electo ya que tiene un pulso más parejo con Larios y los otros candidatos que con el actual representante de La U miembro de una de las casas superpoderosas del Magdalena, Eduardo Diaz-Granados, quien aún no define si da el salto a Senado o se queda en Cámara.
En la misma tónica está el dirigente Liberal Francisco Porto, quien renunció a la Asamblea en 2013 para lanzarse por el trapo rojo a la Cámara pero pese a sacar 17 mil votos no le alcanzó para lograr curul. Eso y el hecho de que los dos representantes que tiene el liberalismo en el Magdalena piensan repetir lo tiene apostándole a tener un cupo en la lista del viejo Alas.
Una cuarta opción que podría aterrizar en Alas es Carlos Mario Farelo, hijo de la exconcejala de El Difícil Zunilda Daza, señalada por la Fiscalía de haber firmado el pacto de chivolo con los paramilitares de ‘Jorge 40’, pacto que fue firmado por más de 400 políticos del departamento.
Farelo es una de las fórmulas de Álvaro ‘Avo’ Cotes, hermano del exgobernador Luis Miguel ‘el Mello’ Cotes, quien aspira al Senado por Cambio Radical.
Pese a ser de la casa Cotes, Farelo no tiene asegurado su cupo en Cambio Radical debido al pulso interno que hay ahí por los cinco cupos de la lista a Cámara.
Los aspirantes Fabián Castillo (actual representante) y José Luis Pinedo (hijo del condenado por parapolítica Miguel Pinedo) ya tienen asegurados sus cupos, pero el restante (por ley de cuotas dos de los cinco cupos deben ser para mujeres) lo disputan Farelo y el exalcalde de Plato Jaime Peña Peñaranda, quien también es de la entraña de la casa Cotes.
De acuerdo con dos fuentes consultadas de Cambio Radical en el Magdalena el pulso entre Peñaranda y Farelo lo estaría ganando hoy por hoy el primero, lo cual tiene a al segundo pidiendo pista en Alas.
Los otros cupos que quedan en la lista del viejo Alas todavía no están definidos pero por ley de cuotas dos deben ir para mujeres. De acuerdo a uno de los candidatos de esa lista las más opcionadas para estos avales son la exdiputada Uldis Pérez y la excandidata a Cámara Margarita Patricia Díaz Hamburger quien aspiró a Cámara en las pasadas legislativas por el Partido de La U y sacó 3.600 votos.
Aunque las definiciones a escasos dos meses de inscribir candidaturas todavía no están en firme, sobre todo por el fantasma de la reforma política que cursa en el Congreso y que amenaza con cambiar las reglas de juego para la contienda de 2018 instaurando, por ejemplo, las listas cerradas, en el viejo Alas todo está dado para el aterrizaje de estos políticos que tienen votos pero no partido para jugar en las legislativas.